Era una mañana de sábado muy soleada y agradable, la primavera estaba en su esplendor y la mansión Ral se adornaba por verdosos jardines, flores coloridas y un ambiente muy fresco y lleno de serenidad. Pero en la recamara principal, la joven señorita dueña de aquella mansión se encontraba aun en la cama, bajo las sedosas sabanas y con muchas almohadas de plumas y cojines sirviéndole de protección, ella misma se encargó de crear una muralla que la protegiese de todo a su alrededor, pues la noche anterior fue un total martirio para ella, de su mente no salía la imagen de aquella pelirroja besando la mejilla de cierto chico y tampoco pudo evitar el recordar aquellas palabras que pronunció con sorna y que para ella fueron muy sucias. Petra Ral no durmió ni un tan solo segundo, se lamentaba por no poder olvidar aquel suceso y se preguntaba porque demonios le importaba tanto, también hacia rabietas bajo las sabanas y de vez en cuando insultaba a los protagonistas que inundaban con fuerza sus pensamientos. La peli naranja los visualizaba en posiciones poco decentes y también se imaginaba a ella misma arrancándole los cabellos a Nifa. Petra estaba completamente furiosa y la única manera de desahogarse era creando aquel muro de almohadas que servirían de refugio, pero... ¿Para protegerse de qué o quién? Simplemente no había respuesta para eso, solamente era algo que ella hacia desde niña y era la única manera que tenía para relajarse a sí misma y pensar, pensar mucho.La chica de ojos color miel dejo salir una que otra lagrimilla durante la madrugada, pero también ideaba y planeaba miles de cosas a la vez, cuando el sol comenzó a iluminar su habitación y la claridad se colaba por las sabanas, ella aun con su diminuta pijama color turquesa y su cabello naranja completamente revuelto y con ligeras ondas en las puntas, decidió que era suficiente y de una vez por todas salió de su improvisado escondite. Aventó cada almohada al suelo y se desarropó por completo, se colocó de rodillas en la cama al mismo tiempo en que se sentaba sobre sus tersas pantorrillas y observó hacia la ventana, era un día hermoso a pesar de todo y decidió que lo aprovecharía al máximo.
Rápidamente se puso de pie y corrió a su vestidor, se dirigió directamente a uno de los guardarropas y al abrirlo sonrió ampliamente. Sus hermosos ojos color ámbar se posaron en cada prenda como si buscasen una en especial y luego de unos minutos, la encontró. La peli naranja chillo de emoción y la tomó entre sus manos, la llevó hasta la cama y la acomodo sobre esta de una manera delicada, regreso al vestidor y buscó en uno de los armarios otra cosa especial para ella, algo que siempre quiso usar y que ahora era la oportunidad perfecta. Escogió entre tantos colores y estilos, pero al final solo una de todas llamo su atención. Un par de minutos después, varios de los cajones en donde guardaba su preciada lencería se encontraban totalmente en desastre. Encajes, transparencias y pequeñas y sensuales piezas de tela se encontraban sobre el suelo, pero al igual que lo demás, ella solo escogió lo mejor de lo mejor. La peli naranja combinó sus prendas a la perfección, llenó su bañera de burbujas y uso cada una de las sales perfumadas que tenía para dejar completamente exfoliado su cuerpo. Se preparó lenta y meticulosamente, el reloj marcaba las once de la mañana y ella seguía frente al espejo asegurándose de que el conjunto de lencería que escogió fuera el indicado y así fue. Lentamente subió las medias por sus tersas piernas hasta sus muslos y ató las cintas a sus bragas. Luego de colocarse la ropa y verse una última vez al espejo, Petra comenzó a recoger su cabello y sonreía ampliamente mientras cada mechón naranja era sujetado con pequeñas pinzas para luego ser cubierto por una extensa peluca color azabache. El toque final fueron unas gafas que no tenían nada de aumento pero que a cualquiera harían pensar que la peli naranja sufría de miopía.
Lista y con un sencillo bolso en manos, la chica de ojos color miel comenzó a bajar las escaleras y la cara que algunos empleados hicieron ante la extraña señorita frente a sus ojos, era completamente indescriptible.
-Se-señorita Petra... ¿es usted? Disculpe mi asombro, pero es la primera vez que usa ese atuendo ¿Acaso ira a una fiesta de disfraces o algo así? La nana de Petra estaba completamente en shock y más aún cuando confirmó que era su pequeña niña la que vestía aquel inusual atuendo.
ESTÁS LEYENDO
La pervertida de ojos color miel.
FanfictionLevi Ackerman es un estudiante de preparatoria bastante popular , las chicas no son un problema pero simplemente no le interesa el tema del amor y dicha característica lo hace el típico rompecorazones , su vida entera cambia cuando cierta pervertida...