Lector

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Cuando levanté los ojos de mi lectura,  el mundo estaba tan lejano que no podía ver nada más que libros.
Estaban apilados de tal forma que llegaban a tocar el techo, esparcidos alrededor de mí. Eran tantos que bloqueaban la puerta.
Tantos que cuando salí al mundo real,  ya nadie me esperaba allí.

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