U N O

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13 DE DICIEMBRE DEL 2017 

El sonido de mi cámara se mezclaba con el sonido de la lluvia cayendo salvajemente en la acera de aquél gran parque, los vidrios de los autos empañados por el frío y la humedad de Portland hacían el ambiente perfecto para aquella dichosa fotografía que me habían pedido unos días atrás. ''Necesito el aroma, la esencia de aquella hermosa ciudad, quiero ver tal y como es Portland, quiero ver a las personas, quiero ver sus edificios, quiero ver a Portland en su naturalidad, quiero ver ese hermoso toque que tienen todas y cada una de tus fotografías Jauregui. '' Y ahí estaba, en la orilla de un parque centrado en medio de Portland, a las diez de la noche, tomando todas las fotografías que podía hacer. Se podía apreciar todo desde ahí, como una pareja de aproximadamente veinte años tomándose de las manos, algunas familias paseando con sus hijos, una pequeña lloriqueando por haber perdido su paleta, un grupo de amigos pasando un buen rato y por último, yo, una persona que amaba su profesión, una persona que le apasionaba su trabajo y no lo hacía sólo por el dinero, lo hacía por ella misma, porque para mí la fotografía no es tomar una cámara y darle clic a un botón. La fotografía se trata de poder apreciar el grandioso paisaje que nos puede brindar el mundo, se trata de contemplar el momento, se trata de transmitir emociones, de poder ver más allá que un simple cuadro, de teletransportarte a ese lugar aunque nunca lo hayas visitado, aunque nunca antes lo hayas visto. Tomé unas fotografías más pero sin duda la última había sido la mejor. Había costado un poco más de trabajo hacerla pero sabía que sería perfecta. Me tumbé de rodillas en el suelo provocando que me mojara un poco el pantalón y el abrigo que tenía puesto. En ella, el suelo se veía cubierto por una fina manta cristalina en donde se reflejaban los árboles y los edificios que se asomaban entre ellos, personas caminando de un lado a otro con sombrillas cubriendo sus cabezas y más al fondo, la joven pareja fundida en un tierno abrazo donde se podía ver a la chica sonreír y derramar algunas lágrimas con un atisbo de felicidad. El chico le había propuesto matrimonio delante de todos los presentes y la chica primero se había puesto a llorar para después besarlo y darle el ansioso sí. Se preguntarán, ¿por qué no tomaste la foto justo en el momento de la propuesta? , simple, momentos como esos debían ser apreciados y valorados en piel propia.

Poco a poco iba dejando aquél hermoso parque al que sabía que dentro de muy poco volvería a visitar. Guardé la cámara en la mochila impermeable que llevaba conmigo y no me molesté el sacar la sombrilla porque la lluvia se había calmado un poco. El departamento no estaba tan lejos así que decidí caminar, no me haría daño. Deslicé mi mano por mi abrigo hasta llegar a el bolsillo que había en el, dentro de éste, una pequeña cajita color negro de terciopelo escondía un precioso regalo para lo mejor que tenía en mi vida, para la persona que me había sacado de ese gran agujero, para la persona que había amado desde que la vi por primera vez en el pasillo de la preparatoria, para el amor de mi vida. Sentí cómo una sonrisa se plantaba en mi rostro nada más de recordarla, la amaba, siempre lo había hecho y juro por mi vida que lo haría siempre. Me paré frente a las escaleras de incendio que estaba fuera de mi departamento, poniendo el brazo en una de las barras y mi cabeza en ella, cerré los ojos por unos instantes y dejándome llevar por el ambiente.

—Un centavo por tus pensamientos. —Dijo una voz a mis espaldas. Me di la vuelta con una sonrisa sabiendo que era Camila la que había hablado. Ella se acercó a mí envolviendo sus brazos en mi cintura.

—Hey, ¿cómo sabías que estaba aquí? ¿Acaso me acosas? ¡POLICÍA, TENGO UNA ACOSADORA!— Negó riendo, tapándome la boca con su mano y rodando los ojos sin borrar la sonrisa de su cara

—Cállate idiota, la verdad es que sí, puse un rastreador en tu celular así que sé a dónde vas, así que ni se te ocurra engañarme Jauregui, te tengo en la mira, aparte, si me engañas pierdes al amor de tu vida, así que no te conviene. —dijo encogiéndose de hombros con una gran sonrisa en sus labios. Me incliné a su rostro tomándola por las mejillas y dejando un cálido beso en sus labios.

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⏰ Last updated: Aug 02, 2017 ⏰

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Mi mejor fotografía || CamrenWhere stories live. Discover now