"Domesticando al minino"
Marinette se pasó una mano por el rostro totalmente irritada. Resoplaba a cada tanto mirando a cierto súper héroe que se había instalado cómodamente en su cama con ambos brazos atrás de su cabeza.
No necesitaba verlo para adivinar que este tenía una sonrisa victoriosa en sus labios.
Se cruzó de brazos mientras se recargaba más en la silla de su escritorio. Aun podía sentir su rostro caliente y su corazón palpitar apresurado en su pecho por culpa de ese maldito gato.
Eso tenía que acabar de una vez por todas, no podía seguir así y menos prácticamente todas las noches cuando la visitaba.
Debía de poner un freno al asunto o se volvería loca.
¿Cómo las cosas llegaron a este ese nivel?
Si le parecía que hubiera sido ayer que el intrépido felino comenzó a visitarla mucho más seguido, revelando que ambos tenían muchas cosas en común. Y avergonzada había descubierto muchas cosas de él que como Ladybug no había prestado atención.
Pero ahora Chat Noir se estaba pasando de la raya.
Él a su vez, había descubierto que le fascinaba avergonzarla, que su sonrojo llegara casi hasta los hombros y hasta la punta del cabello. Y esto lo hacía siendo totalmente descarando y abuzando de su atractivo.
Al principio había comenzado muy sutilmente, casi por accidente. Un roce de manos, besos en la frente, abrazos calurosos, y este tipo de muestra de afecto.
Porque entre los dos se había formado un vínculo aún más formidable.
Pero ahora todo era un mucho más diferente.
Ahora Chat invadía más su espacio personal sin pensárselo dos veces. Si estaba de espaldas a él, no dudaba en abrazarla por detrás colocando posesivamente sus manos en sus caderas apegándola mas a su cuerpo masculino, enterrando ligeramente sus garras mientras posaba sus labios en su cuello descubierto. Lo que le arrancaba más de un sonrojo y ciertas emociones.
O cuando se despedía de ella, depositaba el beso peligrosamente cerca de sus labios y la miraba con esa sonrisa depredadora antes de guiñarle un ojo y retirarse.
Pero los últimos días todo comenzó a subir de temperatura.
Era tan descarado que le había subido la camiseta que utilizaba como pijama hasta casi revelar sus senos, por el simple hecho de que sentía una sana curiosidad por buscar si tenía más pecas esparcidas por su cuerpo. Ella se había puesto roja de la indignación, pero lo peor fue que para llegar a ese punto; él beso, lamio y mordisqueo su cuello mientras sus traviesas garras levantaban la tela.
Pero lo peor pasó justo esa noche. Ella había estado mirándose al espejo con ambas manos en su cabello para atarse una coleta alta ya que hacia algo de calor. No se había dado cuenta que el escurridizo minino se había colado en su habitación hasta que él se posiciono atrás de si mirándola con esos ojos brillantes a través del espejo. Se había quedado estática del susto, pero luego quedó completamente atónita cuando vio como sus manos enguantadas aprisionaban sus senos y los apretaba suavemente arrancándole un gemido involuntario y un fuerte sonrojo mientras él sonreía maliciosamente, murmurándole con esa voz tan sexy que era perfecta para él.
Y después de darle un caluroso beso en la mejilla se retiró a su cama para echarse un rato con esa sonrisa boba en los labios.
Se estaba saliendo de control.
Definitivamente debía de parar esto, porque, joder, tenía diecisiete años y sus hormonas estaban en contra de ella. Había superado lo de Adrien por pura fuerza de voluntad dándose cuenta que él jamás se había fijado realmente en ella como una posible pareja, así que prefirió dejar las cosas en la amistad, y que a pesar que al principio le dolió, era lo mejor para ella... que estar sufriendo por un amor no correspondido por los siguientes años.
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Ya no más
Fanfiction[Two-Shot] Desde hace algún tiempo, Chat Noir esta siendo un gato muy travieso con su querida Princess, pero Marinette piensa que ya es hora de poner freno a los impulsos demasiado atrevidos del héroe. Aunque ni ella misma se da cuenta que estaba ap...