Abrió sus ojos de manera brusca e inesperada, se reincorporó levemente, de forma en que su cuerpo se arqueara, rozando ambas palmas con sus rodillas flexionadas. Su pecho se contraía y expandía con rapidez, cierto calor se había adueñado de sus pómulos, permitiéndole asegurar que su cuerpo reaccionaba ante aquellos extraños sueños insinuantes.
No sabe cómo, pero un leve gemido se escapó de sus labios, al abrir la boca –inestable y seca- su cuerpo ahora, temblaba. Negó con la cabeza, no sin antes maldecir en los idiomas disponibles en su sistema cognitivo. Al verificar su palma, pudo notar la sudoración instantánea –esta se había adueñado de su cuerpo-, parpadeo al alzarla y llevársela hacia sus labios, cubriéndolos por completo, al igual que su nariz. Cerró sus ojos permitiéndose recordar –consiente o inconscientemente- así lo deseaba-
Es entonces cuando el aroma completamente – o no tanto, pero si nuevo de esta forma- se adentró en su cavidad nasal, y es que la fragancia mentolada era algo casi sublime y más si se entremezcla con el candor de la temperatura interna – o eso parecía- aun así continuo con los ojos cerrados, no quería –en verdad no quería- dejar de disfrutar ese peculiar asalto, por lo que muy quieta esperó a que la situación cambiara – como hacía días sucedía- de preferencia , anhelaba que se tornara para bien. Y es que aquel aroma no solo se percibía al escuchar la puerta cerrarse y unos pasos andar, sino que también, se colaría intruso, después de sentir el colchón hundirse muy cerca de su cuerpo. Era entonces cuando ese suave vientecillo acariciaría sus labios tan tortuosamente, que no sabría si el sonrojo sería tan notorio como para delatarle. Procuró no moverse ni hacer una respiración más acelerada que la habitual. El momento se acercaba lo sabía- como en cada una de las noches después de ese extraño día de otoño- entonces, sus parpados y su masa muscular, se tensan por completo, como si fuera a recibir un golpe, uno al que secretamente disfrutaría.
De esa manera, finalmente, sucedió.
Sus labios fueron envueltos por otros, suaves y tibios, dándole un contacto delicado, el cual la llevaría a un mundo nuevo, solo comparable a un ojo humano , talvez a una mejilla o tal vez a esos chocolates que su amiga Yoriko tanto se empeñaba en preparar para San Valentín –aunque ella nunca sabría realmente a que sabían- . Su estómago comenzaba a hormiguear mientras su rostro tomaba rápidamente color, casi y ya no podía respirar, los nervios , las ansias, todo en conjunto la estaban debilitando por completo, pero eso no había sido ningún inconveniente, no hasta el momento en el que un contacto nuevo, diferente – exactamente algo más húmedo- se deslizó con lentitud por su labio inferior, ese algo resultaba ser algo tan gratificante, tan suave y rugoso, tan cálido y mojado, que pronto dudaría de lo sensitivos que podían llegar a ser sus sueños.
Su corazón latió con fuerza, eso era algo que nunca había sentido en todo lo que llevaba de existencia y pronto comenzó a preocuparse por su bienestar mental –temiendo perder la cordura con un sueño húmedo- , sí por que así era. La boca ajena se movía gradualmente mientras la lengua, experta, ágil, se movía lánguida, provocando espasmos en su cuerpo. ¿Cuánto aguantaría?, no lo sabía, lo que sí tuvo en cuenta fue ese molesto ruido que escuchó en su ventana, algo había impactado en ella. Logrando que su pretendiente de medianoche se separara instantáneamente de su cuerpo, podría apostar a que si lo viera en ese preciso momento, estaría en la pose alerta típica de un gato callejero, con sus ojos encendidos y cola parada, aquella imagen le fue de gran distracción para calmar las ansias que aun habitaban en su tembloroso cuerpo.
Ya no pudo sentir ese aroma, ni ese calor otra vez. Porque tras los pasos y la puerta ser cerrada, su corazón sufrió un breve lapso agónico. Sin embargo no podía evitar pensar porqué es que era a ella a quien visitaba de aquella manera.
Al mirar hacia la ventana descubrió una aguja rojiza clavada en el marco de madera, por fuera.
Ya tenía una razón más para odiar a ese tonto hermano suyo.
Gracias por leer♥
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Let's talk about love : Gotta talk to you
Fanfic[Cadena de drabbles Touken] La sonrisa que se quiebra, el adiós que es inminente. Los ojos azules que se cristalizan y unos grises que se oscurecen. La figura que se borra en la lejanía y la impotencia del llanto resurge. -¿Duele, verdad?-