El domingo libraba así que no tuve que cambiar ningún horario para poder ir al funeral. Carlos estaba en Galicia con su novia y Fer se había ido a pasar el día a Ciudad Real con su familia así que estábamos solos Fede y yo en el piso. Decidió llevarme hasta Ávila, que supiese mi secreto me aliviaba, podía contarle lo de Fátima y Dolunay, lo de mis padres y además él se ofreció a llevarme siempre que pudiese allí en coche.
Su coche, contrario al de Carlos, era pequeño y más modesto, era un KIA rojo brillante y su tapicería era de color negro. Le indiqué como llegar hasta el cementerio del pueblo, cuando llegamos allí había un grupo de adolescentes y niños en frente de una lápida, suspiré fuerte y pose mi mano en el tirador de la puerta.
-¿Quieres que te acompañé hasta allí?- me preguntó.
-No, mejor voy yo sola, tu espérame aquí- le contesté y salí del coche.
Iba con una chaqueta negra y unos pitillos negros con unas zapatillas oscuras. Toda la gente que estaba allí iba con el mismo color que yo menos algunos niños que, aunque llevaban algo oscuro, no iban todo de negro. Cuando me acerqué allí Teresa me abrazó y me acogió con ella. Avisté a Fátima con Raúl delante de nosotros. Tenía que ir a darla el pésame en cuanto acabase la ceremonia, así sería lo menos incomodo posible.
Acabó el funeral y la gente se empezó a marchar después de dar el pésame. Cuando todos se marcharon me acerqué a ella, Raúl tampoco estaba así que todo sería más fácil.
-Lo siento mucho- dije colocándome al lado suya.
-Has venido- me contesto de una forma muy diferente a otras veces, estaba dispersa.
-Te dije que vendría- continué la conversación mirándola pero ella seguía observando la lápida con el rostro pálido, con ojeras, sus ojos estaban llorosos y estaba mucho más delgada.No me siguió contestando y yo no sabía que decir.
-Me voy a ir ya, me están esperando- le dije despidiéndome y dándola un abrazo.
Ella no me devolvió el abrazo y solo me dijo:
-¿No has venido sola?
-No- contesté apartándome de ella-. Me ha traído un compañero de piso.
-¿Sabe que eres huérfana?
-Él sí, los demás no. Tengo que saber que no van a juzgarme- contesté viendo como su rostro
seguía serio y mirando la lápida-. Bueno, me marchó.
Ella no me contestó y me dirigí hacía el coche de Fede. A mitad de camino alguien me agarró el brazo y yo me giré bruscamente para quitármelo de encima cuando me di cuenta que era Raúl.
-Diana.
-Hola- le saludé sin saber que decir.
-¿Qué haces aquí?- me preguntó con el ceño fruncido.
-Dar el pésame a Fátima.
-¿Quién te ha avisado?- me pregunto de muy malas formas.
-Oye, me tengo que marchar- le dije ignorando su pregunta y girándome en dirección al coche.
Él me volvió a agarrar el brazo.
-Suéltame- le dije mirándole a los ojos y observándole más detenidamente, tenía los labios cortados y los ojos rojos-. ¿Te has vuelto a meter?- le pregunte preocupada.
-No deberías estar aquí- me contestó ignorándome a mi esta vez.
Le levante la manga de la chaqueta y observe pinchazos en el brazo.
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¿Confías en mí?
Fiksi RemajaUna vida nueva. Diana consigue cumplir su sueño e irse a estudiar a Madrid a pesar de lo dura que ha sido su vida antes de cumplir los 18 años. Conoce personas nuevas sin dejar atrás a las amistades del pasado. Todo se complica. En un momento se en...