Soy tu vivo reflejo

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(Sin editar)

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Narra Emma

Último fin de semana con mis abuelos maternos. No tenía nada que hacer a parte de comer muchos postres o prepararlos cuando el abuelo me lo pedía. De niña era más entretenido estar a su lado, escuchando las historias de fantasmas que habitaban en oscuras casonas antiguas mientras tomaba una taza de chocolate caliente. Ha cambiado mucho mi manera de ser y pensar, todo más común y cada vez más soporífero, extraño esos momentos donde todo me parecía ameno.

Ahora estaba sentada pensando en el universo, con un pie fuera del sofá y con mi cabeza mal acomodada decidí descansar. Cerrar los ojos y ponerme a pensar en un sinfín de cosas era lo único que quería por ahora.

(...)

Emma, linda, ¿estás bien? —La dulce voz de mi abuela Sabine acabó con mi burbuja de pensamientos.

—Sí, abuela, solo fue una pesadilla. —Su semblante pasó a uno de preocupación, se alejó de mí y fue directo a la cocina.

Una mujer exclamando que la comprendan, que nadie entendía el dolor que sentía en esos momentos, estaba muy cerca del Pont des Arts gritando a los cuatro vientos su desesperación.

Caminaba hacia la cocina, al entrar ausculté lágrimas que brotaban de los ojos de mi abuela. Estaba llorando y un pensamiento hizo que me acordara de mi madre; ella había muerto cuando era una pequeña niña de 5 años.

—¿Abuela?, ¿qué sucede? —pronuncié al recordar la agonía que sentía cada vez que recordaba la pérdida de su única hija —. Ya no llores abuelita, mamá está en un lugar mejor.

—No sabes en realidad lo que pasó, no mereces estar oculta de lo cierto. Es muy doloroso para todos nosotroa pero debes saber el verdadero motivo de su muerte. Tu madre no murió ahogada como te hicieron creer, ella fue encontrada muerta en Pont des Arts, tu abuelo Gabriel fue quien avisó la noticia esa noche.

Sus palabras me causaron un escalofrío y una leve sensación de temor. 16 años viví con la mentira de que mi madre murió ahogada, alguien la tuvo que matar y no quiere hacerse responsable del sufrimiento que sentimos los familiares, ¡mi padre me mintió!, yo confié en sus palabras y terminé engañada.

—Siempre soñabas con la misma señora exclamando que la comprendan, que nadie la entendía. Tu padre no encontraba al responsable de su muerte, estaba dolido.

Papá, ¿mamá ya va a llegar?, dijo que volvería rápido a casa para darme un beso de buenas noches...

Emma, mamá está en un lugar mejor, anda a dormir pequeña princesita.

Soy tu vivo reflejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora