Capítulo 8: "El Grifo y la Falsa Tortuga"

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Mientras el Rey y el Valet seguían entretenidos buscando al Gato, El Duque se acercó a mí y me dio un desesperado abrazo.


-¡Allen! No sabes cómo me alegro de verte.-exclamó mientras se separaba del abrazo.


-Y-Yo también a ti...Duque...-respondí un poco incómodo por la situación.


Ambos estábamos prácticamente desnudos, por lo que decidimos vestirnos y fingir que nada de aquello había sucedido. Seguidamente, me agarró del brazo con gentileza y me llevó a dar un paseo por los jardines, mientras tanto los demás permanecieron dentro haciendo a saber qué cosas ya.


Mientras caminábamos, el Duque me empezó a contar todo lo que le había sucedido desde que desaparecí de su casa sin avisar. Me incomodaba tenerlo cerca, no porque fuera feo ni mucho menos, sino porque solo con verlo recordaba la noche que pasé en su mansión y me asustaba que en cualquier momento volviera a atacarme.


-¿Me estás escuchando, Allen?-dijo serio mientras me sacaba de mis pensamientos.-Parece que no te sorprende que no rodeé tu cintura con mi brazo, pero verás, después de lo sucedido con el amante del Rey no me atrevo a tocar nada que haya sido marcado por él.-su voz se volvió más profunda.-Aunque yo fuera el primero en marcar ese delicioso cuerpo tuyo.


-D-Duque...-dije avergonzado.-P-Por favor, me gustaría que cambiásemos de tema de conversación.


-Lo haré,-dijo con una amable sonrisa.-pero a cambio me dejarás jugar un poco contigo, ¿vale?


-Pero acabas de decir que...


-No importa.-el Duque miró a ambos lados y, tras comprobar que estábamos solos, me llevó tras unos matorrales.-Aquí tendremos un poco de intimidad.


El Duque tiró nuevamente de mi brazo y me sentó sobre él en su regazo. Comenzó a besarme con deseo y provocación, haciendo que mi cuerpo se estremeciera. Sentía el calor en mis mejillas y recorriendo todo mi cuerpo, pero se concentraba una gran parte de ese calor ahí, en mi entrepierna.


-Tengo una idea.-dijo el Duque tras terminar el beso.-Hagámoslo a la vez.


Lo miré atónito y confundido. Una vez que se tumbó y me colocó encima con mi cabeza orientada hacia sus pies, mi rostro sobre su entrepierna y la mía a la altura del suyo. Liberó primero su miembro, dejándome ver su potente erección que rozaba con mi mejilla llenándola de líquido preseminal. De un momento a otro, sentí como se introdujo mi miembro en su boca y lo sacó.


-Vamos, no seas el único que tiene diversión.


Abrí la boca para responderle y él aprovechó para introducir el suyo en la mía. Empezó a mover sus caderas lentamente, aumentado el ritmo poco a poco, mientras usaba su lengua para volverme loco. Estaba muy cerca de sentir mi final y antes de que terminase, el Duque sacó mi miembro de su boca, terminando así sobre su pecho.


-Hmp...¡nh!...


-Ah...Allen...voy a...

País de las Maravillas (yaoi hard)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora