Un chico loco

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-¡LARGO DE AQUÍ GATO DEL INFIERNO! - y ahí estaba yo nuevamente corriendo y esquivando cosas que las personas me lanzaban.

《"Vivir de la bondad humana"》 había dicho esa maldita gitana. 《"Maldita seas gitana"》no hay bondad en los humanos peor si eres un maldito animal con hambre.

Había pasado varios días y por orgullo no había querido comer, es más creo que no me habia movido de aquel lugar. No sabía utilizar este cuerpo. Me asusté al sentir mi cola moverse por primera vez. Era raro al parecer se movía sola o había una oarte de mi cerebro, que no sabia cual, que la hacia moverse con algo de ritmo. Cuando el hambre fue tanta, tanta que mis intestinos felinos se retorcían decidí buscar algo de comer pero ¿qué se supone que debía hacer? ¿cazar una rata? ¿buscar en los basureros? No, no lo haría.. o eso creí hasta que el hambre ganó.

Mis primeras opciones fueron intentar entrar a un restaurante. 《"Tonta idea"》No tenía dinero y sobretodo no podía hablar. El camarero apenas me vio cruzar la puerta empezó a hacer sonidos raros con el afán de asustarme y como no lo consiguió intento echarme de ahí con la escoba. Lo mismo me pasó cuando me acerqué por la ventana de una casa, o a la puerta de varias tiendas pero todo fue en vano.

《"Malditos humanos"》 grité fastiadada mientras subía por una pared y alcanzaba el tejado. Estaba comiendo de un mugroso basurero de un restaurante italiano. Sí, comía sus malditas sobras hasta que Peter, el lavaplatos, salió a mandarme de ahí.

Mi pelo se encrespó 《"idiota"》eso era ese tal Peter, un chico de unos 27 años, un fracasado, un despreciable humano porque no le encuentro motivo a que me persiga o quiera herirme cuando solo me como las sobras de un maldito y maloliente basurero. LAS SOBRAS, comida que alguien no quiso y acabaron en la basura con otras cosas más que ya no eran de utilidad pero ahí estaba Peter para negarle la oportunidad a los animales con hambre de llevarse algo a la panza. Yo no era la única que hasra ese basurero llegaba. Había muchos más, entre gatos y perros que viajaban por toda la ciudad hasta llegar ahí para buscar entre las sobras y luego salían despavoridos por Peter.

《"BONDAD HUMANA"》 me reía mientras saltaba por los tejados. No digo que no la haya pero con interés. El ser humano es bondadoso en relación a que podría ofrecerme esa persona después por su ayuda y ahora que era un animal no podía ofrecer nada y por lo tanto ¡Qué bondad, ni que ocho cuartos!

Aprendí que la parte más seguras para mí eran los tejados. Ahí ni perros ni humanos podían alcanzarme. Me había encontrado con otros gatos pero todos eran... animales. Nadie con quién hablar. Solo venía a oler y después se iban.

El día me la pasaba entre los tejados o entre las ramas de los árboles observando como el tiempo pasaba y cuando llegaba el hambre descendía por algo de comida.

Hoy me encontraba caminando sobre el filo de una catedral. La vista era preciosa y maldije una vez más no tener mi cámara conmigo para capturar lo que mis ojos veían. Me senté en el punto más alto y una actitud felina se apoderó de mí. Eleve mi pata a mi rostro y empecé a lamerla. Sentía claro como mi lengua capturaba varios pelos y me pareció asqueroso pero de cierta forma me sentía bien haciéndolo. Estaba ronroneando.

El sol empezó a ocultarse y decidí que era tiempo de buscar comida. No era buena idea ir nuevamente al restaurante italiano así que decidí vagar por el parque. A esta hora se llenaba de puestos de comida y teniendo suerte podría robar algo de comida ahí.

Estaba por conseguir la mitad de un hotdog cuando un perro tuvo la misma idea que yo. El perro empezó a ladrar ferozmente advirtiéndome que no dejaría esa comida para mí pero como gato era un poco más hábil. Si usaba esas habilidades podría ir por ese pedazo de hotdog y salir corriendo hasta alcanzar una superficie alta y eso sería todo para ese can.

Mi hermosa gatitaWhere stories live. Discover now