Quizás era la tercera vez en la semana que sentía ese dolor en el pecho. Quizás habían sido mas, pero paulatinamente se estaba acostumbrando a aquello o simplemente intentaba ignorarlo. Samuel era muy orgulloso en ese sentido y negaría aquel sentimiento tan molesto en su ser que era como una espina, una espina clavada por una rosa. Su rosa personal.
Guillermo.
No era la primera vez que el pelinegro salia a una cita con algún chico para no retornar en el resto de la noche. No era la primera, no obstante, seguia doliendo igual.
En esta ocasión el afortunado se llamaba Carlos y aunque Samuel no lo conociera, ya le tenía rencor y desconfianza. Bueno, en realidad el odio se lo tenia a todos los que salían con su amigo. ¿Que si tenia celos? Claro que los tenia, no se debia ni aclarar que estaba enamorado de su compañero de piso pero para su desgracia el había acabado con toda posibilidad de conquistarlo.
Había arruinado todo aquel día en que dijo "Yo solo chicas, pechotes y eso. Los tíos no me van y jamas lo harán, no soy gay que asco"
Recuerda la cara de decepción y dolor de Guillermo aunque en ese momento no había entendido el porque.
»Entonces creo que no deberíamos hablar mas«
Esas habían sido las palabras de su amigo y cuando Samuel lo miro confundido, Guillermo dijo:
»Samuel, soy gay«
Las siguientes semanas habían sido cuanto menos incomodas, hasta que el castaño se había disculpado por su comentario tan homófobo alegando que era su amigo y era la excepción. Para su desgracia, en aquel tiempo sin Guillermo se había dado cuenta de algo.
Estaba enamorado del pelinegro.
¿Que porque había dicho lo anterior? Fácil, tapar sus sospechas e intentar convencerse a si mismo de que era totalmente hetero.
Ahora vaya que se lamentaba por ser tan terco al aceptar sus sentimientos, no había mínima oportunidad y ante aquello no tenia mas que esperar al menor. Tomaba la sexta taza de café y tallaba sus ojos cuando la puerta fue abierta y entro un Guillermo pasado de copas y con chupetones en el cuello.
—Guille, ¿Quien te hizo eso?
Tenia la mandíbula tensa al preguntar, el ojirasgado le miro y sonrió intentando relajarlo
—Fue Carlos, pero no me hizo más— hablo entre hipidos —Solo quería una noche y lo detuve, eso no va conmigo.
Samuel asintio con la cabeza un poco más aliviado al saber que a su amigo no le habian hecho nada y lo tomo, cargándolo mientras este balbuceaba cosa inentendibles. Se preocupaba por el, lo veía tan frágil que no quería alejarse en ningún momento. Guillermo carcajeaba debido al alcohol en sus venas.
—Calla cabezón, son las 3 de la mañana y despertaras a los vecinos — le reprendió divertido el castaño.
—Shh— Guillermo llevo su mano a la boca e hizo ademán de ponerse un cierre en ella.
Sus mejillas estaban rojas cual tomates y sus ojos brillaban, y ante aquello Samuel juraba que no podría contenerse a besarlo.
—No quiero dormir— cuando llegaron a la habitacion el pelinegro se apego mas al mayor —Quedate a dormir conmigo
Samuel abrió los ojos impresionado, cada quien tenia su habitación, nunca había tenido tanta cercanía. Se puso rojo cual tomate, pensaba en rechazar aquella locura, no obstante, su amigo se veia muy mal, como pocas veces lo había visto y quería asegurarse que estuviese bien.
Lo coloco en la cama con cuidado, lo arropo y el se tiro a un lado de el por encima de las cobijas. El pelinegro se apego a el quedándose dormido casi al instante.
El mayor pensaba en como era posible que el tuviera que cuidarle después de que saliera con otros chicos, y francamente, no podía reclamar, no tenia derecho. Suspiro pesadamente, Guillermo le gustaba y mucho, pero sabia no podría darle una relación estable puesto que le daba miedo aceptar ante la sociedad lo que era.
El siempre tan varonil, atrayendo a chicas.
¿Como iba a si quiera pensar en ello?Su madre mantenia la esperanza de que llegase con una novia, se esposaran y le diera unos lindos nietos. No podía defraudarla.
A la mañana siguiente Guille le agradeció haberlo cuidado prometiéndole no saldría mas con aquel chico pues había querido sobrepasarse con el. Había que admitirlo, eso le había gustado a Samuel, mas no por mucho tiempo pues en esa misma tarde le vio emocionado por una nueva cita.
En parte Samuel queria convencerse sobre que aquel nuevo pretendiente no seria alguien que valiese la pena y Guillermo dejara de verlo pronto.
El pelinegro termino de arreglarse, tomo su móvil, sus llaves y salio contento, diciéndote a Samuel llegaría antes de las 10 a cenar. Este asintio con la cabeza, y comenzo a trabajar desde su computador, era redactor de libros por lo que casi siempre estaba en casa.
Por su parte Guillermo trabajaba en una tienda de celulares cercana a su casa, exceptuando fines de semana que era cuando salia a divertirse con la esperanza de conocer a algun chico que valiera la pena.
Francamente Guillermo era un chico romántico al que le gustaban las atenciones constantes, vivir nuevas experiencias y vivir cada día como si fuese el último.
No era que no tuviese amor propio si no que le emocionaba la idea de encontrar a alguien con quien compartir su vida, tenia cerca de 28 años y creia era momento de hacer su propio camino. Al final de todo, no podia vivir toda la vida con su mejor amigo fingiendo no pasaba nada y no esta perdidamente enamorado de él.
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Si supieras [Wigetta] Colaboración con Anky32
FanfictionDonde Guillermo está enamorado de Samuel y lo oculta saliendo con otros chicos. Samuel, tiene otras formas de ocultarlo. Hablar de mujeres es su escudo. Y así llevan su ritmo, intentando crear una rutina, no obstante, viven juntos y no todo se puede...