Nicole

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Todo comenzó aquella noche con ese extraño sueño. La verdad es que desde que era pequeño siempre he sentido que estaba predestinado a algo grande, posiblemente más de uno de nosotros ha sentido lo mismo o incluso lo ha anhelado pero a medida que pasaba el tiempo yo descubría que mi sentimiento era una mera realidad.

Mi familia y yo nos acabábamos de mudar a aquella casa. Estaba en un barrio llamado "Los Almendros". La casa tenía tres habitaciones, un salón, dos baños y obviamente una cocina. Recuerdo que las vistas daban hacia una dehesa, cosa que me agradaba bastante ya que soy un gran amante de la naturaleza.
Nada más al entrar por la puerta de la casa de frente te encontrabas con un espejo, a mano izquierda estaba la cocina y al lado de esta el salón. Había un largo pasillo y en este dos baños, uno al principio y otro al final. Por último al final del pasillo se encontraba la habitación de mis padres, a mano izquierda la de mi hermana y seguida de esta la mía.
Uno de los aspectos que más me llamó la atención de la casa fue el paisaje que estaba dibujado en la entrada de la casa en las paredes. Se veían unas altas montañas a los pies de un lago con varios animales salvajes como ciervos o conejos por alrrededor, la verdad es que era un trabajo muy bien hecho.

El día en el que llegamos a esa casa inmediatamente nos pusimos a limpiarla. Mi hermana se encargó de su habitación, yo de la mía y mis padres del resto de la casa.
En mi habitación habían dos muebles que los anteriores dueños decidieron dejar. Uno de ellos era una mesilla de noche que estaba al lado de mi cama, era antigüa y estaba hecha de un material parecido a la paja. Tenía tres cajones y pomos hechos de bambú. El otro objeto era un armario bastante grande con tres puertas, en la primera puerta habían varios cajones y las otras dos se abrían juntas dejando paso a un gran armario con una barra para colgar perchas y ropa.
Mientras estaba limpiando el armario pude observar que tenía el rastro de pegamento de unas pegatinas infantiles que debía de haber tenido el anterior dueño de la habitación. Por sus formas pude deducir que amtes había sido la habitación de un niño pequeño, se veían formas de coches, formas geométricas y alguna otra de dibujos animados famosos del tiempo.

Despuès de mucho esfuerzo y mucho frotar terminé de limpiar mi habitación,  al acabar fui a ver a mis padres y decidí a ayudarles para terminar antes y cenar.
Después de cenar fuimos todos a dormir.

Recuerdo que esa noche me costó mucho conciliar el sueño. Tenía una sensación extraña, notaba como una especie de angustia porque me sentía observado, la ventana, al estar defectuosa, hacía un leve ruido cada vez que soplaba el viento y por la casa no paraba de escuchar sonidos similares a unos pasos pero sin llegar a serlos.
Recuerdo que al levantarme por la mañana estaba totalmente helado de frío, mi manta estaba en el suelo y la puerta de mi habitación abierta cuando yo siempre me ocupaba de mantenerla cerrada. El sueño que tuve no fue nada normal. Soñé con un bebé que estaba durmiendo en esa misma habitación, había una mujer esbozando atónitos gritos y una figura que se asemejaba a una sombra masculina observando la escena. Recuerdo que me desperté bastante angustiado.

El día había transcurrido de lo más normal, fui al instituto, cumplí con mis obligaciones en casa y de nuevo llegó la noche.
La segunda noche de nuevo comencé a sentir esa mirada clavada en mí, la angustia nuevamente me envolvió y el miedo me engulló, sin saber por qué realmente me levanté de la cama de un brinco y encendí la luz, me aseguré de que estaba solo en la habitación y después la apagué para, en una carrera, meterme de nuevo en la cama.
Aquella noche el sueño comenzó igual pero esa vez pude ver un poco más. Aquella sombra abrió el cajón de la mesilla y encerró dentro al bebé, la mujer seguía gritando pero esta vez con menos dolor.
Al despertar fue lo primero que hice. Fui a la mesilla de noche y abrí el mio cajón, el segundo cajón, lo saqué del todo de la estructura y bajo mi asombro encontré dos objetos. Uno de ellos eran unas prendas femeninas interiores infantiles, con el dibujo de una muñeca en la parte delantera y con bastante sangre en la trasera, junto a esto había un dibujo de una niña que estaba agarrando la mano a un señor sin rostro y a una mujer sin cabeza, detrás el autor estampó su firma, por lo que se veía se trataba de una niña llamada Nicole de unos seis o siete años ya que la letra de esta era bastante deficiente.

Recuerdo que ante todo ello lo primero que hice fue contárselo a mi madre, ella me negó credibilidad y me dijo que me deshiciera de los objetos cuanto antes. La prenda interior la tiré pero por curiosidad guardé el dibujo que, ante mi sorpresa, a la mañana siguiente desapareció.

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⏰ Última actualización: Aug 07, 2017 ⏰

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