Ally despertó a media noche adolorida, pues, un punzante dolor en el pecho cerca de su corazón comenzó a molestarle. Se sentó sobre la cama, miró a Heather, quien dormía tan placenteramente. Después observó a Blayd quien de plano ya estaba en el suelo.
Ella comenzó a masajearse el área adolorida, pero fue inútil. Se puso entonces de pie y caminó descalza hasta el baño de la habitación; se estremeció en cuanto sus pies descalzos tocaron el piso helado. No fue necesario que encendiera una vela para ver mejor, ya que la luz que reflejaba la luna era suficiente para ella.
—Ugh, mi cabello es un asco—observó Ally en cuanto vio su reflejo en el tocador.
Fue entonces cuando consideró la idea de darse una ducha; pero se dio cuenta de que esa no era la mejor decisión, pues temía morir de hipotermia. En ese instante, el dolor había disminuido casi por completo, por ende, se metió de nuevo entre las cálidas cobijas dispuesta a seguir con su descanso.
A cierta hora de la madruga, un escandaloso y súbito ruido proveniente de la plaza central los despertó.
—¡¿Qué fue eso?!—preguntó Ally turbada.
—¿Una explosión?—cuestionó Heather, al mismo tiempo en que miraba a Ally a los ojos igualmente aterrorizada.
—¿Qué podrá ser?—dijo Blayd mientras se asomaba por la ventana, ocultando su rostro entre las cortinas.
—¿Qué es? ¿Qué sucede?—decía Ally.
—Parece que ha ocurrido un incendio en la plaza.
—¿Un incendio dices?—repitió Heather.
—Tenemos que ir—declaró la castaña.
Posteriormente, ella se puso de pie, tomó su uniforme y comenzó a desvestirse, Blayd y Heather hicieron caso omiso de esto último y actuaron de igual forma. Como reclutas del ejército era su deber salir a investigar, no podían pasarlo por alto y tenía que ser cuanto antes.
—¿Qué sucede? ¿A dónde van?—interrogó Moad en cuanto los vió salir de la habitación. El ruido también lo había despertado.
—Ha ocurrido algo en la plaza central, pero no se preocupe. Iremos a investigar. Usted y los niños quédense aquí por cualquier cosa—pidió Blayd.
El señor Rabaji asintió con su cabeza.
Los tres salieron de la casa, corrieron por las oscuras calles guiándose por el bullicio del lugar y el humo grisáceo que se elevaba por los cielos. Hasta que, en un abrir y cerrar de ojos, llegaron al lugar...
Fuego, gritos, llanto y mucha sangre fue lo que encontraron. El incendio se extendía por todo el lugar, consumiendo las carpas y a las personas con ellas.
Ellos no fueron los únicos en llegar, pues los soldados (locales y forasteros) al igual que los civiles ya estaban allí; algunos sacaban a las personas atrapadas y otros intentaban extinguir las llamas con lo que fuera.
—¡¿A dónde han ido?!—exclamó Sibira.
—Estaban aquí hace un segundo—habló un joven soldado de la 5ta. División de nombre Cauley Monroe. Su ondulado cabello era rojo vino, sus grandes ojos eran de un tono verde grisáceo y sus pestañas eran naturalmente voluminosas; lo que le daba un aspecto tierno e inocente.
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Tierra Escondida I: Más allá de un sueño
Viễn tưởngAlexandra Homel, alias Ally, es una chica aburrida, simple y que prefiere quedarse en casa en un viernes por la noche viendo Lost a que hacer algo que cualquier chica común haría. Ella simplemente vive una vida tranquila. Hasta que una mañana recibe...