Camino de rosas

"Te quiero"
Me conseguiste con dos simples palabras.
Eras lo más perfecto que había visto nunca.
Tu risa era mi canción favorita.
Jamás me cansé de decirte lo bonitas que eran las arrugas de tus ojos, esas que tu odiabas.
Noches de promesas en las que me decías que siempre estarías conmigo.
Joder, te amaba tanto.
Superastes todas mis expectativas.
Besé todos tus lunares y cicatrices.
Amé cada una de tus imperfecciones tan perfectas.

Pero de repente, todo dejó de ser como lo pintaban.

No era un camino de rosas y aún así me clavé todas tus espinas.
No todo era como los cuentos de princesas que me contaban de pequeña.
Al principio creí que era un mal día, un enfado tonto y que al día siguiente seguirias igual que siempre.
Me equivoqué.
La persona que yo creía conocer se fue tal y como lo hacía el humo de tus cigarillos cada noche.
Tu voz eras más y más ronca, ahora daba más miedo cuando me gritabas.
Jamás me dañaste físicamente, pero supongo que es porque creías que ya era suficientemente con hacerlo psicológicamente.
Sacaste a la luz todos mis complejos.

"¿Vas a salir así a la calle? Pero si se te ven todos los michelines"

"¿Has pensado en blanquearte los dientes? No por nada sino porque dan un poco de asquillo"

"Ve al gimnasio que te hace falta"

Me destruistes tan rápido como me conquistaste.
Parece ser que aposté por alguien que no apuesta por mí.

Se acabó.

Ya dejé de lado todo aquel miedo que te tuve. No eras más que un perro ladrador.
Tenías la autoestima tan baja que necesitabas hacerle daño a alguien para que te prestaran atención.

Aún recuerdo como clavaste tus rodillas en el suelo tragandote todo tu orgullo solo para suplicarme que me quedara, que no podías vivir sin mi.

Era demasiado tarde, ya habías sido un capullo.

Ojalá te pudras en el infierno como lo hizo tu bondad.

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Esta historia no trata de una pareja hetero.
Y ahora, léelo otra vez.