Mis manos sentían una vez más el pecado, ya no escuchaba a mi madre leyendo la Biblia y explicándome el porqué la gente como yo se iría al infierno. Si, creo en él y algo me dice que las palabras que mi madre me lee todas las noches no son dueñas de él.
Dejé de rezar de rodillas con un rosario en mis manos para que él me cambiara pero me di cuenta de que mi madre me dijo que él nos amaba tal y como somos, sin importar qué.Y ahora no sostengo un rosario, estoy sosteniendo el cuerpo de otro hombre, lo acaricio, lo beso y me siento tan bien con eso. Puedo leer su cuerpo como si fuese una Biblia, como lo más sagrado.
Me entrego al dueño de mis pensamientos, al dueño de mi amor, de mi corazón y de mi felicidad.
Este debe ser el fruto prohibido, y ahora entiendo el porqué lo es. Tan exquisito, tan placentero y tan prohibido que aumenta el placer en mí de tan sólo saber que soy un pecador.
Todos somos pecadores, juzgamos y somos juzgados, matamos sin necesidad de hacerlo físicamente, matamos con hechos y con palabras.
Estamos aquí por algo, venimos a sufrir, venimos a amar, a llorar, a vivir y tratar de sobrevivir contra nosotros mismos.Y eso estoy haciendo.
Estoy luchando contra los insultos que se escapan por las bocas de las personas que me ven amando y siendo amado.
Estoy amando con tanta fuerza a un ser de piel de porcelana y dientes de conejo que me impulsa a dar lo mejor de mí, y demostrar cuanto puedo amar sin necesidad de que unos papeles "confirmen" el amor que siento por él, sin necesidad de esconderme detrás de las personas y los susurros que nos llenan de insultos y nos juzgan sin saber cuántas noches le pedí al cielo que fueses mío.
Estoy llorando de la felicidad al verte aquí, a mi lado, entregándome algo tan íntimo, tan preciado para mí.
Mi amor, estoy viviendo, me siento vivo al fin. Sin necesidad de esconderme detrás de la cortina de humo, tomé tu mano y ambos salimos al mundo exterior. Enfrentamos muchas cosas tan sólo por querer ser nosotros mismos y por la necesidad de reclamar que tú eres mío y yo soy tuyo.
Y ahora sé que vivimos en un mundo donde la gente observa lo que quiere observar. Y yo observo en nosotros, en ti, en mi, una capa de amor y felicidad que en nadie más veo. Mi madre nos observa como una capa de pecado, tus padres nos observan con una capa de amor juvenil pasajero y nuestros amigos nos observan con una capa de la pareja más fastidiosa y cursi.
Y al ver tus orbes negras mirándome expectante, me llevas a los recuerdos más profundos y felices de mi vida.
Parados frente al cura, somos el pecado en la casa de Dios. Nuestros amigos y compañeros del alma nos miran orgullosos, tomas mi mano y colocas el anillo en él y acto seguido besas mi mano y me observas con una sonrisa de media luna, y me transfieres el amor que sientes por mí.
Decimos el tan esperado "Acepto" y escuchamos los gritos y las palmas aplaudiendo, celebrándolo nuestro amor, nuestra lucha.
Me siento a un lado de tu tumba, quejándome por el dolor en mi columna, con mis dedos arrugados acaricio tu nombre grabado en ella. Aún muerto me llevas a otros mundos, recordando lo que solíamos ser, y lo que somos. Recordando desde nuestro primer beso hasta nuestra primera vez, tan vergonzosa y especial.
Me dejaste hace tres años, cuando te dolía el corazón y siempre me decías que era por amor. Cuando tus canas empezaban a extenderse por todo tu cráneo y mi rostro joven sellado en tu brazo se arrugaba y jugabas con él haciéndome reír.Cumpliste tu promesa, me amaste hasta el fin. Y yo a ti mi amor, te juro que te recordaré y amaré incondicionalmente por siempre, incluso después de la muerte.
Sabes, se suponía que mi madre me había dicho que esto era sólo una fase y sigo esperando a que llegue el fin pero parece que se ha tardado.
Y siento tu "Me vuelves loco" en un susurro tan real que me provocan mariposas, esas mariposas juveniles que sólo tú me hacías sentir a diario.
Abrazo tu tumba como alguna vez abracé tu pecho, y lloró como la primera vez que me dijiste te amo.
De: Jiminie
Para: Jungkookie (El mejor fruto prohibido).Gracias por leer.