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No podía describir todo lo que había pasado últimamente. Resulta que Ethan, había tenido algo con Dina, pero luego se dio cuenta de que estaba enamorado de Flo, así que la dejó y ahora ellos son novios. Vaya, y yo creí que mi vida ya era lo suficientemente dramática.

Últimamente me sentía mal emocionalmente, así que he estado faltando a la escuela durante toda la semana y estábamos con los exámenes finales, en los cuales en algunas materias me estaba yendo horrible. Nunca me había puesto tan mal por un chico, nunca. Esto comenzaba a molestarme, quería desahogarme, decirle lo que pienso de alguna manera, pero no sé cómo.

. . .

Punto de vista de Isaac

Elena estaba faltando por varios días, esto comenzaba a inquietarme, tenía que saber la razón. Mientras salíamos de la escuela vi que Harper y Amber estaban por irse en sus respectivos coches, así salí corriendo hacia ellas.

—¡Chicas! —grité mientras tomaba un poco de aire.

Ellas se detuvieron y me miraron. Harper me miró con una ceja arqueada mientras sostenía sus libros de química.

—¿Qué ocurre, Isaac? —preguntó Amber mientras me pasaba la mochila, que sin darme cuenta se me había caído en el camino.

Tomé una bocanada de aire.

—Saben... —por un momento dudé en preguntar—. ¿Qué ocurre con Elena? Quiero decir... ha faltado por varios días... —comenté.

Ellas cruzaron sus miradas. Harper fue la que respondió.

—Dijo que se sentía mal, solo eso —respondió y se encogió de hombros.

Apreté los labios y asentí.

—Nos vemos —dije y ellas me despidieron algo confusas.

Tenía que encontrar a Oliver. Estoy casi seguro de que Elena ha estado faltando por su culpa.

. . .

Luego de recorrer la escuela varias veces, encontré a Oliver sentado en un banco junto a su novia, Lucille. Ella tenía un perfecto físico y él lo sabía.

Mis labios formaron una línea. Increíble que sea mi mejor amigo.

Caminé hacia él y le toqué el hombro. Se giró y me sonrió.

—¿Podemos hablar?—Asintió y se dispuso a escucharme. Miré a Lucille—. En privado.

Oliver se levantó y Lucille le hizo algunas señas de que estaba de acuerdo. Ambos nos alejamos unos cuántos metros de ella. Me puse frente a él y suspiré.

—Estás lastimando a una chica con tu maldita actitud, Oliver—solté algo brusco y él me miró con el ceño fruncido, claramente confundido.

Me aclaré la voz.

—¿Puedes tratar de al menos dirigirle la mirada a Elena?—dije en un tono serio.

Oliver abrió la boca y la volvió a cerrar, sin saber qué decir. Estaba claro que lo había sorprendido.

—Es que no puedo, sabes que tengo novia y a Elena le gusto  —dijo esto último con un tono arrogante. Rodé los ojos—. Además, Lucille puede ser muy agresiva, la conozco, tampoco quiero que le haga daño a Elena si se entera de que ella gusta de mí —comentó y apretó los labios.

Conocía esa expresión. Era cuando algo no iba bien o le preocupaba algo.

Torcí el gesto.

¿Podría ser...? No, imposible. Él jamás... ¿O sí?

. . .

Punto de vista de Harper

Lo estaba odiando en estos momentos. Me encantaba hablar con Ethan, molestarlo, molestarnos mutuamente. Pero... últimamente me reía demasiado, incluso por cosas que no eran lo suficientemente graciosas, era extraño en mí. Yo suelo ser un poco más calculadora con la manera en que me expreso en cada situación, me gustaba tener todo controlado a su justa medida.

Era extraño que no pudiera ccontener mi risa estando con él, por cualquier estupidez que dijera. Un escalofrío me recorrió todo el cuerpo de solo pensarlo. ¿Podría decirle a Amber y a Elena? No... en realidad ni siquiera tenía importancia.

Ni siquiera sé por qué estoy pensando en ello, es estúpido. Debería volver a estudiar para mi próximo exámen de Matemática.

—Harper —Amber me llevó de nuevo a la realidad.

La miré y se rio.

—Te quedaste tildada —comentó mientras se sentaba a mi lado.

Negué con la cabeza y comencé a sacar mis libros de la mochila. Escuché a Amber suspirar y la miré con atención.

—Están todos extraños y el ambiente se siente tenso —soltó luego de escribir algo en su cuaderno.

Hice una mueca. Era verdad, yo estaba extraña, Elena y los chicos también. Asentí y volví la vista hacia mis cuadernos.

—Deberías decírselo —dijo Amber de la nada.

Me voltée y la miré con una ceja arqueada.

—Ethan. Debería saberlo. —Tragué con fuerza. ¿A qué se refería?—. Ya viste lo que le pasó a Elena, ¿no?

Intenté decir algo, pero no sabía o no podía, no estaba segura. Esto me había tomado totalmente por sorpresa, sin nada que haya podido razonar antes, para una respuesta lógica. Después Amber se levantó y tomó sus cosas.

—¿A dónde vas?—pregunté saliendo de mi transe.

Ella me miró una última vez antes de salir del salón.

—Hoy me voy antes. Nos vemos —se despidió.

Cuando se fue, me desplomé en mi lugar. Sentía que el peso del mundo estaba sobre mis hombros, como si de la nada me hubiera dado cuenta de que todo este tiempo me pasaba algo que no tenía planeado, algo inesperado, algo llamado... amor.





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