Entre Libros Y Medicamentos

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MinGi lo conoció desde el primer respiro de su vida, aquel ágil hombre de 26 años lo recibió con los brazos abiertos cuando salvo al pequeño bebé de morir ahogado durante el parto, pues las complicaciones durante el embarazo de la señora y el señor Choi, eran muchas, desde tener un bebé prematuro hasta una muerte segura.
Aquel Médico velo por el bienestar del embarazo durante 9 meses, donde nadie era más importante que el pequeño dentro de su madre; incluso después, el doctor se aseguró de la salud de él pequeño Choi; también antes de siquiera creer que existiría, cuando le rogó a la señora Choi que no se realizara aquella operación para no tener más bebés, pues el estaba seguro que ella lo lamentaria después.

Claro está que el bebé no recuerda su primer encuentro con aquel hombre, pero recuerda el segundo. Un día en el que enfermo del estómago, a sus apenas 3 años. El pequeño MinGi tenía problemas intestinales, pues todas aquellas complicaciones habían afectado su organismo de algún modo.

Fue cuando vio a aquel doctor, era alto, bastante para MinGi, también tenía una sonrisa encantadora y siempre lo hacía reír. MinGi nunca tuvo miedo a las inyecciones porque aquel doctor siempre le hacía olvidar la aguja y lo entretenía con cuentos o dulces, el nunca odio los medicamentos pues aquel doctor siempre le recomendaba los más dulces y los que le ayudarían con cada enfermedad que presentaba.

Así pasaron algunos años, cuando un ahora puberto MinGi, a la edad de 14 años, entró por la puerta del consultorio hacia su doctor favorito y tuvo una larga charla con él, pues aquel encuentro no había sido una consulta por sus problemas de salud, más bien, era una consulta hacia su futuro.
Su madre había llevado tiempo atrás a su hermana mayor, cuando intentó asesinarse a la misma edad que ahora tenía MinGi, y aquel doctor había hecho hasta lo imposible para salvar su vida y pedirle de todas las maneras, que no volviera a siquiera pensar hacerlo de nuevo, por eso para ella fue fácil hacer que su hijo también escuchara tan entretenida y buena historia del Doctor, fue por eso que lo llevaron hasta ahí, pues aquel chico no tenía la más mínima intención de seguir sus estudios, a pesar de que MinGi llevaba los mejores promedios de su grado sin problema alguno, el no tenía una motivación para continuar, tampoco tenía un sueño que cumplir y eso terminó deprimido a MinGi, hasta el punto de no querer salir de su habitación, aislarse y comer lo mínimo.
Entonces se entero de la vida que tuvo su doctor, cuando de pequeño sus padres no tenían el dinero suficiente para mantenerlo a él y sus 5 hermanos de más, todo el dinero iba directo a sus estudios, y cuando obtuvo una edad adecuada, tuvo que trabajar para ayudar de alguna manera con los gastos que provocaba.
El doctor le contó a MinGi que soñaba desde muy pequeño en ser doctor, a pesar de que tenía en claro lo difícil que podría ser, nunca se rindió, dio todo de él, perdió muchas horas de sueño y las remplazo por horas de estudio y trabajo, tomo mucho de su dinero y en lugar de ropa y accesorios, decidia ocuparlo en libros y cuadernos de estudio. Nunca se arrepintió de tomar aquellas decisiones, pues todos y cada uno de sus sacrificios lo habian hecho llegar a ser uno de los mejores doctores que podría haber en el mundo. Aunque el doctor no lo aceptará, el era una persona tan buena, era honesto, honrado, humilde, alegre, inteligente, era una persona que se preocupaba primero por la salud de los demás que por la propia, a pesar de que tenía defectos, como todo mundo, nunca se pudo tachar de una mala persona a aquel médico, y ese fue el motivo a seguir adelante de MinGi.

Cuando MinGi llegó a la mayoría de edad, sabía perfectamente lo que quería en la vida, sabía que él también quería pasar el resto de su vida entre libros y estudios, entre enfermos y medicamentos. Descubrió que ese era su lugar, luego de entrar al hospital, pues uno de sus hermanos había enfermado, y él cuidaba por su bienestar.
MinGi ahora era un aspirante a estudiar medicina, y ansiaba poder contarselo al Doctor Kim, quería volver a tener una charla con él y decir lo importe que él fue para la decisión que ya había tomado. Quería pedirle muchos consejos y recomendaciones, pero el Doctor Kim era una persona ocupada, entre tantas consultas que daba en su casa y los pacientes que tenía en aquella clínica que atendía a las afueras de la ciudad, además de que aún a la edad de 44 años, el Médico nunca dejó de estudiar y aprender por sus propios méritos.

Cuando MinGi y su madre decidieron dar una vuelta super casual por el consultorio de su Doctor, pudo notar a lo lejos, que de su puerta salían cientos de personas, cargando entre sus brazos Ramos de flores, seguidos de un ataud. Tal vez MinGi no lo quiso aceptar en ese instante y fue por eso que junto a su madre siguió por lo bajo a aquel monto de gente, la cual llegaron a reconocer como familiares y amigos del Doctor Kim, hasta llegar a la iglesia más cercana del lugar y entrar a pesar de que él no rezaba aquellos rosarios y tampoco sabía como seguirlos. Ni siquiera después de escuchar aquel nombre tan conocido salir de la boca del Padre, pudo aceptar que una de las personas más importantes en su vida, había dejado este mundo. Cuando terminó aquella misa y se dirigieron a despedir de una vez por todas aquel cuerpo inerte y sin vida, MinGi soltó aquel terrible sentimiento dentro de su cuerpo, se dejó caer por el dolor y se deshizo de todas las lágrimas que tenía en el cuerpo. Incluso en el transcurso a casa, no paraba de pensar en el porque no pudo verle antes de morir, en aquella charla que se quedaría pendiente hasta el final de sus días, y en todos esos gracias que no pudo expresarle en vida. También pensó en todos esos enfermos que lo necesitaban, en toda esa gente que lo extrañaría y en todo lo que él lo necesitaba, porque así era, lo necesitaba, su referente no podía irse así como si nada, sin despedirse, sin mostrarle aún más.

Las palabras de su madre lo ayudaron a salir de su mente, los recuerdos de aquel gran hombre salieron a la luz cuando junto a su familia pudieron recordar todo lo que el hizo por ellos, y el agradecimiento se hizo presente cuando entre algunas lágrimas su madre mencionó.

—El Doctor Kim murió, pero estoy segura de que tú podrás hacer que todas esas personas enfermas que ahora lo necesitan, sanen y curen sus heridas, porque a ti te mostró lo que es cuidar de alguien más, y se que serás tan buen Doctor como lo fue el Doctor Kim—

Y fue cuando Ren juro que haría hasta lo imposible para que aquellos doctores buenos, humildes y entregados, no desaparecieran, porque así como el Doctor Kim le había enseñado tanto durante toda su vida, él enseñaría lo mismo a sus pacientes en un futuro.







—Hoy nos encontramos aquí presentes, para despedir al Señor Transito Ramírez, un gran doctor, un gran hombre y una gran persona—

El día de hoy me enteré que una de las personas más importantes en mi vida ya no esta con nosotros. Una persona que me hizo reflexionar como no tienen idea, que me motivo a seguir con mi vida y que me enseñó lo hermoso que es cuidar de los demás.
Quería hacer esto, quería dedicarle uno de mis Fanfics y además quería compartirles una historia.

Espero lo lean, recuerden que no tendremos a las personas por siempre, es mejor que aprovechen cada día con todas las personas a las que le tienen aprecio, o podría pasarles lo que yo -en este caso Ren-, podrían quedarse con una conversación pendiente y un montón de gracias sin ser mencionados. Haré una portada decente cuando pueda.

Gracias por leer 📖

Sr. Doctor [✨ JRen ✨] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora