Puntualidad, ese era el don de su esposa, además de la belleza y sensualidad incomparable, que el mundo entero podría perderse en ella. Sí, se sentía un poco poeta como esos personajes de telenovelas románticas que tanto le gustaban ver a Effie, era ridículo, pero por una vez, quería tratarla como se lo merecía, ser atento y romántico con ella, aunque también, era esa la forma en la que miraba a aquella mujer del vestido azul violeta. Sus ojos grises se oscurecían de lujuria cada vez que se posaban en ella, no dejaba de pensar en todo lo que le gustaría hacerle esta noche.
El rubio llevaba puesto una camisa negra de vestir con unos pantalones grises y zapatos de cuero negros. Cuando estaba en aquella tienda de ropa, le contó el trabajador que no era necesario un traje para una cita, y le mostró tres cambios que podría usar. Se llevó los tres cambios para usarlos en un futuro. La verdad es que no le había prestado atención al trabajador para seguir sus consejos de vestimenta.
En sus manos llevaba un hermoso ramo de claveles rosas, que simbolizaba el amor, pasión y deseo de la persona, pero que al mismo tiempo combinaba con la elegancia de la mujer. El florista había acertado con su recomendación insistente, esto sin duda le fascinaría.
Se llevó una mano al cabello recién cortado de la barbería, se sentía extraño no tener algunos mechones sobre el rostro, pero no se arrepentía en nada.
Effie se encontraba de pie enfrente del escritorio vacío de su asistente, estaba sola y retocando su labial mientras esperaba a Haymitch.
— ¿Sabes, muñeca? —dijo, dándole un beso el hombro mientras la acorralaba en el escritorio y le pegaba su notable bulto en el trasero, haciendo que ella se sobresaltara— Cada vez que te veo se me para... el corazón —susurró con una sonrisa burlona.
— ¡Haymitch! —regañó— No puedes hacer estos desplantes lujuriosos cada vez que.... —cortó cuando se giró para verlo. Parpadeo varias veces antes de contestar— Vaya, te cortaste el cabello —dijo esta vez con una sonrisa— Tengo que admitir que me gusta mucho.
— Y a mí me gusta más esta clase de vestidos que se quita con facilidad —le guiño un ojo antes de mostrarle el gran ramo— Te traje esto.
— ¡Wohao! —dijo sorprendida. Sus ojos se le iluminaron con tal detalle, jamás le había regalado un ramo como ese antes— Son hermosas —trató de reprimir su boba sonrisa mientras tomaba los claveles.
— Entonces, ¿nos vamos?
— Vamos.
Saliendo del edificio, los esperaba una camioneta color plata de lujo blindada. Haymitch abrió la puerta trasera y con un gesto caballeroso, dejo pasar primero a su esposa.
Se mantuvo tranquilo en el transcurso del viaje, había controlado sus instintos de quererla tomar ahí mismo. Era una vil tortura lo que se estaba haciendo, pero tenía que seguir según su plan. Aunque se permitió hacer comentarios atrevidos o insinuaciones lujuriosas. Y a veces no podía evitar robarle un beso cada vez que se daba la oportunidad, mientras ella hacia su papel de fingir que le molestaba, aunque la realidad, fuera todo lo contrario.
Sabía que estar en un auto encerrada con su esposo, era menos de lo que se esperaba, además, estaba consciente de lo que iba a suceder esta noche y solo esperaba primero aclarar las cosas con Haymitch y no caer primero en sus tentaciones. Necesitaba darle sus condiciones y advertencias si quería la oportunidad de estar con ellas de nuevo, se sabía de memoria todo lo que quería decirle y solo esperaba llegar al restaurante.
A un restaurante que nunca llegaron. El vehículo se detuvo ante un edificio de departamentos.
— Debí haber imaginado que tenías plan con maña —espetó Effie sin remedio.
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Les Debo Mi Amor (Hayffie)
FanfictionSeis largos años después de la Guerra, lo que podría decirse que los más felices tiempos en la vida de Haymitch Abernathy, lo convirtió en ceniza de nuevo al abandonar a su familia que le ha costado tanto mantener. No hablamos de su madre ni su herm...