Capitulo I "Aterrizar"

2 0 0
                                    


     Mi equipaje ya se encontraba dentro del avión. Erick, me tomaba por los hombros diciéndome palabras de aliento. Estaba preocupado por mi, pude percatarme debido al temblor en su voz. Lo abrace con fuerza mientras seguía escuchándolo – Estarás bien hija, haya te cuidaran, no tendrás que preocuparte por nada –. El era un hombre fuerte, algo alto y de tez morena, bastante atractivo para su edad que rozaba los 50, siempre protegiendo y salvando a los demás, como buen oficial de policía que es – Ya es hora, ¿Cuídate si? Estaremos en contacto, iré dentro de un par de días cuando se termine el papeleo de pase para la oficina de Atlanta. Te amo, nos vemos pequeña – Lo extrañaría demasiado. Me despedí de el y me dirigí a la entrada del avión, le di mi pasaporte a la mujer y me dejaron pasar. Una vida nueva me esperaba.
     El viaje era largo, tenía mucho tiempo para organizar que haría al llegar. Primero dormiría una siesta y me daría una ducha, el trayecto seguro me dejaría exhausta. Segundo desempacaría, según Erick mi cuarto ya estaba amueblado, así que eso me ahorraría tiempo. Tercero debía cenar, comunicarme con mi padre y alistar las cosas para la escuela, lo mejor seria que me fuera a dormir en cuanto terminara.
     Una vez en tierra, busque mis maletas y me dirigí afuera del aeropuerto, logre conseguir un taxi rápidamente,  de momento todo iba saliendo bien. Le di la dirección al chofer, para luego recostarme sobre mi asiento con los auriculares puestos,  necesitaba despejarme un poco, me sentía agobiada. La música acallo mis pensamientos durante unos minutos, mi nuevo hogar me esperaba, no me emocionaba la idea de dejar el departamento en el que vivía con mi padre en Canadá, pero bueno, el vendría en unos días y todo volvería a la normalidad. Bueno, a mi normalidad – Ya estamos a pocas manzanas señorita –  dijo el conductor amablemente, le sonreí levemente – Gracias – le murmure, metí mis libros en mi bolso, junto con mi cuaderno y lápices.
     – Estoy lista – pensé. El auto se detuvo frente a una casa de dos plantas, no era muy grande, pero era acogedora, su color beige me agradaba. Después de bajar mis maletas, le pagué al taxi y este se fue alegre por la propina que le deje. Parecía buena persona, sonreí al pensarlo mientras me dirigía hacia la puerta. Observe minuciosamente los detalles, las piedras del camino, las escaleras de la entrada de madera de un tono marrón claro,  la puerta y ventanas del mismo tono, todo estaba en sintonía. Era simplemente precioso.
Saque las llaves y abrí la puerta lentamente, explore la casa en un pequeño recorrido, era
bastante grande para nosotros dos. Al entrar te encontrabas con unas escaleras que te llevaban a los dormitorios y al baño. En el primer piso se encontraban a la derecha la cocina separada del comedor por una amplia mesada y a la izquierda una sala de estar equipada con un sofá negro, un LCD y una PlayStation 2. Terminando el Tour me sentí satisfecha, el lugar me agradaba.
     Al ver la hora decidí que era aun temprano, tenía tiempo suficiente para descansar, subí hacia mi habitación, las paredes estaban pintadas de un tono azul, y el ventanal daba a un pequeño balcón, al salir hacia este la brisa entro al cuarto, se sentía bien. Observe durante un rato la vista, el patio era un poco amplio, el pasto verde daba cierto sentimiento de vitalidad y la piscina... seria lindo nadar en ella en verano. El ruido de un vidrio rompiéndose me saco de mis pensamientos, levante la mirada y pude ver, del otro lado,  en la casa del vecino, a un chico tomándose la cabeza – ¿Qué sucede? – me pregunte observando durante unos segundos,  se veía irritado, su cabello oscuro tapaba parte de su rostro, era delgado y algo alto, sus ojos de repente se giraron hacia mi, me sentí intimidada, el pánico me absorbió. Entre a mi habitación rápidamente, y cerré las cortinas del ventanal. Demonios – Parecía molesto – dije sintiendo la sequedad de mi garganta, espero no haberle dado una mala impresión, me asome para verle nuevamente pero no estaba. Era extraño… y la forma en la que me hizo sentir con solo mirarme me aterraba. Bueno mi vecino era intimidante. Eso era un hecho.
     Entre a darme un baño, el agua logro relajar un poco mi cuerpo, me sentí un poco aliviada. Una vez nuevamente en mi cuarto  abrí mis maleta para ponerme mi camiseta favorita, era algo grande pero eso la hacia más cómoda junto con un short negro, al mismo tiempo saque un par de cosas para adelantar trabajo antes de irme a dormir. Entre la ropa, zapatillas y un par de libros y cajas una me llamo la atención. Una caja de madera mediana, pintada con acrílico negro con algunos relieves… la tome y me senté en la cama. Se me hacia familiar – ¿Qué es esto? – dije algo confundida, al abrirla las nauseas invadieron mi cuerpo junto a una oleada de dolor, y desesperación. Eran fotos, y no solo eso… Eran las fotos de mi cumpleaños número 8. Los recuerdos azotaron mi mente dándome un agudo dolor de cabeza – ¡Ah! ¡Joder! – Grité arrojando la caja al suelo. Las lágrimas amenazaban con salir. Voces, gritos e imágenes comenzaban a recrearse en mi mente y su voz…
– ¡Lucy Corre! – la sangre… el olor a pólvora, y el sonido de los disparos –
– ¡Marcos! ¡BASTA! – grité una vez más sollozando. Caí de rodillas al suelo, abrazándome a mi misma – Hermano, perdón… perdón… fue mi culpa –
      Mi respiración empezaba a hacerse cada vez más acelerada, tenía que calmarme no debía sufrir otro ataque de pánico, no ahora. Las fotos estaban esparcidas por todos lados al igual que mi antiguo diario. No quería verlas, no quería. El timbre de la casa sonó repentinamente, reaccione finalmente. Apresurada empuje todas las cosas debajo de la cama y las cubrí con uno de mis bolsos de viaje. Ya me encargaría de ellas más tarde. Aun un poco alterada, baje las escaleras con rapidez, me asome para ver quien era y eran un grupo de cinco chicos y una chica, al parecer tenían mi misma edad. La chica era una pelirroja bajita, de mi misma estatura, el chico a su lado  era rubío de ojos verdes, el otro era identico, solo que con el cabello un tanto más oscuro – ¿Gemelos?  – pensé, mire a los otros tres, un moreno más alto que todos los demás, uno de cabello castaño y ojos marrones, y… trage saliva al verlo. Mi vecino.
     Nuevamente tocaron el timbre, me habia tardado mucho. Abrí al instante, y ellos me quedaron viendo un tanto sorprendidos – Hola – me saludaron dudosos, no entendia el porque de su comportamiento hasta que me percate de mi apariencia. Mi cabello negro húmedo y algo desalineado, mi rostro rojo de la vergüenza y por el ataque que tuve minutos antes, la camiseta grande y el hecho de que estaba descalza. Joder si que había metido la pata.
– Vemos que estabas ocupada – Dijo uno de los gemelos haciendome poner a un más acalorada, la chica le pego un codazo en el estomago para hacerlo callar–
– Callate Christian – dijo ella, adelantandose entre todos los chicos – Hola, me llamo Cattlin, pero puedes decirme Cat. Disculpa si llegamos en un mal momento, es que queriamos darte la bienvenida. ¿Acabas de mudarte no es así? – Me pregunto amigablemente, sus ojos eran muy llamativos–
– Sí, acabo de llegar. Me llamo Alaska – tartamudee, debia tranquilizarme – ¿Ustedes son? – pregunte a los chicos que se peleaban en la puerta de mi casa, al parecer eran muy amigos –
– Yo me llamo Nick y el es mi hermano Brandon – dijo el gemelo de cabello más oscuro – ¡Un gusto! – dijeron al mismo tiempo –
– Yo soy Zack– dijo el moreno al mismo tiempo que se sacaba al castaño de encima que le estaba tratando de derribar –
– Soy Liam encantado preciosa – me dijo el castaño al mismo tiempo que me sonreía y guiñaba un ojo. Ok, esto era raro –
– Ya déjate de tonterías Liam – le regaño mi vecino de cabellera oscura, me miro de reojo – ¿No volveras a salir corriendo verdad? – dijo divertido, genial ahora se burla de mi –
– No, a no ser que decidas volver a romper cosas – conteste irritada, su expresión se volvió dura. Los demás nos quedaron mirando. No debí de decir eso –
– Me llamo Adam– dijo sin más, mirando para otro lado. Lo había hecho enojar, mierda
– Bueno ya todos se presentaron ¿Quieres venir a casa? Veremos peliculas, y pediremos algo para comer, sera divertido. ¡Asi nos conoceremos más! – Propuso Cat. La idea era tentadora, pero… parecian buenos chicos, pero no podia exponerlos – 
– Estoy muy ocupada desempacando, ya veran como estoy – señalando mi persona – además mañana empiezo en la escuela. Creo que es mejor que me vaya a descansar, quizá la proxima – finalize. No habría proxima –
– Okey… disculpa, no te molestamos más nos vemos Alaska – se despidio junto con los demás.   
     Antes de llegar a la vereda Adam se dio vuelta y me miro fijamente por unos segundos. Su mirada era extraña no sabría describirla, hizo una leve mueca y se fue. Sus ojos eran oscuros. Me perturbaban. Cerre la puerta con llave, y volvi a mi habitación. Debía mantener distacia con esos chicos, no podía exponerlos. Sería peligroso y parecen buenas personas. No permitiria que se repita otra vez la misma historía.
     Decidi que lo mejor seria terminar de desempacar antes de irme a dormir, no tenia apetito, asi que no iba a cenar. Una vez acomodada la ropa en el armario, mi maquillaje en el tocador y mis libros y notebook en el escritorio, tome mi celular y marque a mi padre. Debía estar preocupado.
– ¿Hola cariño? – dijo Erick, agitado–
– Hola papa, ¿Cómo estas? – extrañaba su voz –
– Aquí hija trabajando. ¿Cómo estuvo tu vuelo? –
– Perfecto, ya desempaque, estoy por irme a dormir –
– Mañana tienes clases, trata de descansar. ¿Tuviste noticias de… – No quería hablar de eso–             
– No papá. Estoy bien – lo interrumpi rapidamente –  Si sucede algo seras el primero en saberlo – Bueno hija. Ve a descansar, ten cuidado mañana en la escuela, Te amo. Buenas noches. – se despidio, debia estar ocupado –
– Buenas noches papa, yo tambien te amo, Adios – Corte la llamada –
     Mi papa estaba bien eso me dejaba tranquila, ya eran pasada las diez, debia ir a dormir, tendria un dia ocupado al dia siguiente – Sera lo mejor – me dije a mi misma. Me tire en la cama, al fin podría dormir en paz. No habían señales de que esa persona estuviera cerca… al parecer estaba a salvo. Cerre los ojos pensando en lo sucedido en las últimas horas, el viaje, la nueva casa, las fotografías… la visita de estos chicos… Fue demaciado para un solo día. Para el primer dia de mi nueva vida.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 02, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

¡Solo déjame sola! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora