Verse a ella misma en aquél espejo que había visto a tantas mujeres como ella le provocaba sentir lástima...
No sólo por ella sino también por todas las mujeres que se habían observado allí y ya estaban bajo tierra o sus cenizas estaban esparcidas en el aire. Se secó las lágrimas que bajaban a sus mejillas, la noticia que le había dado el doctor de su esposo Michael Wheeler habían acabado por quitar la penúltima pieza de ajedrez y ni siquiera el último movimiento podría ayudarla a combatir el cáncer que tenía él.
Tomó una toalla de papel que tenía a lado del lavamanos y se limpió la cara. Se mira por última vez en el espejo y salió de esos deprimentes baños donde era el único lugar seguro del hospital que nadie te molestaría. Suspiró y caminó directo a la habitación de Mike, su Mike que tanto había amado a lo largo de toda su vida.
Paró frente a la habitación 211, miró los papeles que se encontraban pegados a su lado derecho
Wheeler Michael
Habitación 211
Causa: Leucemia
Situación: Grave
Cerró nuevamente los ojos, se negaba completamente a creer lo que pasaba, a lo que padecían los dos. Quería que todo fuera un sueño, pero todo eso era real y ni siquiera sus poderes podían salvarlo. Nuevamente soltó un suspiro, pasó su muñeca por sus ojos y decidió por milésima vez en su vida a sonreír falsamente, como lo solía hacer con papa.
Entró a la habitación en la que se encontraba Cara de Rana, sonrió ante aquél recuerdo. Había olvidado por completo que le decían así Troy y sus amigos en Hawkins esos días cuando aún eran jóvenes e iban en bicicleta a cualquier lado que vayan. Mike se encontraba tendido sobre la camilla, con unas tes cobijas calientitas para que no pasará frío y dos almohadas debajo de su cabeza, sus ojos los mantenía cerrados pero no estaba dormido. Caminó lentamente hacía él, como solía hacerlo antes en los primeros días de casados.
—Sé que estás ahí, El.
El... Siempre le decía así.
Eleven trató de sonreír lo más real posible, pero al querer hacer el intento lograba que de sus ojos salieran lágrimas.
—Oh vamos, cariño, no llores ¿De acuerdo? Pronto todo esto acabará y dejarás de sufrir, sólo es cuestión de tiempo ¿Sí?
Oh no.
No, no, no. Se negaba rotundamente a la idea de que él se vaya de ella. No importaba que llorará, no importaba que ella sufriera, no importaba que tenga que desvelarse todos los días o pararse a mitad de la noche para atenderlo. Jamás se cansaría de él, no importaba cuanto tenían que pasar, lo que importaba es que ellos dos estuvieran juntos y por siempre.
—Sabes que no me gusta que digas cosas negativas, Mike, odio tu negatividad como te odio a ti.
Eso era una jodida broma, no tenía la suficiente maldad como para odiarlo.
—Soy realista, El y las cosas que te digo son la verdad.
Asintió con la cabeza Eleven. Mientras ella tomaba un banco para sentarse a lado de él y sostenerle la mano. Los pensamientos de Mike eran abrazados por el miedo, sabía perfectamente que la leucemia le había ganado la batalla, pero, no le daba miedo morir, ni siquiera un poco. Lo que le aterraba, lo que le atemorizaba; era dejar a Eleven.
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Goodnight, Mike ☔ Mileven
Fanfiction❝ -Voy a estar a tu lado en estos últimos momentos, Mike, voy a ser yo la única persona que estará contigo hasta el final... -¿Lo prometes, El? -Lo prometo. ❞ Queda prohibido la copia parcial y/o adaptación de está obra sin mi consentimi...