PARIS [In the Rain]

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Disclaimer: La historia es de mi pertenencia, en ella sólo utilizo sin ningún fin de lucro, a los personajes de Naruto, cuyo creador es Masashi Kishimoto. Está prohibido re-suban esta o cualquier otra de mis historias, o adaptarlas.

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Paris

[In the rain]

Six

—He hablado con mi padre hoy. Y no es una orden como tal, pero me ha dicho que tiene una candidata adecuada. Me dijo que... que no era necesario planear una cita previa, que bastaba con decir sí, y se aseguraría de...— tragó pesado, pero continuó. —Que se aseguraría de formalizar mi compromiso antes de la boda de Itachi.

Ella aferró sus manos a los hombros de Sasuke, mostrando con sus manos lo que no podía decir verbalmente.

—Oh.

Fue todo lo que dijo. Porque de miles de pensamientos y emociones, de pronto sentía que se congelaba.

No debería sentir decepción, pero ahí estaba. No debería sentir que caía en el abismo porque su mano seguía aferrada al hombro de Sasuke. No debería sentir desolación, frustración y enojo, porque siempre supo que ese momento llegaría. No debería sentir tanto por alguien que jamás le pertenecería ‒no de la manera correcta- pero ahí estaba. Recostada en la cama de Sasuke Uchiha –segundo hijo de la familia más importante. Él,  cuyos labios aún se sentían sobre los de ella aunque ya no se conectaran físicamente. No sentir algo más que amistad por éste hombre que hacía latir su corazón y ponía a prueba su razón y su voluntad.

No debería... pero no podía evitar.

Así que no le preguntó de quién se trataba la persona con quien se casaría–si ella conocía su familia– ni lo que él le había respondido a su padre. Sakura ya lo sabía. Porque su comportamiento errático era suficiente respuesta. Porque aunque Sasuke lo negara, Sakura le conocía, y no importaba cuán devoto él fuera por complacer a su padre y cada expectativa impuesta, que aunque él no fuera obligado tal cual accedería, más aun no podría ocultar su verdadero sentir. Porque esto era algo que ninguno quería vivir.

—Oh...
Volvió a decir. Porque no había más. No palabras de ánimo o condolencia. Simplemente nada.

Calló por propio luto. Esas tontas ilusiones que había ignorado sobre ella y Sasuke‒ qué ya de por si eran inverisímiles, ahora sentía pena por ellas. Sakura había aplazado lo más posible sus propias entrevistas de matrimonio porque Sasuke también lo hacía. Tontamente quería tiempo. Pero ahora...

Sasuke comprometido... era el fin de todo. De ellos. Ya no podrían estar como en ese momento, ella no podría hacer esto más. No más contacto breve, mirarse en los ojos del otro y perderse en ellos, estar hombro a hombro en la misma cama, no más fiestas de alta sociedad en las que ambos se acompañaran, no mas escabullirse entre las sombras ni probar de la manera más platónica los labios del otro.

Un pensamiento ridículo pasó brevemente, pero como apareció ella lo borró. Infidelidad... no, no. No...

¿Por qué era imposible? El dejarlos decidir y no atarles... equivocarse y experimentar.

¿Por qué era tan difícil hablar?

Callar y aceptar fue lo que les habían enseñado. El deber y el nombre de la familia son primero. Engrandecer y enorgullecer a sus padres.

Y entonces, fue la boca de Sasuke que le despertó de su estupor. Sakura respingó, al sentir su cálido aliento contra su cuello. ¿En qué momento Sasuke había acercado su boca a sus hombros? Un beso sobre su piel y Sakura no puedo evitar ese jadeo. Esa boca fina se abría contra la piel de ella, dejando salir su lengua y lamiendo cuanto podía y luego mordía su cuello. Sakura podía sentir a Sasuke succionando sobre su pálida piel. La sola sensación de tenerlo así, haciéndole esto y más... le provocaba la piel de gallina y un éxtasis por todo su cuerpo.
Sasuke puso una mano en la mejilla de Sakura y la otra en su hombro, manteniéndola contra la cama, inmovilizándola y tomándola posesivamente mientras su boca se deslizaba desde la coyuntura de su cuello y hombro, su yugular... su mentón y regresando. Sakura cerró sus ojos, hundiéndose en el placer y dejando que ese calor en su vientre le consumiera.

Parpados caídos, sonrojo en su rostro y muslos fuertemente apretados. Fricción, necesitaba fricción, un deseo natural del cuerpo que su mente nublada no registraba. Solo estaba el placer que los labios de Sasuke proporcionaban en su cuello y la sensación incómoda entre sus piernas. Sus manos apretando con fuerza la tela de la camisa de su acompañante, como desesperada por sujetar la consciencia y el momento.

Un gemido más profundo salió de su boca, para luego que Sasuke dejara de besarle. Sakura parpadeó pérdida, enfocando y conectándose con los ojos negros de Sasuke. Volvieron a mirarse, ojos verdes brillantes con una chispa de deseo peligroso, los de él tan oscuros y profundos, un fuego violento en ellos.

Y fue que Sasuke reclamó sus labios una vez más.

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El autocontrol siempre bien practicado en Sasuke, en ese momento le era difícil de llamar. Restringir impulsos y acatar reglas era algo grabado en los más profundo de sí. No había más opción que parar ante las acciones que ambos estaban llevando a cabo en su cama. Un calor entre ellos, una pesada tensión que no supo en qué momento nació. Detenerse. Era necesario. No dar paso a algo más –porque esto, más que nada, inició como un desahogo de emociones... hubo placer, deseo, pero sólo eso.

No debía pasar nada más que eso.

Sasuke no había planeado besarla para iniciar con un acto de mayor intimidad. Necesitaba calmar su alma... y Sakura era la mejor solución. Ella no preguntó nada, y él tampoco comentó cosa alguna. Y aunque él había sido quien dio el primer beso, no era ella a quien le correspondía una explicación. Aun así, estaban a par, pues Sakura había correspondido a cada acto. Eso era algo a lo que Sasuke ya se había acostumbrado;  a los besos esporádicos y curiosos de Sakura. Como si fueran un abrazo, no más que eso.

No debían de ser más que eso.

Sin embargó Sasuke comenzó el contacto.

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Hombro contra hombro, seguían recostados. Sakura miraba la cara de Sasuke, grabando cada ángulo del mismo, buscando respuestas a preguntas que no podían formularse. Sasuke por su parte se encontraba más concentrado en mirar hacia abajo: a sus manos y los movimientos de sus dedos. Él sostenía la mano de ella, más delicada y pequeña, y acariciaba su dedo anular, con movimientos llevados de arriba hacia abajo, lento. En su mente, Sasuke veía un anillo en dicho dedo, más no comentó ese pensamiento.

—Sakura.

—¿Hum?

Sasuke levantó la mirada, conectando con la de ella.

—¿Me darías un presente?

Ella parpadeó, confusa al principio pero luego lo recordó. Sonrió de manera tenue.

—Aun no es tu fiesta de compromiso—, sus palabras, ella no sabía pero golpeaban en su estómago, sin embargo Sasuke se tragó el nudo que tenía en la garganta. Sin soltar su mano, Sasuke se levantó un poco, apoyando el peso en su codo y le miró expectante y serio.
Sakura podía entender toda la situación que tenía a Sasuke tan agitado, ella creía sentir lo mismo, y había querido aliviar la tensión que éste sentía. Pero apenas abriendo la boca para preguntar, que le fue claro que todo esto iba más allá del límite:

—Bien, de qué-

—Vayámonos.

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