-Entonces, ¿Me ayudaras con tu amiga? –Dijo, dándome un toquecito en la punta de la nariz-.
-Está bien –dije, sonriendo- pero tienes que prometerme una cosa.
-Claro, lo que sea.
-Prométeme que te enamoraras de ella & no de mi.
-Eso no será ningún problema –dijo, riendo- entonces, ¿trato hecho?
-Por supuesto.
Nos dimos la mano & ahí fue donde comenzó todo…