Avengers Academy - Stony

Capítulo 4

Especial.

  La agente al pagar su teléfono se dirigió rápidamente a la enfermería importándole bien poco si botaba a alguien o no. Su preocupación estaba a todo su relucir. No, no permitiría que algo le pasara a su Tony. Ya perdió a mucha gente en el pasado y no permitiría que volviera a pasar.

  Cuando llegó, abrió la puerta sin ver si callo o no al suelo. Camino rápidamente al cuerpo maltratado del castaño. Hizo un par de movimientos con  las manos y empezó a reparar el reactor aún incrustado en el pecho del menor, después empezó a curarlo dejándolo sin ninguna herida interna y curando también el orificio que atravesaba todo su abdomen. Duro alrededor de cinco horas la operación. Terminado eso se dirigió al cuerpo del otro castaño.

  - ¿Por qué tienes que hacer esto siempre, Phin? — Resignada, lo empezó a curar. No tenía tantas heridas como el genio. No le costó deducir que el filántropo le pasó su armadura para proteger al mayor.

  Después de eso pasó otras tres horas del cual vio los mensajes del grupo

Capipaleta

Nath, ¿Qué fue lo qué pasó?

Mata esposos

Tony y yo estábamos hablando cuando escuchamos un ruido extraño en el laboratorio

Fuimos a ver. Tony entró y yo me quede afuera

Todo ocurrió tan rápido. La explosión, los cuerpos del profesor y de Tony salir volando. Ver un oyó en el abdomen de Tony

Yo... Yo no puede...

  Optó por dejar de leer los mensajes, sabia que a Romanoff le dolía todo lo ocurrido, no la culpaba, ella también se distrajo, bajo la guardia y ahora pagaba el cuerpo de su...

  - ¿Mamá? — La voz débil del ojimiel le trajo a la realidad.

  - ¿Tony?... ¡Tony! — Sin pensarlo dos veces se lanzó al cuerpo de su hijo. Lágrimas corría por sus mejillas pálidas. Afortunadamente no avía nadie en el lugar para que supieran el secreto. Mando a Natasha a su cuarto para que descansará después de curarle las heridas. Phin despertó hace dos horas y media y también lo mando a su cuarto con la supervisión de sus oídos sensibles y las cámaras de seguridad — Tony... Mi cachorro... Mi bebé... Por favor no vuelvas a hacer algo como eso... No toleraría el perderte — Siguió hablando entre hipos y temblores de su cuerpo.

  - Mamá, por favor, para de llorar, no me gusta verte así — Dijo intentando calmar a la ojimiel con suaves caricias en su pelo castaño largo hasta su cadera y ondulado.

  Al separarse, la piel pálida de la mayor hacia resaltar el rojizo color en su nariz y mejillas con marcas del llanto recién dado.

  - ¿Cuánto tiempo dormí? — Pregunto acomodándose en la cama.

  - Después de la operación unas tres horas, pero si sumamos desde que te tomó la explosión unas ocho. Les avisaré a los demás que ya despertaste — La castaña se dirigió a la cortina que hacía de puerta — si, la terminó botando al final —, afortunadamente lo suficientemente gruesa para no escuchar de lo que se habla — o gritaba — dentro del lugar. Sobra decir que lo creo la mayor. Antes de salir se subió el cuello de tortuga tapando de su nariz para abajo de su rostro y limpiándose los ojos sin dejar rastro de su llanto.

  No duro mucho su tranquilidad al ver a todos sus amigos hay dentro, preguntando todos a la ves cosas de las cuales logro identificar "¿Cómo se siente estar al borde de la muerte?" A estado varias veces al borde de la muerta, su madre siempre le salva el pellejo. Río internamente al recordar esos momentos ¿Cómo es allá arriba? ¿Es cómo dicen qué es?" Es hermoso, se podría decir que sí es como lo cuentan, solo con la diferencia que hay distritos, personas que están ya muertas que tengan una energía espiritual alta se convierten en shinigami — los cuales viven en un" campus" — su energía determina en qué distrito interno van. Siendo el 1 el más alto y el 12 el más bajo*, ¿Tiene suficiente espacio?". De donde salió esa última, no lo sabe. Pero, su madre dice que cuando hay sobre población — que ocurre muy poca veces — reencarnan a las personas, dándoles una segunda oportunidad en la vida. Sonrió al ver a todos energéticos, pero solo una persona le llamó la atención.