Cuando la bóveda fue abierta, Derek Hale solo esperaba encontrar a los betas que por tanto tiempo había estado buscando, no esperaba que en medio de aquella oscuridad, un fragmento oculto de su pasado volviera a su vida.
Su hija, Beverly Smoak.
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Cuando Beverly vio por primera vez a los betas, se sintió cohibida al ver que eran casi de su misma edad. No aparentaban ser realmente una amenaza y eso a ella le causaba curiosidad, desde que estaba en la manada solo atacaban a los hombres lobo que significaran ser una amenaza aparente para Deucalion, ya que poseían algo que para él significaba poder. Eran unos simples betas, ¿Cuál era realmente el propósito de tenerlos retenidos?
- ¿Qué pasara con ellos? -le pregunto a Deucalion, cuando vio como Ethan y Aiden los obligaban a entrar al banco abandonado desde el segundo piso.
- Su propósito es atraer a su alfa, querida -respondió él mirando al frente.
- ¿Qué tiene de especial ese? -pregunto de nuevo la joven cruzándose los brazos en su espalda.
- Muy pronto lo sabrás -respondió en un tono neutro, dando por terminada la conversación.
Se giro sobre sus talones y empezó a caminar hacia las escaleras que lo llevarían al tercer piso.
- ¡Vamos! ¡Entren!
Volvió su vista a los betas al escuchar gritos, la chica rubia había caído al suelo de rodillas y Aiden estaba a punto de golpearla porque se había impacientado, ya que ella no mostraba indicios de querer levantarse rápido. De un momento a otro, el otro beta, un chico moreno corpulento; había aprovechado la distracción para atacar a Ethan por la espalda. Beverly giro su vista de nuevo hacia Deucalion y este le hizo señas con el mentón, era orden para atacar.
Salto desde su posición, el segundo piso; cayendo con agilidad y saco los bastones que llevaba consigo sobre su espalda y fue tras el beta que tenía acorralado contra la pared a Ethan. Le dio golpes en espalda, cabeza y piernas, ganando su atención y dando inicio a un combate, el beta lanzaba golpes que eran atajados por ella mientras se los devolvía. Le dio uno en la garganta obligándolo a retroceder, ella dio un giro de 360° sobre su eje tomando impulso para darle una patada en el pecho, mandándolo a volar lejos adolorido.
La naturaleza de los hombres lobo es luchar con su fuerza propia. Es lo que una vez Kali alego cuando vio el entrenamiento de Beverly. La joven alfa se había convertido en una experta en combate cuerpo a cuerpo gracias a los entrenamientos que había recibido por Lincoln, su antiguo alfa. Sin embargo, por recomendación de Deucalion, quien sabia de la mutación del gen licántropo que poseía Beverly; le obsequio unos bastones gemelos que al unirse formaban uno solo con la intención de que pudiera aumentar su posibilidad de ganar sin tener que salir herida.
Guardo los bastones en su sitio y se acercó a la chica que estaba sentada en el suelo, le tendió la mano dispuesta a ayudarla a levantar. La beta subió la mirada viéndola a los ojos retándola.
Respiro con fuerza.
- Deberían dejarnos ir, no les hemos hecho nada.
- Esa no es decisión de nosotros -respondió Beverly dándole la espalda mientras se encaminaba a las escaleras.
