La realidad

4.2K 415 142
                                    

-Lucas hagámoslo. -Grité emocionándome cada vez más por las ideas que cruzaban mi mente. -Por favor fuguémonos. -Asentí rápidamente con la cabeza. -Podríamos tener una vida preciosa. Podríamos irnos a Paris y comer croissants. No, no, no. -Una idea mejor cruzó por mi cabeza. -Viajemos a Japón. Nadie nos conocerá allí, podremos hacer lo que queramos, con otra cultura, otra gente, otro estilo de vida. -La emoción crecía cada vez más en mí. -Yo podría ser una escritora famosa, con muchos libros y tú director de marketing o médico, como siempre quisiste ser.

-Yo nunca quise ser... -

-Imagínate. -Le interrumpí. -Podríamos formar una familia. Tendríamos a una preciosa niña de cabellos dorados como los tuyos, llamada Pandora. -Le miré su cabello y asentí. -También tendrá tus ojos color mar. -Él me miró como nunca antes, notaba en su mirada algo extraño, desaprobación. -Y después nacerá un niño llamado Pol, a siempre te gustó ese nombre.

-En realidad yo no...

-Tal vez tengamos una segunda hija, me gustaría tener dos niñas. -Volví a interrumpirle. -Esta vez yo elegiré el nombre, y será... -Puse mi mano en la barbilla y me quedé pensativa unos minutos. -Podría llamarse Red. -Rodé los ojos al ver su ceño fruncido. -Red es la abreviación de Margaret. -Sonreí. -Decidido.

Lucas se acercó a mí y lo maté.

Entró en la habitación. Y no supe que decir.

Me quedé sentada, con las manos en el regazo, mirándole intentando encontrar sentido a esa visita que no entendía.

-¿Qué pasa? -Pregunté al cabo de unos minutos de ese ensordecedor silencio donde todos pensaban que iba a hablar pero no era así. El moreno me miró, esperando ver en mi cara algún tipo de emoción, por mala que sea. Pero no fue así.

-¿No tienes nada que decir? -Preguntó mirándome directamente a los ojos. Yo negué con la cabeza esquivando la mirada del niño que había entrado por la puerta, y dirigiéndola al suelo, al reconfortante suelo gris. -¿Nada?

-¿Qué quiere que diga? -Pregunté hablando por primera vez después de casi diez minutos de silencio. -No le conozco.

-¿No le conoces? -Suspiró ahora el castaño. -¿Conoces a esta chica? -Preguntó el hombre al niño. El pequeño asintió con la cabeza y casi pude notar una sonrisa en sus labios. No parecía contento, debería estarlo, solo tenía siete años.

-Llámalo. -Dijo el moreno dirigiéndose a mí después de un buen rato. Silencio. -¡Di su nombre! -Gritó algo desesperado.

-No sé cual es su nombre. -Contesté tranquilamente.

-¡Dilo!

-No tengo idea.

-Lena... -Habló el castaño acercándose con el pequeño de la mano. -Mírale a los ojos y di su nombre. -Susurró. Hice lo que me pidió. Mi mirada pasó del suelo a los ojos oscuros del niño, tenía un tanto parecido a mí, pero no sabía el porqué.

-Hola. -Saludé sin ni siquiera saber el por qué. El niño sonrió y me abrazó de un momento a otro. Me quedé paralizada, no me podía tocar.

-Suéltame. -Dije tranquilamente. No me desagradaba su contacto, pero me enfurecía el hecho de que me tocaran sin mi permiso. -¡Suéltame! -Grité algo más fuerte, pero el chico no hacía caso, tenía agarrada mi cintura como si de un peluche para dormir se tratara. Sus pequeños brazos, pero algo fuertes, me atosigaban con su amor infantil. Sentía que tenía ganas de gritar, de llorar, de chillar; su nombre. -¡Josh suéltame!

Todos en la sala nos quedamos en silencio. Poco a poco volvió la calma a mí, el niño, llamado Josh, se separó lentamente de mi cuerpo. Tal vez pesaba demasiado, yo tenía unos kilos de más.

-Ya puedes llevártelo. -Dijo el moreno al castaño que había traído a ese niño. -Sabías su nombre, porque es tu hermano. -Sentenció el hombre sentado frente a mí, colocó las manos en la mesa y suspiró. -¿Hasta cuando has estado inventándote esta historia, Lena?

Negué con la cabeza, él no lo entendía. No entendía absolutamente nada.

-¿Dónde está Lucas? -Pregunté haciendo caso omiso a su interrogatorio. -¿Dónde está?

-Lejos de ti.

-Quiero verle.

-Pues él no quiere verte a tí. -Dijo haciendo un ruido molesto con los dedos, arrugué la frente.

-Claro que quiere verme. -Contesté poniéndome nerviosa de nuevo. -¿Dónde está?

-No está.

-Dile que venga. -Escuché unas carcajadas por parte del moreno, ¿se estaba riendo de mí? -Necesito hablar con él.

-Ve a visitarlo a la tumba entonces. -Fruncí el ceño sin entender. -Lena debes parar con esto. -Se puso serio de un momento a otro, ¿Acaso el tipo era bipolar? -Tienes que decirle a tus voces que se controlen. Porque así no vas a evitar ir a la cárcel. -Susurró. Hizo un gesto con el brazo para que me acercara más, como si me fuera a contar un secreto. -O te quedarás aquí para siempre.

-Pero yo estoy muerta. -Grité entendiéndolo todo.

-Estás jodidamente muerta, cariño.

-¿Y por qué estoy aquí?

-Pregúntaselo a tu perturbada mente. -Contestó el moreno alzando los hombros. -La verdad solo existe en tu mente, luego eliges cual de ellas contar. -Se dejó caer en la silla y suspiró. -Es hora de irte.

******

Hehehehehehehe

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hehehehehehehe

No voy a hacer comentarios, solo no me peguen.

¿Por cierto adivinen quien va a volver a hacer reformas en Mindless? Yo. Oh dios mio ¿Cómo lo sabéis? De verdad que odio esa novela JAJAJAJ

En fin muchas gracias por leer y no os desesperéis...

Estaré cambiando algunas historias y tal lo digo por las notificaciones:( sorry

💖Gracias por leer 💖

Pd: me he hecho Instagram con cosas de Wattpad y tal seguidme si queréis

@bluewxnders

--Wxnder Xx

--Wxnder Xx

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Senseless #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora