crisis a las 3 de la mañana.

38 0 0
                                    

Eran las 3 de la mañana.
Mil pensamientos llenan mi cabeza de pura basura que olvidaré en el transcurso del día.
Estábamos acostados, tus piernas en mi abdomen y mis manos en tu cintura.
Sentía el calor de tu respiración en mi pecho y como tu respiración se iba tornando más y más suave.
Estábamos exhaustos, yo estaba cansado de estar en una constante relación de odio/amor con mi vida en éste instante.
Y tú estabas cansada de lidiar con mis ganas y mis repentinos cambios de humor.
Te levantabas como de costumbre a fumar justo a las 6 am.
Encendías el primer cigarrillo del día, el humo subía como danzando y haciendo figuras raras e inclusive obsenas hasta que al fin se hacía invisible.
Tu mirada vagaba por el techo de nuestra habitación, éramos dos rotos unidos por una misma situación.
Nací en una condición donde mi vida era un chiste.
Todo lo que me enseñaron de niño era una mentira, me decepcionaba saber que era esto que estaba haciendo y sinceramente no sabía si estaba viviendo o solamente estaba habitando este mundo.
A ti te faltaba algo, desde niña te quitaron lo más preciado, un padre nunca se olvida por más que pasen los años.
Nos reconfortábamos, éramos dos cuerpos entrelazados por un alma que dolía, lloraba, reía y todo lo hacía al mismo tiempo.
La vida es una canción rara, no dura mucho pero tampoco es tan corta como para evitar bailarla y yo te amo porque sabes bailarla a mi ritmo.
Entre risa y caricia yo me hundía cada vez más en tu pecho. No de forma carnal, sino de una forma que los mundanos no comprenden.
Jamás sentí tanta paz como cuando te vi a los ojos.
Y tú jamás sentiste tanta paz como cuando te tome de las manos.
Te escribo esto para que el tiempo no destruya lo que una vez fuimos.
Insanos.

 Insanos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Letras que quemanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora