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3. Vayámonos de fiesta esta noche.

Pasaron más de dos meses desde que Luhan comenzó su trabajo.

En sus primeros días fue tan emocionante, pero debió mostrar un comportamiento contradictorio porque estuvo también muy abrumado con un ambiente totalmente serio.

Un nuevo entorno, nuevas personas con las que tratar, y no necesitabas mucho más para que Luhan estuviera todo emocionado.

Sin embargo, una rutina particular comenzó a desarrollarse. No era molesta, sólo una con la que Luhan podía apreciar fácilmente su día.

Además, le daban una buena cantidad de billetes. Había sido realmente satisfactorio recibir su primer sueldo en Osen y se prometió trabajar más duro.

Su rutina era sencilla y ordinaria: despertar por la mañana, hacer su rutina matutina, ir a trabajar, decir buenos días a algunos de sus colegas que le gustaban -sólo unos pocos-, entrar a su oficina, la que estaba cerca de Xiumin -un humano realmente agradable- Y hacer su trabajo al hablar o coquetear con este último.

Todo esto bebiendo un café por hora.

Una rutina relajante.

Rara vez tuvo que hacer un informe y presentarlo frente a un grupo de sus superiores, pero nunca tuvo que hacerlo frente al gran jefe y eso lo tranquilizó de alguna forma.

El señor Oh parecía estar más ocupado de lo que Luhan pensaba, habiéndolo visto sólo unas pocas veces y sólo por un corto periodo de tiempo.

No es que se queje por ello.

Bueno, es lo que le dijo a Jongin cuando su primo había ido a bromear con él sobre su arrebato el día de su entrevista.

Pero algo que Luhan no podía decirle a nadie, y algo que él mismo no podía creer era que se sentía algo vacío, sin saber la razón.

Y por el lado contrario Luhan tenía ganas de mudarse de nuevo, el vacío lugar en su corazón se llenaba cuando se reunía con el director general o incluso cuando sólo lo miraba. Su corazón se aceleraba como si no hubiera mañana mientras atrapaba al CEO, dándole un guiño o una sonrisa a los que el omega siempre respondía rodando los ojos: como la persona ultra obstinada que era.

Hoy se había organizado una especie de fiesta -con la que el jefe no estaba dispuesto a organizarla al principio, por supuesto- y el omega disfrutaba poniéndose un atuendo más audaz que de costumbre. Un simple jeans azul claro y una camisa amarillenta, un atuendo simple, en realidad, pero ya que era Luhan quien lo usaba era cualquier cosa menos simple.

Y la mayoría de los actuales empleados podrían confirmar esto.

Luhan nunca fue el tipo que se mezclara con la multitud, sino que sería el que creara la multitud, así que un mes en el negocio fue suficiente para ser conocido por la gran cantidad de empleados.

Le habían dado sobrenombres ridículos como 'princesa' por su constante comportamiento atrevido. Luhan lo negaba firmemente, pero como siempre, sólo negaba la verdad evidente. También fue llamado 'la bestia', aunque no había realmente razón detrás de ello sólo que él ya había tratado de pelear con una buena cantidad de personas en esos 2 meses.

También era conocido por algo más, como el hecho de que él era el único, junto a Jongin, que podía hacer sonreír a su jefe o incluso hacerle reír sin control.

Bueno en la mente de Luhan esas sonrisas y risas eran sólo para burlarse de él para que así no lo encontrara demasiado sorprendente.

Sin embargo, el ambiente entre los dos había sido notado y el rumor ya estaba creado. Luhan siempre terminaba teniendo un calambre en el estómago después de reírse fuertemente de cada uno de los rumores.

Mr. Oh~Omegaverse[Traducción ESP]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora