"Nadie quiere olvidar las cosas que se quieren recordar"
De pie observando las flores blancas que adornan el lugar, espero por la chica de mis sueños. No puedo creer que por fin hoy, uniremos nuestras vidas para siempre. Me parece que fue ayer cuando la conocí.
Un día soleado, su hermosa silueta era lo único que el astro rey me dejaba observar. Cruzaba la calle mientras yo no podía dejar de verla. Miré la luz del semáforo que cambio a verde, los vehículos que estaban detenidos comenzaron a acelerar. Uno de ellos estaba muy cerca de ella, quién parecía no percatarse de nada. No lo dudé ni un segundo y corrí hacia ella, la tomé de la mano para acercarla a mí y así alejarla de la carretera. No medí mi fuerza y su cuerpo chocó contra el mío, ella solo estaba inmóvil, tal vez la impresión y el miedo de lo que podría haberle sucedido la dejó así.
Bajé mi vista y observé su rostro aun pegado a mi pecho. Una corriente pasó por todo mi cuerpo dejando un cosquilleo indescriptible, y que jamás había sentido antes. Mis manos comenzaron a sudar.
¿Qué es esto que estoy sintiendo? ¿Será que... así es como se siente el amor a primera vista?
Así era, sin darme cuenta me enamoré con solo sentirla cerca. Era la primera vez que la veía en mi vida, pero en ese entonces deseé que no fuera el último. Mi corazón se aceleró más al por fin ella alzar la vista. Sus ojos tenía un brillo único, sus mejillas mostraban un color rojizo que sobresalía en su piel blanca.
—Lo siento mucho —se disculpó al momento que se alejó de mí, mientras retiraba los auriculares de sus oídos. Esa fue la razón por la que no escuchó el arranque de los autos.
Deseaba decirle alguna palabra pero me fue imposible, estaba tan nervioso que mis labios no podían pronunciar ruido alguno, solo una pequeña sonrisa penosa. Ella comenzó a caminar para seguir su rumbo no sin antes regalarme una sonrisa ante mi torpe comportamiento.
—No te preocupes —Demasiado tarde para comenzar a hablar, ella ya se encontraba lejos de mí—. ¡Eres un tonto! —me reprochaba por no haber reaccionado cuando la tuve enfrente.
Ese día la volví a ver en el colegio. Era mi primer día ahí, así que no conocía a nadie. Al verla en el salón al que asistiría, sonreí. Al sentir sus ojos en mí, borré la sonrisa y desvié la mirada fingiendo no haberla visto. Así o más torpe, era obvio que ella se había percatado de mi actitud.
—¡Hey! Ven, siéntate aquí —alzó la voz para dirigirse a mí.
Tontamente me señalé murmurando "yo" a lo que ella sonriente asintió.
—Gracias por lo de hace un momento. Si no estuvieras ahí ya estuviera muerta — continuó al momento de que tomé asiento a un costado de ella.
—N-No fue nada —me esforcé para ahora no quedar mudo esta vez.
—Entonces ¿mi vida no vale nada?
—N-No, no quise decir eso yo...
—Es broma —sonrió muy alegre, al verla solo pude sonreír con ella, pero sentía que mi corazón se me salía de tan rápido que latía dentro de mí.
Y aun hoy siento igual al verla entrar a la iglesia del brazo de su padre. El vestido de novia se opaca con su belleza, no hay nada más hermoso que ella. Hoy igual que aquel día mis manos sudan, es un día importante para ambos. Después de cinco años de noviazgo hoy por fin comenzaremos una nueva vida.
Al estar frente a mí, la tomé de la mano para colocarnos frente al cura, quién inició la ceremonia religiosa para nuestra unión matrimonial. El clima es perfecto, igual que el primer día, soleado con algo de viento fresco, perfecto para una celebración de tal magnitud al aire libre. Nuestros invitados están más que felices por nuestra boda.
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ONE SHOTS
FanfictionEn éste álbum encontrarás historias cortas (de un solo capítulo) de varios artistas de Asia.