Capítulo 16

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Me desperté muy tarde y sin ganas. Hoy no fuí a la escuela, me sentía desganada, la cabeza me dolía y sentía que me iba a explotar en cualquier momento.
No le dije nada de lo que pasó anoche a mi mamá para que me dejara faltar. La única que lo sabe es Sara. Me dijo que luego de la escuela pasaría por mi casa. La única persona que quería ver era a ella.

Una vez que decidí ya bajar a la cocina fue solo para agarrar una botella de agua, y llevarmela a mi habitación por si tenía sed y no quería bajar.
Me tape con mis mantas, prendí la tele y puse una película, pero no de amor, lo que menos necesito ahora es terminar llorando por una simple película, cuando ya lloré lo suficiente anoche.

Se hicieron las 12 del mediodía y mis padres ya llegaron a casa al igual que Max.
Escuché los pasos de mi madre dirigiéndose a mi habitación:

-Emma, ¿cómo te sientes cariño?- le dije que tenía fiebre y me dolía la panza. Eso era lo único que se me ocurrió para decirle. Se sentó en la cama y llevo unas de sus manos a mi frente para ver si estaba caliente.
Yo corro su mano de mi frente, porque se iba a dar cuenta de que en realidad no tenía fiebre- Pues, veo que te sientes mejor- asentí con una sonrisa disimulada.
-¿Te sigue doliendo la panza?
-No, ahora ya no tanto.
-¿Vas a comer?- No tenía hambre, me sentía llena y también que todavía tenía la comida de anoche en mi garganta.
-No creo- Mi madre asintió convensida
-Bueno, avísame si necesitas algo- Me dió un beso en la cabeza y se fue.

Al cabo de unos 30 minutos llega Sara preguntadome de todo, ah y también le pedí que me trajera lo que escribieron hoy, ya que tenemos algunas clases juntas.
-Entonces... ¿Me vas a decir que te pasa?- Luego de unos minutos de silencio decidió hablar. ¿Cómo sabía que algo me pasaba? Sara me conoce más de lo que me imaginé.
-¿Cómo supiste que me pasa algo?
-Emma, tal vez no seamos amigas desde pequeñas, pero aún así, siento que te conozco hace años y también que conozco cuando estás bien y mal- Sus palabras me sorprendieron. Sonreí con una sonrisa sincera y por impulso me tiro sobre ella con un abrazo -¿Me vas a decir?

Comencé a decirle todo lo sucedido con respecto a anoche. Cuando terminé ella quedó analizando todo lo que le dije tratando de entender porque le dije algo rápido. Reí.

-Así que lo de la malteada no lo hizo con intenciones ni todo lo demás, ¿pero entonces por qué lo hizo?-
-Porque dijo que lo hizo "obligado para entrar a su grupo"- dije moviendo mis manos con mis dedos índice y el dedo mayor.
-Para mí es algo obvio- Le miré con cara extrañada, no entendía lo que quería decir- Quiero decir que Shawn está enamorado de ti-reí a carcajadas mientras que mi amiga mi miraba sería.
-¿Shawn? ¿Enamorado de mi?- Asintió con una sonrisa en su fino rostro, yo me reí más golpeando mi cama.
-¿Me dejas explicarte?- Asentí.
-Si Shawn no te quiso hacer lo que me dijiste y cuando lo hace te mira de forma preocupado o arrepentido, y la noche de la fiesta te trajo de vuelta a casa y en eso te miraba y hablaba con su forma dulce... Pues solo significa una cosa- Dejó de hablar para que yo contestara, pero no tenía ni la más pálida idea.
-Qué es...- Continué.
-Que siente cosas por tí, es obvio- Rodó los ojos.
-Y qué dices sobre los vídeos y fotos que me manda ese número desconocido.
-Ya te dijo que lo obligaron.
-Si, pero cuando lo dijo escuché que susurró un "lo prometió".
-No sé que decirte ante eso- Sonreí victoriosa.
-Todos tienen alguna explicación razonable para dar.

{...}
Cuando Sara se fue -no más de 1 hora- me quedé pensando en lo que me dijo acerca de que Shawn siente cosas por mí. Es imposible, el nunca me demostró en lo más mínimo una pista de sentimientos encontrados. Además de que eso nunca pasaría, ¿Por qué? Porque tengo suficiente para no salir con el después con todo lo que el me hizo, pero como me dijo mi amiga una hora antes todos tienen alguna explicación razonable para dar, pero ¿cómo explica Shawn todo lo que el me hizo y dijo? Fue todo una broma para un programa de TV? No, claro que no. Shawn me hizo todo lo anterior porque quiso, porque cambió.

Decidí levantarme de la cama y salir a correr. Últimamente no he hecho nada de ejercicio, solo tirada en la cama o sillón, aunque comer tampoco.
Caminé hacia el ropero. Me puse una calza deportiva, una remera gris y mis casi sucias zapatillas Nike.

{...}
Jadeo y seco el sudor de mi frente con la mano. Mi corazón late con rapidez y presiona mi pecho, dándome la sensación de que se saldrá en cualquier momento.
Estoy molesta con Shawn. Se me hace inevitable no para de pensar en lo que me dijo la anterior noche, y lo que me dijo Sara. Doy vueltas y vueltas pero sigo sin entender. ¿Qué excusa me dirá? Eso si nos volvemos a ver. Lo extraño, a él y a su pelo rizado, sus hermosos ojos miel, su sonrisa que puede hacer feliz a cualquiera, su fino abdomen. Extraño todo de él.
Decido parar a sentarme en una banca cuando siento el costado izquierdo de mi panza doler.
Sigo pensando en Shawn, dios este chico me va a volver loca. ¿Cómo no extrañarlo? Te puede hacer sentir la persona más suertuda del mundo cuando estás junto a él, pero así como te puede hacer sentir suertuda, también te hace sentir culpable de todo con solo su mirada fría e intimidante. 

-Hola, ¿Puedo sentarme?- Un chico me saca de mis pensamientos. Yo asiento con una sonrisa. -¿Cómo te llamas?- Lo analizo bien: tiene un fino rostro con cachetes muy redondos en los que te puedes quedar apretandolos por horas, ojos azules, que gracias a la luz del día brillan como oro. Pelo perfectamente lacio y despeinado, negro. Y un cuerpo extremadamente fuerte. No se notan sus abdominales, pero gracias a su remera sudada que se le pega por su cuerpo deja ver muy bien sus finos cuadrados. 
-Emma, ¿y tú?
-Soy Sam, pero prefiero que la gente me llame Sammy.- esbozo una sonrisa- Estrechó su mano en mi dirección. Su mano era muy suave, como el trasero de un bebé, demasiado.
-¿De donde eres, Emma?- llevó a su mano a su cabello para acomodarlo.
-¿Por qué piensas que no soy de aquí?- Lo miré confundida.-
-Oh vamos, ¿me vas a decir que ese acento es estadounidense?- Rió.
-Me atrapaste, soy de Canadá- apenas podía hablar, sentía la voz muy seca.
-¿Quieres?- Extendió su mano ofreciendome su botella de agua. Asentí con gusto.
Tomé un sorbo de su refrescante agua e inmediatamente sentí la voz mucho mejor. Raro.
-Gracias. Adiós, me tengo que ir.- Me levanté para irme pero Sam me agarró de mi sudorosa mano y nos quedamos muy cerca, gracias a que este se levantó antes de agarrarme. -Quieres que te lleve?- Me miró los ojos muy de cerca.
-Está bien.- Nos separamos con incomodidad y caminamos hasta su camioneta.

{...}
El camino no fue lo para nada incómodo -a lo que agradecí- ya que íbamos escuchando la radio y conociendonos más. Por lo que me pude dar cuenta Sam es muy amistoso y también te hace sentir muy codomoda junto a él. Es divertido y raro a la vez, no le importa hacer el ridículo en público gracias a que no le tiene miedo a lo que los demás digan sobre él. Eso último le envidio.

-Aquí es- estaciona frente mi casa poniendo el freno- Asentí.
-Gracias por traerme.- Le ofrezco una sonrisa amable y me desabrocho el cinturón y justo cuando abro la puerta para bajarme del coche me agarra con suavidad el hombro.
-¿No vas a darme tu número de teléfono?- Disimulo una sonrisa. Me giro a el de nuevo y extiendo mi mano, el me mira confundido.
-Dame tu celular, voy a escribirlo.- Sonrió de costado y lo agarro cuando escucho un "ah" de su parte. Lo escribo rápidamente y me guardo como "Emma la más linda". Sonrió satisfecha y se lo devuelvo.

Entro a casa y desde la puerta le saludo agitando la mano.
Saludé a Max y a mi padre, que como siempre estaban viendo sus importantes partidos de fútbol. Subo a mi habitación y no dudo en darme una ducha, olía muy mal y la cabeza me daba punsadas cada un segundo.
Salí envuelta en una toalla, miré la hora, eran las dos de la tarde, miré mi cómoda y blanda cama tendida perfectamente y pensé "nada mal para dormir" negué con la cabeza para no seguir pensando en eso, tenía que terminar de escribir lo de la escuela. Me visto con un pantalón negro, una remera manga larga de algodón blanca, mi buzo favorito, que tiene la palabra Queen en letra grande y una foto de Emma Watson, sip. Y me quedé en medias. Me cepillé el pelo suavemente, me lo sequé y lo dejé natural, suelto. Amo mi cabello, no da trabajo para que quede bien, solo con secarmelo queda lacio y además de que me encanta el color. 

 

Secretamente tuyo (Shawn Mendes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora