Vivir en una ciudad conservadora no es cosa sencilla. Todos, y al decir todos me refiero a que incluso personas desconocidas para tí tienen expectativas algo ridículas sobre tu persona.
Ahí es donde entra mi historia, mi nombre es Álvaro. Sí, sin apellido. Así son las cosas en mi trabajo. Sólo llevas lo que las personas te piden a un punto de entrega, recibo el dinero y tan tán, ahí acaba todo.
Tal vez te estás preguntando ¿Qué tiene de especial ser repartidor? Bueno pues yo me dedico a entregar ciertos productos a personas que desean hacer su vida un tanto... "interesante", bien sin rodeos te lo diré. Soy repartidor de una tienda de juguetes sexuales, lo cual en este pequeña ciudad que pareciera sacada del México post independentista es un crimen y un sacrilegio digno de censura, pero también tiene algo de adrenalina.
Es así como una entrega que prometía ser ordinaria voló mi mente en unos segundos....
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Delivery Boy
Short StoryNada que decir, a veces ser repartidor de ciertos productos resulta algo interesante