A la mañana siguiente me levanté con más energía que nunca, me arreglé mucho más que otras veces, cogí una blusa rosa palo, unos pitillos vaqueros claros y unos botines negros de tacón con su bolso de mano a juego. En el pelo decidí hacerme algo diferente a lo de todos los días, me solía dejar el pelo ondulado o como mucho me echaba algo de espuma, esa mañana decidí alisarme el pelo.
Cuando llegué al trabajo me puse el uniforme, volviendo a parecer una currante más. Llegó la hora de salir del trabajo y comer, Oriana y Pedro salieron conmigo y comimos los bocatas que trajimos de casa.
-Tenía pensado ir de compras, ¿os venís?- les pregunté.
-Claro que si- me confirmo Oriana.
-Desde luego- confirmó también Pedro.
Fuimos dando una vuelta y compré los regalos a Fátima, su hermana y a Raúl. A Fátima la compré una camisa de rayas blancas y azules con dos parches en un lado del pecho, uno en forma de corazón y otro de corona. A su hermana la compré un juego enorme de pinturas. Y a Raúl le compré una gorra de la marca Vans.
-¿Tú no te vas a comprar nada?- me preguntó Pedro enseñándome una blusa.
-Ahora no me apetece probarme ropa- le contesté.
Los dos me miraron serios.
-Te vamos a llevar ropa al probador así que vete para allá y espéranos- me ordenó Oriana empujándome al probador.
Obedecí. Me probé un montón de ropa, alguna muy bonita pero otro era horrible como un vestido que me trajeron de lunares. Salí del probador para enseñárselo.
-Quítate ese horror que te ha traído Pedro- comentó Oriana.
Pero nosotros estábamos demasiado distraídos para estar pendiente a lo que nos decía. En el probador de en frente estaba entrando la chica rubia con la que iba el chico del supermercado y no estaba sola, ¡estaba con él!
-Es tu momento- me comentó al oído Pedro llevándose a Oriana de allí de un tirón.
Yo me metí en el probador antes de que el color de mis mejillas rosado delatase la vergüenza que estaba pasando.
Me trajeron dos conjuntos, uno de pantalones de pata de elefante granates con un top blanco ceñido y otro que era un vestido ceñido azul con lentejuelas y la espalda al aire.
Primero salí con el conjunto del pantalón granate.
-Madre mía- comentó Pedro.
Yo me miré en el espejo que había fuera, estaba guapa, elegante, estilosa y me sentaba como un guante.
-Creo que mi conjunto va a ganar- dijo Oriana colocándome bien el final del pantalón-.Estas increíble- terminó de decirme.
Miré al chico por el reflejo del espejo, no me quitaba ojo y yo sonreí, volvió a mirar a la novia a través de la cortina del probador.
Yo me cambie otra vez y me puse el vestido que me había traído Pedro. Estaba espectacular, era un look de noche totalmente.
Salí al espejo de antes y solo pude sonreír.-Me encanta- comentó Pedro-. Irías ideal el viernes con este vestido.
-No me voy a comprar nada- contesté mientras me miraba el vestido en el espejo y buscaba al chico en el reflejo, ya no estaba.
-Pues te queda estupendo, yo me lo compraría- comentó Oriana.
-Yo también opino lo mismo- comentó la misma voz del supermercado que volvía al probador para recoger algo.
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¿Confías en mí?
Teen FictionUna vida nueva. Diana consigue cumplir su sueño e irse a estudiar a Madrid a pesar de lo dura que ha sido su vida antes de cumplir los 18 años. Conoce personas nuevas sin dejar atrás a las amistades del pasado. Todo se complica. En un momento se en...