Boo ; Él

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Boo comienza a relatar. Los músculos de sus brazos se contraen y distienden según gesticula; las venas voluptuosas bajo la piel como hiedras serpenteantes. Se pone de pie para enfatizar su monólogo, el color de su voz evoluciona a un acalorado azul eléctrico.

Seokmin, con su asemejada expresión a una máscara yangban, rompe a carcajadas; Soonyoung le secunda por lo que muchos temen que es el placer de escucharle. Los demás parecen haberse ausentado, pero eso no detiene a Boo de tratar de hilarles a su intrigante relato. En un momento dado explota de emoción, las hiedras se pulsan y sueltan como teclas del piano, cambiando posiciones en su extremidad. Ríe controladamente después de ello, como si se dirigiese a un público lejano, como si su show hubiese culminado.

Después de ello el coreógrafo toma la delantera, pero parece estar tan enfocado en el vocal principal de nariz afilada que Boo regresa a su lugar. Donde está él. Suspira y derrumba su máscara elocuente para este, que le mira sin casi aliento; toma su mano distraídamente y echa un vistazo en derredor antes de cerrar los ojos.

Boo.

Su personalidad es honesta y refrescante. Su porte es cómico y desvergonzado, gentil y poco cuadriculado. Las líneas que lo delimitan, tanto objetivas como subjetivas, son voluptuosas y abundantes como un océano. El mar de sus ojos transmite picardía y familiaridad, su rostro redondo hace temblar de envidia a la luna. No hace falta exponerlo frente al sol para que deslumbre, no es necesario travestir de rosa el concepto que se comparte de él. Es ambicioso y a veces hasta envidioso, cada día vacía todo su potencial para darse impulso; a veces él tiene que ayudarle a avivar su llama, a veces debe regalarle palabras para alentarlo o protegerlo, o ambos. Es un niño y a la vez un adulto. Es un inconsciente y a la vez algo meticuloso. Tiene una palabra para cada pregunta, tenga sentido o no. Tiene algo que ofrecer de sí mismo lo pidas o no. Es orgulloso pero igual ama ser reconocido. Ama exponerse y recibir, ama interaccionar y reinventarse. Su actitud es poco refinada y hasta irritante, pero...

Él ama cómo Boo sale cada día a presentarse a gente nueva, cómo pasa por la vida de todas las personas que puede sin descanso alguno; cómo vuelve tras cada día de hacerlo y se deja caer en sus brazos, porque son los de un hermano, los de un enlace. Porque él sabe que aunque su Boo sea cercano a mucha gente o pretenda serlo siempre él tendrá un lugar. Boo siempre tiene momentos para él. Boo le confía los retazos más puros de su día a día y él está enamorado con la sensación que ello le produce.

Le vuelve loco, a menudo, la rabia de no poder rozarle más a diario. Le inunda de vez en cuando el sentimiento de naufragio, porque si los ojos de Boo pueden transmitir el mar en calma también pueden transmitir la tormenta. Y su barco hace mucho se ha volcado, hundido y anclado en el fondo del mar y eso le desquicia. Le desquicia haberse aventurado a sus aguas aún conociendo el temporal; le desquicia haberse quedado prendido de Boo porque conoce la resolución.

Pero se dice que la luna controla las mareas; la luna que ambos comparten es una luna esculpida rectangular, una luna de qué dirán y pecados capitales; una luna que si baja la mirada y encuentra el barco hundido enloquece y provoca tempestad.

Él está desquiciado sabiendo que existe bajo ciertas normas. Está desquiciado porque Boo es su compañero, porque es hombre y porque no le ama. Está desquiciado... Pero le parece bien.

Le parece lo mejor. Disfrutar de sus mimos de vez en cuando, continuar con su amistad como si todo estuviese bien así. Él no necesita de Boo nada más que el hecho de que no cambie nunca. Él no necesita más que algo de intimidad entre hermanos, entre compañeros. En serio. Él está bien así, con su amor a punto de estallar pero siempre bajo llave. Él muere de hambre de Boo, pero prefiere no matar su relación solo por darse o no un festín temporal. Él solo quiere lo mejor para Boo... Pero también desearía dejar de pensarle tanto y a cada rato, como en aquel instante. En aquel instante en el que su mar le mira, despidiendo burbujas de aire para mantenerlo a salvo.

Toma una burbuja y aspira con fuerza, retomando la consciencia. Boo le mira.

— Estás raro de nuevo. — había dicho — Estás raro de nuevo, Hansol... ¿Te sientes bien?

El mencionado despierta gracias al oxígeno de su voz y en sus mejillas revolotean pétalos de cerezo; su mente explota en pensamientos.

— Estoy bien. — se mira en los ojos de Boo, en su mar, y parpadea suavemente. Continúa ahogándose, pero se recuerda que es lo mejor, por su empresa y por los fans. — Estoy bien, SeungKwan.

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⏰ Última actualización: Oct 27, 2017 ⏰

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