Ya, acá estoy. Después de tanto tiempo, llegó el día. Son las 7:02 AM, y tengo que estar ahí a las 8, qué nervios. Me puse el uniforme, uno azul con dorado (A quién se le ocurriría, ¿no?) Y salí de mi casa. Llegué a tiempo, por suerte. Todo se veía tan lleno de gente, tan lleno de gente que tuve una mezcla de miedo y valor al mismo tiempo.
Sumergida en mis pensamientos, alguien me habla. De mí salieron los siguientes sonidos:
–Emm, ehh, ustedes son... De 3ro A?–Me miraron con un aire de superioridad y respondieron–Claro, somos de 3ro A.Había estado charlando con ellas toda la iniciación hasta que llegó la hora de enfilarse con los de su grado. En ese momento fue que no las vi.
–Esto no es 3ro A? –Pregunté casi asustada–
Se me acercó un maestro con expresión simpática.
–No, esto es 3ro B. ¿Cuál es tu nombre? –Preguntó y luego sacó una libreta–
–Romina, Romina Belladona.
–Estás anotada como 3ro B.–Me dijo, y vi la que yo creía la fila de 3ro A, no veía a las chicas con las que hablé en un principio– Ponte en la fila.Eso hice. Analizé un poco a la gente de mi grado. Había una chica muy alta, un chico muy petizo, dos rubios de ojos celestes, chicas bajas, etc.
Había de todo un poco.De la nada, desvié mi mirada a la fila de 4to C. Ahí estaban ellas, con las que había hablado. Esperé que fuera un error, que ellas hubieran pensado que la fila de 4to C era la suya, pero no era así. Me habían mentido. Empezamos bien.
Luego de saludar a la bandera y hacer todo un acto de iniciación, se me acercó la chica alta y me habló.
–¡Hola! Eres nueva, ¿cierto?
Asentí con la cabeza
–Eso pensé. Hay muchas chicas nuevas este año, creo que son 4 o 5 contigo.
Hablamos durante un rato mientras nos íbamos a las aulas de nuestro curso. Me cayó bien, la verdad.Me senté con ella en uno de los bancos de adelante. Apareció una maestra con anteojos y pelo castaño.
–Bueno, chicos, como pueden notar está comenzando un nuevo año, y quiero que reciban a todas las personas nuevas que se unieron a nuestro curso.
Dijeron el nombre de 4 personas y el mío, y nos saludaron con la típica sonada de los colegios al saludar a alguien: "Hooolaa Roommiiinaaa"Me sentí muy agusto ahí. Sentí que tenía un segundo hogar, como en mi anterior escuela.
Continuará... Ahre
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Amor Colegial
Teen FictionEllos no se conocían, bueno, en realidad sí, pero nunca se habían hablado. Eso, hasta que los sentaron juntos. Ahí todo cambió. Se empezaron a conocer mejor, día a día, con la excusa de que lo hacían por el lugar donde se situaban sus sillas. Pero e...