Ámame hermano (Gru x Dru)

Capítulo 15: Enamorado

Luego de que Dru fue corrido por su madre, aquel día se sentía de maravilla. Caminaba de regreso a su casa, miraba todo feliz y hermoso mientras suspiraba de amor al tener en su cabeza palabras que formaban un verso y luego volverse una estrofa.

***

Mel y los demás estaban platicando para un nuevo plan en que consistía en dar a Dru el mejor ánimo posible. Todos estaban reunidos en el laboratorio aprovechando el tiempo en que el rubio estuviese fuera, cada quien dando ideas pero ninguna daría mejores resultados.

—Bello, idea —dijo uno y todos se centraron a oírlo—. ¡A papoi!

—¡Papoi! —exclamaron todos aceptando la propuesta y ponerse a trabajar.

Buscaron en todo el laboratorio objetos que les sería útil e incluso, fueron al cuarto de las niñas por sus juguetes. Cada quien fabricaba un juguete, Mel ordenó de que algunos estuviesen fuera y les avisara por si se acercaba Dru.

Pasaron toda la tarde haciendo diseño, construyendo, algunos comiendo banana y otros divirtiéndose allá dentro. Por otro lado, los que estaban en la sala estaban atentos, uno viendo desde la ventana, y los demás platicando cualquier cosa. El minion asignado en la observación distinguió que se acercaba alguien, se puso a reír por como aquel sujeto iba saltando de pura felicidad.

—¡Luca! —llamo a los pequeños y estos fueron a ver.

Se pusieron a reír del adulto saltarín, mientras que aquella persona se acercaba cada vez más, uno pudo notar que era al quien debían avisar de su proximidad.

—Dru, Dru, Dru —repetía el nombre a sus compañeros pero estos aún seguían riendo. Al final se enojó y les dio una bofetada a cada uno—. ¡Dru! —Señala y estos miran estando sobando sus mejillas y quedarse boca abierta.

—¡Core! —gritaron alarmados e irse para el laboratorio a avisar.

El que se quedo se puso a la puerta y uso su cuerpo para bloquear, según él eso sería eficaz para que no se pueda abrir. Su perspectiva lo engaño ya que Dru abrió la puerta con todas sus fuerzas, mostraba una sonrisa y entra.

—¡Llegue! —exclamó para que los pequeños amarillentos lo escuchasen. La puerta se cerró gracias a un empujón por parte del minion que se usó como soporte y fuese aplastado, dio un paso y se cae desmayado.

El rubio miro todo desolado, le extraño un poco y decidió acceder al laboratorio. Entra al sitio y miro a todos reunidos, lo quedaban viendo sonrientes y con ganas de mostrar su obra.

—Hola chicos, he regresado. ¿Por qué tan sonrientes, eh? ¿Acaso hoy sienten felicidad al igual que yo? —empezó a cuestionar aún contento y entusiasta.

Los pequeños se apartaron y mostraron dos muñecos, eran Gru y Dru agarrados de las manos y felices juntos. El rubio se acerco a ver más de cerca, su corazón se llenó de mucha esperanza y amor.

—G-Gracias —dijo entre lágrimas sin dejar de mostrar su gran sonrisa.

—Tulaliloo ti amo, Dru —dijeron en coro para abrazarlo con todo su afecto.

***

Siendo de noche, todos ya con los estómagos llenos se pusieron a jugar guerra de almohadas para entretenerse, había risas por la diversión que se tenían. Luego de eso, cada quién se fue a su cama a dormir, las luces estaban apagadas pero Dru seguía despierto. El rubio se quedo viendo a los juguetes muy agarrados de las manos, su mente proyectaba como una linda realidad con un amor especial.

—Te amo hermano, mi corazón te pertenece al igual que mi felicidad —susurro haciendo un corazón con sus manos y que en esa figura se viesen los muñecos. Los agarro y se fue a su cama, se abrazo de ellos hasta quedarse dormido.