Con algo se empieza

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Eran cerca de las seis de la mañana, era día de escuela por lo que todos tenían que empezar a preparase, Lori fue la primera en despertar y por ende la primera en usar el baño, en el camino se dio cuenta de algo raro, al lado de la puerta de la habitación de Lincoln, había otra puerta que nunca estuvo ahí.

En la puerta estaba pegado un papel con un escrito a lápiz que decía, "si es Lincoln toca la puerta, si no, toca dos veces", a Lori no le agradaba para nada la idea de que él se quedara a vivir con ellos, pero le intrigo saber de dónde saco esa puerta.

– Dos veces, ¿Eh? –

Siguiendo la indicación toco la puerta dos veces, y del otro lado se escuchó la voz de un joven que apenas se estaba levantando.

... ¿Quién es?

– Soy Lori, abre la puerta. –

Acto seguido y como la chica pidió la a puerta se abrió, mostrando a Daniel, quien estaba con el cabello desarreglado y bestia un pijama a rallas blanco y negro, cabía destacar que no se podía ver el interior de su habitación, estaba muy oscura.

Si, ¿en que puedo servirle?

– si, ¿que es esto? – señalando al marco de la puerta.

Hmmmm, es una puerta, pensé que las conocías.

No le gustó mucho el comentario de Daniel, pero por respeto a las demás no le alzo la voz.

– Quiero saber cómo y que hace aquí, pensé que dormías en el ático. –

Daniel restregó su rostro con sus manos un momento intentando avivarse un poco.

¿Para esto me despertaste?, escucha, una vez sabiendo quien soy, no veo porque seguir allá arriba y la puerta la puse yo, es mi habitación y como no salgo a trabajar hasta las ocho, volveré a dormir, adiu.

Tan pronto termino de hablar con Lori, cerró la puerta inmediatamente, aparentemente con seguro, ¿Quién se creyó que es?, pensó Lori, incluso si el dijera ser el rey de Inglaterra, ella era la mayor y por ende estaba a cargo.

Dejando de largo esa molesta conversación, prosiguió su camino hacia el baño, solo para darse cuenta de que Leni se encontraba adentro, Lori maldijo en voz baja por haber perdido el tiempo con Daniel.

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– ¿Así que pusiste una puerta al lado de mi cuarto? –

Sip y no fue fácil.

A Lincoln le interesaba las cosas de las que era capaz de hacer Daniel, un poco perturbador pero increíble, esa mañana se veía muy tranquilo, a pesar de lo acontecido ayer no se veía afectado.

– ¿Estás seguro de que no quieres ir?, escuche que hoy servirán hamburguesas en la cafetería. –

Gracias, pero paso, esta vez te daré el día libre de mi presencia.

Su reacción le sorprendió todavía más, el usualmente estaría siguiéndolo como un perro a todos lados, pero ese día quería estar en casa.

– ¿Tienes asuntos que atender Eh? –

Con una sonrisa de oreja a oreja respondió a su comentarioSoy una persona sumamente ocupada

– ¡Niños ya hay que irnos! – Grito Rita desde afuera de la casa, tenían unas cosas por hacer después de dejarlos a la escuela.

Déjalo morirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora