Nanba es la prisión de máxima seguridad de Japón. Todo anda bien, con los presos del Ala 13, Celda 13 haciendo lo que les viene como siempre; hasta que un día llega un/a nuevo/a preso/a a la prisión. Todo parece normal. Se va adaptando y tal, hasta...
Trois: Se han... Ido... Crees que será algo grave?
Honey: Ni idea. Pero esa mujer... Da bastante medio. Y se le veía muy sería cuando los llamó. Algo no debe de andar bien.
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La alcaidesa se llevó a los nombrados a una sala a parte. Para ser más precisos, a los calabozos del cuartel general. Allí fueron puestos en celdas individuales y esposados de brazos y piernas, incluso por el cuello y la cintura. Estaban completamente inmovilizados. No entendían que pasaba. Los de la celda 13 pensaron que era que la alcaidesa había descubierto sus fugas. Pero después recapacitaron, y se dieron cuenta de que de ser así, no tendría sentido que también hubiesen encerrado a los del Ala 5.
Pasaron unos quince minutos. Estaban todos angustiados. Estar apresado de aquella forma no era nada cómodo. Además, no podían hablar entre ellos. Sus celdas no estaban conectadas y unos grandes muros impedían que el sonido pasase de una celda a otra, además de la gran puerta de hierro con tan solo una rendija por donde se colaba la luz. La puerta de una de las celdas se abrió. Era la de Rock, quien fue llevado a otra sala distinta.
Allí fue interrogado por la Alcaidesa sobre el asunto de Kuroki. Le hacía preguntas directas sobre los ataques que recibieron, sobre como actuaba ella, si sabía algo sobre su fuga, si tenía un trabajo en Nanba...Si le había contado algo. Rock lo pensó unos segundos. Pensó que, debido a que pudo ver que la chica no era realmente del todo mala y como estaban unidos con ellas sus compañeros del Ala 5, decidió encubrirla en todo momento.
Acabó tras casi una hora. No hubo resultados. Rock volvió a la celda con un manotazo en la cara por haberle alzado la voz a la alcaidesa en una ocasión.
Uno a uno fueron entrando a la sala todos los presos. Después de Rock fue Uno, quien también decidió no contar nada. La presión era fuerte, la alcaidesa intimidaba mil veces más que Hajime, pero también logró salir sin contar nada.
Después de él vino Jyugo. La alcaidesa le contó el rumor de que los ataques podían tener algo que ver con él. Se negó. Dijo que no sabía nada al respecto de aquello. Aguantó una serie de preguntas acompañadas con la presión que ejercía la alcaidesa. Tras una hora, volvió a la celda.
Tras salir, entró Nico. Las primeras preguntas las respondió con un ligero tembleque. Pero tras un par, se puso serio y negó todo lo que la alcaidesa le preguntaba, aunque supiese la verdad sobre ello. Se contuvo las lágrimas varias veces cuando la alcaidesa le hacía pasar miedo, pero también logró salir sin contar nada.
Ahora comenzaron a entrar los del Ala 5. La alcaidesa fue más seria. Sabía la conexión que tenían, y que tal vez podían saber más cosas sobre el asunto. Qi fue el primero en entrar. Estuvieron hablando un rato sobre anécdotas del pasado con Kuroki antes de comenzar las preguntas de verdad. Cuando estas llegaron, Qi no dijo palabra sobre Kuroki. No sabía porque se había marchado, o que había pasado aquel día. Dijo que no lo recordaba bien por el shock. A todo respondió con eso, y la alcaidesa dio por finalizada el interrogatorio.
