Veía con detenimiento la mesa.
Aquella mesa era donde solía comer con todos sus hermanos, antes le parecía perfecta pero ahora con la partida de todos le parecía algo inmensa y solitaria.
No le gustaba comer solo... no le gustaba estar solo.
Cuando por fin tomo asiento trató de comer pero los bocados que se echaba a la boca le sabían tan insípidos.
Volteo a ver cada uno de los lugares que deberían de estar ocupados; primero el de Kai, luego el de Licht y por último el de su querido hermano Bruno, fue ahí cuando sintió que un nudo se formó tanto en su garganta como en el estómago.
Lo único viviente cerca de él eran los guardias de la puerta.
Quería que alguien se sentara a comer con él pero ¿Quién?
Su abuela estaría con alguno de sus deberes y Adele estaría también comiendo, además no terminaría como un bebé llorón con su hermana pequeña ¡Eso nunca!
No le quedaba nadie más aparte de Heine...
—No creo que acepte— murmuró picando un trozo de carne del plato. —Y de todas maneras nunca se lo pediría— frunció el ceño ligeramente.
Dejo por un momento los cubiertos y se recargó en el respaldo de la silla. En realidad no deseaba comer solo... para nada, así que tendría que vencer su orgullo para poder hacer lo que tenía en mente.
Soltó un largo suspiro y trató de pensar que diría exactamente para no ponerse nervioso y empezar a trabarse a la mera hora pues no quería quedar como un tonto.
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Cuando había salido del comedor trato de mostrar determinación y seguridad pero mientras más cerca estaba de su destino más le temblaban las piernas.
La garganta se le estaba secando y juraba que si no tuviera los guantes puestos seguramente las manos le sudarían.
¿Por qué experimentaba todo aquello? Simplemente le pediría que comiera con él, no era nada de otro mundo, era completamente normal.
Aunque en realidad nunca lo había invitado a comer, de hecho nunca en su vida había invitado a nadie para que comiera con él.
Así que estaba en total desventaja por su desconocimiento del tema.
Fijo su vista en la puerta de la habitación, no tenía claro que debía de hacer ni que decir y tampoco sabía que le respondería el pelirrojo.
Necesitaba un poco de confianza y algo de fe para que este accediera a su petición...
¿Petición?...
En que rayos estaba pensando, él era un príncipe nadie debía de negarse a lo que pedía. Además Heine debería de agradecerle la invitación, agradecerle que quisiera comer con él.
Inmediatamente y sin previo aviso abrió un poco la puerta, asomo un poco la cabeza para ver que se encontraba haciendo este y para su, no muy inesperada sorpresa, el tutor se encontraba en el escritorio anotando algo en unas hojas.
—Príncipe ¿Qué hace aquí?— preguntó Heine en cuanto volteo a ver quién abrió la puerta.
—Yo... bueno, yo solo pasaba y pensé— empezó a balbucear cosas que en todos los sentidos carecía de coherencia alguna.
Toda la arrogancia que había tenido hace algunos segundos atrás se había ido por la borda.
Heine dejó la pluma a un lado de la hoja, en la cual estaba plasmando algunas preguntas que haría que el joven de cabellos rubios, el cual seguía balbuceando enfrente de él, respondiera.
No lograba entender que hacia ahí cuando se suponía que debería de estar comiendo.
—No quiero comer solo— finalmente después de todo pudo decir esa simple oración coherente.
Parpadeo algunas veces tratando de procesar lo que acaba de escuchar, puso un poco más de atención a la mirada del cuarto príncipe tenía algo húmedas las pestañas, lo que quería decir que había estado a punto de llorar... lo cual no era extraño. Además había formado un puchero.
Inmediatamente el tutor quito el asombro del rostro, definitivamente Leonhard era un niño.
— ¿Y debo suponer que quiere que coma con usted?
— ¡Por... por supuesto! ¿Acaso piensas negarte a la invitación de un príncipe?— la arrogancia no tardó mucho en aparecer.
—Claro que no su majestad.
—Bien... pues deja eso y vámonos—aún le temblaba la voz. — ¿Qué esperas?
—Ya voy, ya voy— contestó agitando levemente una de sus manos.
Junto algunos papeles de su escritorio para que no se viera tan tirado para cuando regresara, aunque desde otra perspectiva se seguía viendo igual solo que con montón de hojas amontonadas en una pila.
—No puedo creer que tengas todo ese desorden— señaló el rubio una vez que Heine estaba en la entrada. —Deberías de acomodar un poco.
Leonhard no estaba dispuesto a ofrecerse de nuevo después de todo lo que le había costado junto con sus hermanos limpiar y ordenar la última vez. Para que al siguiente día volviera a ser un caos.
Y mucho menos ahora estaba solo.
—No es un desorden...— dijo con un ligero y casi inaudible temblor en los labios. —Solo esta acomodado de una manera que lo importante me quede más a la mano
No le gustaba que le dijeran eso de su habitación pues al final era su desorden y siempre encontraba las cosas que quería en el momento que las necesitaba.
— ¿En serio?— preguntó con una ceja enarcada y los brazos cruzados.
Los dos voltearon para ver el interior de esta.
—Comienzo a pensar que usted no desea comer su majestad— comentó regresando su vista al joven, quería que dejaran de una vez el tema del acomodo de su habitación.
— ¡¿Qué?! Claro que quiero comer— comenzó a jugar con uno de los mechones más largo de su cabello y con un sonrojo en el rostro. —Vamos.
Heine simplemente asintió para luego comenzar a caminar al lado del joven, nunca pensó que le llegaría a pedir que comiera con él y tampoco se hubiera ofrecido a acompañarlo a la hora de la comida, a pesar de que sabía que no le gustaba comer ni estar solo.
Aunque al final Leonhard nunca le pregunto apropiadamente si podían comer juntos.
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N/A: Hola, regrese :3
Jejeje bueno esta es una pequeña historia que pensé demasiado pues se que habrá algunas personas en el fandom que no estén actualizadas con el manga, pero no pude negarme a escribirla al final (>///<)
Así que espero que les haya gustado y muchas gracias por leer ❤
Besos y abrazos ^·^
P.D: Quiero agradecerle a mi amiga Mena por la idea del título, te amo (>///<)
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Be my guest | Oushitsu Kyoushi Haine |
FanfictionEn realidad no deseaba comer solo así que tendría que vencer su orgullo para poder hacer lo que tenía en mente, aunque en realidad nunca lo había invitado a comer... _______________________________________________________________________ Advertencia...