La Isla

videollamada

Pasó un rato desde que empecé  a empacar, cuando mi teléfono empezó a sonar.
Era una solicitud de videollamada de Esme y Dante. Con un rápido toque, acepté la llamada y se oyó la emocionada voz de Esme.

-¡Hola Livi!- dijo Esme.
-¿Que cuentas?- dijo Dante

Esme me llama de esta forma desde que la conocí. Livi es el diminutivo de Livet. Mi nombre traducido del Noruego significa vida. Es curioso, porque yo estudio biología y mi nombre significa vida.

-Hola Esme, hola Dante- respondí.

-Estoy muy emocionada por todo el asunto de la isla. Según la maestra, la isla se llama Kirneh y acaban de descubrirla hace apenas dos meses pero nadie se ha animado a explorarla.- dijo Esme.

- Tuvimos mucha suerte de que la directora de la uni conociera a Sara Holm y poder ser los primeros en poner nuestros lindos pies en esa isla- respondió Dante.

Sara Holm fue quien descubrió la isla Kirneh hace unos pocos meses. Recuerdo cuando pasó. Los periódicos y televisiones no paraban de hablar del tema porque nadie creía que hubiera otra isla sin descubrir, y a parte de tamaño tan grande como es el de la isla Kirneh.

-Yo también estoy emocionada, pero debo aceptar que tengo un poco de miedo porque nadie sabe qué tipo de plantas venenosas o animales puede haber.- dije.

-!Eso lo hace aún más emocionante! ¿Qué tal si descubrimos una nueva especie de planta u hongo? Le podríamos poner nuestro nombre!
Que les parece "Dantiphilus". Dijo Dante

-jajaja cállate- respondí

Pasamos toda la tarde hablando de la Isla y al mismo tiempo empacando. El tiempo pasó demasiado rápido. Me empecé a preguntar si no me marearía en el trayecto de Cozumel a Kirneh, ya que para llegar necesitaríamos de 5 a 6 horas

Esme me recordó llevar maquillaje, aunque en una isla como aquella no hubiera habitantes que apreciaran un buen maquillaje. Al menos que hubiera algún mono buscando a su enamorada.
Solo a Esme se le ocurriría maquillarse en Kirneh.