- ¿A dónde vamos?
- ¿No te conté que Alves también estaba aquí?
- ¡¿También está aquí?! ¿Y Joana?
- También, ella también.- rió por mi reacción.- Aunque siga prefiriendo que se queden en Italia para así estar a solar.
- Cállate.- besó mi cuello estando yo de espaldas a él, estremeciéndome.- ¿Vamos a salir con ellos?
- A cenar, vamos a cenar con ellos.
- Genial, sos el mejor novio del mundo.
- Y vos la mejor novia del mundo.
Sonreímos con nuestras frentes pegadas y se acercó sin dejar de mirar mis labios para besarme y me agarró de los muslos para levantarme y poder sentarme en la encimera, abriendo mis piernas para que él pueda estar más cerca.
Nos quedamos en esa postura bastante tiempo hasta que decidí que debía de seguir haciendo la comida. Él se fue al salón huyendo de Lleò, el guardián que no deja que se acerque a mí porque, simplemente, le odia.
- Paulo, ¡Agárralo!- miré un balón de fútbol en el suelo, de su propiedad, y vi lo despistado que estaba.
- ¿Qué?- le tiré el balón y le di en la cabeza. Me llevé las manos a la boca sorprendida e intentando aguantar la risa, mientras que él me miraba como un psicópata.- Te voy a dar cinco segundos para esconderte.
Salí corriendo, subiendo las escaleras, mientras escuchaba como iba contando y me escondí en el armario al escucharle gritar que ya había llegado a cinco y no me había escondido.
Me quedé en silencio, con las manos en la boca para intentar que mi respiración no sonará tanto. Oía sus pasos tan cerca de mí, que me iba tensando más y más hasta que supe, por la rendija que tenía el armario, que estaba delante de mí y buscándome con la mirada.
- Estás... ¿Debajo de la cama?- miró y no había nada.- Estás... ¿Debajo del escritorio?- miró y no había nada.
En ese momento, viéndole agachado y a espaldas de mí, supe que me iba a encontrar y me dispuse a salir huyendo de él, buscando otro sitio.
Abrí la puerta del armario y salí corriendo, intenté que n sonara nada, pero Paulo me escuchó y salió detrás de mí. Del miedo que me daba que me pillara, empecé a gritar mientras bajaba de dos en dos los escalones e irme al salón.
- ¡Te tengo!
- ¡No! ¡No me hagas nada!- me puse a un lado del sofá y él al otro, intentando cogerme.- Por favor, ¿No ves lo adorable que soy?
- Lo sos hasta que me tirás un balón a la cabeza.
- ¡Era sin querer! ¡Lo juro!- me puse las manos delante en defensa.- No quería darte y además, tú tenías que agarrarla.
- Ven aquí, tarada, que sos una tarada.
- ¡No!
Empezamos a dar vueltas alrededor del sofá, moviéndolo de sitio y haciendo que Lleò se enfade, ya que estaba en los cojines intentando dormirse. En un movimiento, Paulo giró y dio la vuelta, capturándome.
- ¡No, suéltame!
- Va a ser que no.
- ¡Socorro! ¡Que alguien me ayudé!
Me subió, como siempre, a su hombro y empezó a caminar. Yo no paraba de gritar y darle golpes en la espalda. Sentí una pequeña ráfaga de viento, ya que aunque hiciera calor, yo solo tenía mi ropa interior y una camiseta de Paulo. Escuché el agua de una pequeña piscina hinchable que él había comprado ayer y que puso en el jardín.
- ¿Preparada?
- ¡No! ¡Ni se te ocurra! ¡Tengo una camiseta blanca!
- Mejor me lo pones.- sentí sus manos en mi culo y me hizo gritar del susto y a él reír.- Yo que tú tomaba aire.
- ¡No! ¡Paulo no!
Y al agua que me tiró, en cambio él se quedó de pie, tan solo mojado hasta las rodillas. Saqué la cabeza del agua, que por suerte no había dado en el suelo aunque mi espalda sí, y le fulminé con la mirada.
- Dale, te ayudo.- me extendió la mano mordiéndose el labio inferior, supongo que porque la camiseta se me trasparentaba.
- Sos...sos.
Agarré su mano y él tiró para arriba, pero sin saber cómo, yo tiré hacia abajo y cayó encima de mí, mojándose también de agua y ahora era yo la que reía.
- Sos...
- Te encanto.
- Uy, sí, me enamoras.
- Sabes que es verdad.
Él sonrió y se acercó a besarme, aunque claro, él ahora seguía queriendo venganza porque además del golpe con el balón, le he mojado. Así que en mitad del beso se hundió y yo fui con él, ahogándome.
- Te mato.
- Me amas.
- Por desgracia, sí.- él rió.- Sos lo que no hay, Dybala.
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Clarity (Paulo Dybala)
Fanfiction"Paulo Dybala, el próximo Messi" "Dybala, el símbolo de la Juventus." "Balón de oro para Dybala" Hacía tiempo que no escuchaba su nombre, más o menos desde que se marchó de vuelta a Italia. A veces se le echaba de menos, sobre todo cuando te ibas a...