Historias para que Freddy lea

☕A Coffe Shop Story☕

-El frio que se colaba por la puerta de la cafetería anunciaba un nuevo visitante, un nuevo cliente. Llevabas tan solo una semana trabajando en ese lugar y sentías morir cada vez que alguien entraba

El frío era inclemente durante esa época del año, eso lo sabias. Pero esta vez era distinto, como si estos cambios no sólo eran en el clima sino también en ti. Después de que Mark te dejara, eras más susceptible a cada pequeño cambio a tu alrededor. No sólo eso, sino que también  sentías que nada podía  animarte lo suficiente, era como si todo lo bueno se hubiera ido con él. Hasta el calor había abandonado tu cuerpo. Por eso refunfuñabas un poco cada vez que alguien abría la puerta y dejaba pasar el frío.

El chirrido de la puerta, el ring de la campana y finalmente pasos. Pasos que se acercaban poco a poco hasta estar tan cerca que estabas obligada a fijar la mirada en el chico que saludaba amablemente al entrar.

Su sonrisa era tímida,  pero dulce. Podías notar como poco a poco, esa sonrisa iba adentrándose en ti. Sentías un hormigueo recorriendote la espalda.

-¿Cómo puede alguien verse así de bien?- pensaste. Debías cumplir con tu trabajo, por eso te convenciste de hablarle profesionalmente.

Te acercaste a su mesa y dijiste -Bienvenido a "The Coffee Shop" en qué puedo ayudarle-

El chico dudo por un momento y cuando hablo, se mostró seguro de lo que quería.

-Hola, quiero un Americano por favor- Dijo el chico con un acento gracioso, señalando el café que quería.

-Con gusto - Respondiste y ágilmente preparaste su café

Llevaste el café a su mesa y preguntaste si deseaba algo más.

-Por ahora no, gracias- Dijo el chico.

Te retiraste en silencio hasta la barra y desde ahí lo observabas, no podías creer lo guapo que era. Su rostro te transmitía tantas cosas que no podías apartar tus ojos. Debe ser que sintió la presión de tu mirada sobre él, porque levantó su rostro y te miro fijamente por unos segundos que te parecieron horas.

Con timidez escondiste tu rostro entre tu cabello, para que así él no viera como el rubor se extendía por tus mejillas. Cuando volviste a mirarlo, él te veía de una forma un poco coqueta y hasta petulante. Por su expresión, debe de haberse dado cuenta de que estabas babeando por él.

Tenias tanta vergüenza que rápidamente te escabulliste a la parte de atrás del local para que así él no viera lo rojo que estaba tu rostro. Tu corazón latía tan fuerte que creíste que se saldría de tu pecho y tus manos estaban empapadas de sudor. Era ridículo, apenas lo habías visto una vez y ya provocaba todas estas reacciones en ti.

Después de unos minutos,  lograste calmarte y convencerte de salir y hablar con él, hiciste un trato contigo misma decidiendo que si el chico pedía otro café entonces te presentarías y si pedía la cuenta entonces lo dejarías ir. Tal vez pudieran ser amigos, pensaste.

Al salir te diste cuenta que la mesa estaba vacía y él se había ido. Te reprochaste mentalmente por quedarte tanto tiempo escondida.

Al acercarte a la mesa para limpiar, viste que había dejado el dinero del café y una nota que decía: "Gracias por el café, espero verte sonreír la próxima vez" -Taehyung.

Estabas tan feliz que querías saltar y cantar. habrá una próxima vez, eso era lo único en lo que podías pensar. Dibujaste  una sonrisa tan grande en tu rostro que no se borró en lo que quedaba de la tarde. Ya no te importaba la lluvia, ni el frío. Solo pensabas en Taehyung, el chico que tomaba Americanos y dejaba notas que te hacían sonreír.

Taehyung siguió yendo, cada vez más amenudo a tomar café y a veces conversaba un poco contigo. Tu por otro lado, no dejabas de sonreirle. Era curioso ver como alguien te podía dar un poco de sol incluso en un día de lluvia con solo sonreír o con solo mirarte de esa forma tan especial que solo él podía hacer.

Creías que Taehyung tramaba algo pues no dejaba de llevar amigos a la cafetería. Cuando ellos estaban ahí no dejaban de mirar cada una de las cosas que hacías. Sus sonrisas kilométricas te ponían nerviosa, tanto que hasta regaste café en algunas ocasiones. Cuando les atendias no dejaban de llamarte "bonita" solo para ver como te sonrojabas.

Con el tiempo te acostumbraste a verlos paseando por la cafetería, lo divertido del asunto era que cada vez que volteabas a verlos, ellos hacían alguna cara graciosa y te animaban.

Hubo una tarde en particular en la que todos los amigos de Taehyung estaban reunidos en la cafetería, era un grupo grande, por lo que te preguntaste si estaban celebrando. Casi parecía que necesitaban presenciar algo, pues todos estaban un poco eufóricos.

Era una de esas tardes en las que la tienda estaba tan abarrotada de personas que casi te olvidaste de Taehyung y sus amigos. Debias moverte con agilidad para poder atenderlos a todos. Poco a poco el flujo de gente fue bajando hasta que solo quedaron unas pocas personas en el local.

Te acercaste a la barra para terminar de organizar algunas cosas, cuando sentiste que alguien te daba dos toquecitos en la espalda. Al girarte vez a Taehyung, que se veía muy nervioso, en tu mente pensaste que el café le sentó mal, por eso le  preguntaste si se encontraba bien.

-No estoy bien- dice Taehyung

-¿Qué tienes?-preguntas- ¿necesitas que te ayude en algo o que te traiga algo?

Taehyung sonríe un poco y te responde -De hecho, si hay algo que puedes hacer por mi, pero primero debes decir que si lo harás-

Un poco preocupada dices que si inmediatamente, pues imaginas que pedirá que le prepares un té o algo para que  se sienta mejor.

-Muy bien, ya que has dicho que si, no puedes retractarte- Dice juguetonamente -Quiero que vengas a una cita conmigo-

Taehyung es increíble, piensas. Te sonrojas pero logras asentir y después ríes al ver el pequeño baile de la victoria que hace él frente a ti.

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Entre citas, cafés y sonrisas transcurren tus horas y esas horas se hacen días, días que se convierten en semanas y meses. Meses en los que te das cuenta que Taehyung alejo el frío, se llevó el invierno y te trajo la primavera.

- Fin...