EL CUADERNO

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  El cuaderno que tenía entre sus manos no era el suyo, ni se parecía, pero de todos modos había terminado en sus manos y no encontraba el nombre del dueño por ningún lado. Estaba en una mesa del salón de química, lo había encontrado por quedarse de último para guardar sus cosas con lentitud. Por estar buscando el nombre del dueño terminó leyendo la primera página:


"Cada vez que sonríe siento felicidad".


Jimin leyó esas dos líneas muchas veces para intentar entenderlas pero no podía hacerlo del todo por no saber las cosas que estaba pasando el autor.


Los minutos pasaban y él seguía parada en medio del salón. No iba a dejar el cuaderno ahí así que lo guardó en su mochila para después salir de ahí. Fue directamente hasta la entrada principal del instituto, encontró a su mejor amigo sentado en las escaleras esperándolo con una hermosa sonrisa.


Yoongi pegó un brinco cuando Jimin lo abrazó por la espalda por no haber hecho ruido.


— ¡Me asustaste! — Llevó una de sus manos a su corazón.


— Exageras mucho las cosas, Yoongi. —Lo besó en la mejilla tras dejar de abrazarlo.


Min Yoongi era su mejor amigo desde que tenía memoria. Ambos eran muy unidos, estaban juntos para absolutamente todo y la confianza que había entre ellos era tan grande que sabían todo acerca del otro.


Yoongi se levantó de las escaleras y las bajó.


—Cuando me mates de un susto ya te veré llorando en mi funeral. —Le mostró la lengua.


— ¡Pero no morirás! Así que ya deja de ser tan dramático.


Lo agarró de la mano para que sus manos quedaran entrelazadas. Desde que tenía memoria hacia eso con Yoongi así que no era para sorprenderse o algo, todo lo contrario, si no lo hacía era extraño.


— ¿Vamos a casa ya o qué? — Preguntó Jimin mientras jalaba ligeramente el brazo de Yoongi.


Yoongi miró a sus espaldas por unos segundos y luego asintió. Comenzó a caminar con Jimin de la mano en dirección a la casa del más bajo. Vivían en la misma calle así que no habían problemas como tener que separarse en alguna estación.


Llegó a casa y se despidió de Min para entrar corriendo e ir directamente hasta su habitación. Lo primero que hizo fue sacar el cuaderno que se había conseguido. Conseguiría pistas leyendo, o eso creía. El corazón de Jimin latía con tanta rapidez que pensó que se saldría de su pecho. Cuando estaba por abrir el cuaderno lo tiró a la cama y fue hasta su armario, sacó su pijama y se metió en el baño para darse una ducha. Había hecho eso para aumentar la curiosidad. Al salir del baño corrió a la cama y se tiró en ella para agarrar el cuaderno de nuevo. Lo abrió en la segunda página.


"Es como un gatito cuando estornuda y sus pequeñas manos me dan ganas de agarrarlas".


Jimin frunció el ceño y mordió su labio inferior. Aquello era una especie de diario y lo estaba leyendo sin ningún pudor. Cuando cayó en cuenta que estaba invadiendo la privacidad de alguien se sintió avergonzado. Necesitaba guardar el cuaderno hasta encontrar el dueño y lo difícil sería no leerlo. Se levantó de la cama y abrió su mesa de noche, escondió el cuaderno debajo de otros. No era el mejor escondite pero al menos evitaría leerlo por hoy, o no.


Bajó a ayudar a sus padres con la cena para distraerse. Yoongi comió esa noche con ellos por lo que olvidó por completo el cuaderno por reírse tanto.


Sin embargo, en cuanto su mejor amigo se retiró con la excusa que sus padres lo estaban llamando, subió a toda pisa para de nuevo abrir el cuaderno con muchísimo interés.


"Su cabello naranja es lo mejor más hermoso que he visto en toda mi vida después de su sonrisa".


Por un momento se sintió totalmente identificado con la oración pero desecho la idea por completo. Sí, él tenía el cabello naranja pero no era el único así que las posibilidades eran muy escasas pero muy en el fondo quiso creer que todo eso era para él.


Sonrió toda la noche como un estúpido.


(...)


Una canción de su artista favorito, Jeon Jungkook, sonaba en sus audífonos así que iba cantándola lo más bajo que podía por querer hacerlo a todo pulmón por lo hermosa que era su voz. Nunca tendría oportunidad con su ídolo, no mientras éste tuviera a su lado a Kim Taehyung.


Entró al salón de clases aprovechando que era temprano pero se sorprendió muchísimo por encontrar a Min Yoongi buscando con desesperación entre las mesas. Retiró sus audífonos y pausó la canción.


— ¿Ocurre algo, Yoongi? — Preguntó con el ceño fruncido desde la puerta.


El chico de cabellos color menta se tensó y giró lentamente su cabeza hasta el más bajo para mirarlo con un poco de miedo en sus ojos que pudo disimular perfectamente tras una sonrisa.


— Jiminnie, se me cayó un lápiz y no lo encuentro.


— Hyung, puedo prestarte uno si quieres. He comprado algunos. — Terminó entrando al aula y se acercó hasta la mesa en la cual se sentaba con el chico siempre. Dejó la mochila encima, la abrió y buscó un lápiz.


Yoongi clavó su mirada en el cuaderno que se deslizaba hacia afuera por culpa de la posición de los otros. Nunca en su vida había sentido tanto miedo.


— ¿Cuándo compraste una nueva libreta? Necesito una. — Agarró el lápiz que le tendía el peli naranja.


— ¿Qué? — Entendió al ver su mochila—. Oh, eso. Me la encontré ayer.


— Deberías buscar el dueño.


— Eso haré pero tengo algo de curiosidad por las cosas que dice. — Tomó asiento y abrió la libreta tras sacarla—. La persona que escribe lo hace muy bien y dice cosas lindas.


— De seguro tiene buena inspiración.


— Sí, la tiene. Podría tener éxito escribiendo un libro. — Buscó alguna página para leer.


Yoongi suspiró y tomó asiento a su lado colocando un brazo encima del espaldar de la silla de Jimin.


— Dime, ¿llegarías a enamorarte de la persona que escribe eso?


— Hyung, haces preguntas extrañas. — Respondió sin apartar la mirada del cuaderno por estar leyendo.


— Es simple curiosidad.


— Si la persona es igual a las cosas que escribe, lo haría. —Levantó sus hombros y los dejó caer—. Me gustaría conocerlo.


— Jiminnie, ¿me prestas el cuaderno?


Jimin no se negó y terminó entregándole el cuaderno a su hyung a pesar de sentir que podría burlarse de las cosas que ahí estaban escritas. Sentía la necesidad de defender al escritor.


Por su parte, Yoongi buscó una página que tenía una oración en especial y le devolvió la libreta con una sonrisa.


— Lee en voz alta.


"¿Quieres ser mi novio?".


— Sí.


El mayor aprovechó para capturar los labios abultados del peli naranja en un suave y tierno beso que duró apenas segundos. Jimin se encontraba ahora totalmente sonrojado.


— Hyung...


— Corrección, novio.


— Pero...


Jimin no tenía ni palabras.


— Somos novios y fin.


— Tú y yo...


— Sí.


Eso hizo que Jimin pasara a estar más sonrojado y escondió su rostro entre sus manitos.


— Hyung, ¿escribiste todo eso?


— Todo va dedicado a ti, Jiminnie.


Apartó sus manitos del rostro ligeramente.


— ¿Mi sonrisa te da felicidad?


— Todo tú me da felicidad.


Volvieron a besarse una vez más.


Yoongi llevaba escribiendo en la libreta desde que estaban en primaria pero sus sentimientos por Park Jimin no habían cambiado en lo más mínimo nunca.

Desde ese día estuvieron juntos así que terminaron compartiendo apellido y una hermosa familia.  

Cuaderno.┊Yoonmin┊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora