Rainy Day {HoHyun}

Rainy Day.

Siente su espalda chocar contra la fría pared y un escalofrío recorre su columna, haciéndolo quejándose en voz baja, hasta que unos labios devorando los suyos le hacen callar y corresponder aquel beso demandante y cargado de pasión.

Sus brazos se cruzan detrás del cuello de su amante y sus manos se aferran a su cabeza, sus dedos se pierden en su cabello algo rizado y teñido de un color castaño rojizo que al mojarse parecía de un color bordó que le hacía perder la cabeza.

Las manos del menor se escabullen por dentro de su camisa húmeda por la lluvia. Su piel fría por el agua es acariciada suavemente por aquellas manos que se encontraban aún más frías que su propia piel.

Una lengua traviesa que recorre toda su cavidad bucal,una pierna metiéndose entre las suyas, rozando descaradamente su entrepierna, robándole unos cuantos gemidos y jadeos de placer. Sus propias manos dejando la cabeza del menor, para aferrarse a su espalda, a su camisa igual de húmeda que la suya.

Minho se separa de ese beso desesperado, dejándolo jadeando, deseoso demás. Se miran, se sonríen, y ya no les importa la lluvia que cae encima de sus cuerpos, mojando desde su cabello hasta sus zapatillas.Tampoco les preocupa el resfriado que seguramente iban a tener al día siguiente, y el regaño que se iban a llevar por parte de sus padres.

Jonghyun lo atrae nuevamente hacia él, juntando ambos cuerpos mojados por el agua fría que caía del cielo, sacando un jadeo de parte del menor al sentir esa deliciosa fricción entre sus entrepiernas, quien estaba seguro, no aguantaría mucho más sin hacerlo suyo allí, en la calle, de una de las maneras más vulgares que podía existir.

No le importaba que alguien los viera, ni siquiera le importaba lo que pensara Jonghyun. Necesitaba tomarlo, reclamarlo una vez más como suyo.

El mayor busca sus labios, pero Minho se niega, divertido, anclando sus dedos en el final de la camiseta del mayor, comenzando a subirla lentamente, mientras sentía como Jonghyun se estremecía y entre susurros le pedía que ''Aquí no Minho, cualquiera puede vernos...''.

Cosa que a Minho, ya no le importaba.

Sonríe al levantar la camiseta de Jonghyun por completo, dejando a la vista desde su vientre hasta un poco más arriba de sus pezones. Esos pezones que se encontraban erectos por el frió, de una tonalidad roja, probablemente la piel estaba irritada por el roce contra latela fría.

El menor agacha la cabeza y Jonghyun cree perder la razón cuando siente la lengua caliente de Minho apoderarse de uno de sus pezones, su maldito punto débil. Siente como el alto lo rodea con su lengua, para después succionarlo tal como si fuese un maldito caramelo.

Su espalda se arquea contra la fría pared,mandando una vez más escalofríos por todo su cuerpo y logrando sacar un gemido ahogado de su garganta.

-Eres tan sensible... - Minho no pensaba detenerse por nada del mundo. Una vez que sintió haber jugado demasiado con el punto sensible de Jonghyun, decidió continuar. Marca un camino húmedo de besos desde el pecho hasta el vientre del mayor, acariciando suavemente los costados del cuerpo de éste, sintiéndolo estremecerse ante sus caricias y sus besos.

Desabrocha con agilidad los jeans de Jonghyun, bajándolos con la misma rapidez o quizá más, debido a lo desesperado que se encontraba. Pero había algo, algo que había olvidado totalmente. Jonghyun no usaba ropa interior. 

Con una sonrisa maliciosa en su rostro, sube la mirada, hasta encontrarse con el rostro totalmente sonrojado del mayor, que trataba de, inútilmente, mirar hacia otro lado que no fuese allí donde esos grandes ojos marrones le miraban fijamente,con un toque de malicia y burla.

Sabía que Minho amaba cuando no llevaba nada debajo de sus jeans, por eso mismo había ido a su encuentro así, sin nada que pudiera hacer que el alto perdiera el tiempo quejándose como un niño chico de que no debería usar ropa interior, que era más cómodo sin nada y blablabla.

Siente la gran mano de Minho tomar su miembro con total suavidad y cariño,casi con miedo de hacerle daño, y suelta un gemido agudo. Puede sentir también la respiración del menor encima de su glande y eso le enloquece y le hace querer jalarle de su puto cabello largo, pegarle el rostro contra su miembro y obligarle a que se la chupe de una vez.

Pero no podía hacerlo, porque la venganza sería peor. Y no quería quedarse sin poder levantarse de la cama durante horas como la última vez.

Su mente pasa a quedar totalmente en blanco en el momento en el cual siente un calor demasiado agradable en su glande, y aquella mano grande, fuerte y caliente comenzando a acariciar su miembro de arriba a abajo, bombeando suavemente.