✨Capitulo XIX✨

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Sus labios te devoraban con desesperación. Mordiendo, lamiendo, saboriando. Te agarró con más fuerza, como si te fueras a caer... para darle crédito, puede que lo hicieras. Tus piernas habían quedado flojas, pero luchabas por la estabilidad no queriendo alejarte de sus labios. Entonces se apartó, soltando un suspiro antes de volver a mirarte, con un brillo en los ojos distinto al anterior, satisfacción, como si llevara mucho tiempo queriendo hacer eso, como un niño que por fin ha conseguido que le compren caramelos.

- Sabes a miel. - alabó, mirando fijamente tus labios antes de lamerse los suyos, y volver a mirar hacia tus ojos. Una corriente eléctrica atravesó tu estómago.

- Sabes a alcohol.

Pareció estar concentrado en algún punto fijo de tu rostro, pues no respondió. Sus manos se pasaron por tu cara, torpemente apartando los cabellos hacia los costados. Observaste cada detalle de su rostro, sus ojos hinchados, su cara carmesí- tanto por el alcohol como por la situación -y sus brillantes labios entreabiertos bajo la luz de la pequeña vela.

Se inclinó hacia delante, atrapando tus labios de nuevo. Sus manos se movieron, la izquierda rodeó completamente tu cintura, la derecha serpenteó hasta tu nuca, sujetándote. Llevaste las dos manos a su pelo, enredando tus dedos en sus mechones rubios para pegarlo a ti aún más. Gimió en tu boca y te apretó más hacia él, si lo hiciera más fuerte, te dejaría moretones. Te pasó la lengua por el labio inferior, preguntando, respondiste rápidamente, abriendo la boca y lamiendo su labio superior con tu propia lengua. Jadeó y su mano izquierda bajo hasta acunar tu nalga entre sus largos dedos, la apretó firmemente elevándola hacia arriba. No pudiste evitarlo y gemiste.

Tu espalda baja golpeó contra la mesa de elfo, se habían estado moviendo y no te habías dado cuenta. Ese momento de claridad fue suficiente para apartarlo.

- No. - susurraste intentando enfocar tu vista en otra cosa que no fueran sus labios.

- Si. - insistió a centímetros de tu rostro.

Su aliento a whiskey de fuego abrazo tu rostro y para tu pesar, te diste cuenta que de los dos, habías sido el único que había tomado la decisión de besar al otro de forma consciente. Intentaste apartarte, pero su mano aún estaba posesivamente sobre tu nalga y su brazo derecho te abrazaba por la espalda.

- Estás ebrio. – dijiste con ambas manos en su pecho.

- ¿Y qué? – su voz era arrastrada pero clara. - Si hubiera sabido que tomar alcohol era suficiente para que me besaras, me hubiera aparecido en tu habitación con una botella de Whiskey hace años. – sonrió.

Lo miraste sin poder creer lo que te estaba diciendo. Tus manos temblaban. Buscabas desesperadamente algo que te indicara que estaba haciendo una broma.

- Malfoy.

- Potter. – ronroneó.

- Suéltame.

- ¿Por qué lo haría? – habló el alcohol. Acerco su nariz a tu rostro, inhalando tu piel, dejando que sus labios rozaran los tuyos al hablar. – Estoy cómodo, ¿vos no estás cómoda? – la mano que sostenía tu trasero se volvió a mover para mejorar su agarre.

Cerraste los ojos y apretaste tus muslos. Te estabas sintiendo particularmente húmeda por esos lugares.

- Yo-

Sus labios te cortaron a mitad de palabra. – No hables. – dijo sin apartar sus labios de ti. Quería consumirte, quería que te entregaras a él.

Ninguno de los dos podría haber predicho esta situación. Ambos estaban completamente a ciegas cuando se trataba de reconocer los deseos del otro. Los dos, tan ahogados en su intención de odiarse que se terminaron perdiendo en el camino.

Brave /Draco Malfoy/ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora