Hold me tight

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Vagamente te recuerdo; en todo lo que veo, en todo lo que oigo, en todo lo que hago.

Se supone que te estaba superando, pero tú siempre eres tan inesperado; entras en mi aún cuando ya no te puedo ver ni sentir, cuando ya no eres mío.

Mi mente queda en blanco para llenarse de ti.

Otoño, dulce y amargo otoño.

Las hojas caían tan secas y muertas. Ojalá hubiera sabido que nuestro amor terminaría así, entonces, me hubiera preparado.

Lo recuerdo tan bien. Nuestras miradas se cruzaban desde nuestros distintos asientos; lo recuerdo y mi cuerpo se estremece, pareciera que aún pudiera ver tus oscuros ojos mirándome.

El piso parecía tener una alfombra llena de hojas muertas. Me gustaba el paisaje, y también me gustó mirarte.

Los días pasaban y la escena se repetía, ¿Por qué me mirabas, Yoongi? ¿Por qué llamé tu atención?

Iba a ese parque para vaciarme de todo y tener un momento a solas, pero contigo observándome como un acosador no podía, no pude.

Un día me armé de valor y me acerqué a ti, fue entonces cuando nuestra aventura comenzó. Tus ojos, tus labios, todo tu rostro se convirtieron en mi mayor anhelo siempre.

Tu piel se veía extremadamente blanca bajo el brillo del sol, como si fuera una manta de nieve en verano.

La primera vez que te vi sonreír, tus encías rosadas quedaron al descubierto. Me volví adicta a eso, incluso debo confesar que a veces me la imaginaba, pero no te preocupes cariño, se que tú también soñabas con la mía.

Nos empezamos a conocer; fuimos tímidos al principio, a mi en lo personal me costaba mantener mis ojos en los tuyos y me di cuenta que a veces te ocurría lo mismo. Que tierno me parecías cuando hacías eso.

Debo admitir que diste un gran impacto en mi. Tu rostro puede decir algo, pero incluso el tono de tu voz otra.

Cuando oí tu voz realmente me sorprendí. ¿Era posible? Fue cuando entendí que Min Yoongi era una caja llena de sorpresas.

Empezamos a salir. Admito que tuve miedo; yo nunca había tenido un novio, no sabía lo que se sentía ser amada o lo que era amar a otra persona, pero contigo aprendí eso y mucho más.

Nuestra primera cita, nunca la olvidaré. Mi corazón latía fuerte con el solo hecho de imaginarte frente a mí. ¿Y si no te agradaba? ¿Y si me veía fea? ¿Y si me puse mucho maquillaje? ¿Y si me puse muy poco? ¿Por qué me sentía así?

Las preguntas inundaron mi mente junto con los nervios y la ansiedad. Pero que irónico, todo desapareció cuando me tomaste de la mano y me dijiste: "estás hermosa"

Aún sigues estremeciendo mi alma, Min Yoongi.

Esa noche fue increíble porque te tuve, y todas las noches en las que estabas conmigo eran iguales.

Salimos del restaurante y me llevaste a tu casa. Dijiste que vivías solo y que iba a estar bien y como yo también vivía sola, no me extrañé de aquel hecho ni le presté mucha atención.

El sonido de la puerta abrirse hizo que mi corazón palpitara rápido, luché contra mi para que no se saliera de mi cuerpo.

Decidiste no prender las luces, pero nunca soltaste mi mano y así me guiaste hasta, donde supuse, tu habitación. Lo que hiciste a continuación fue inesperado, pero anhelante. Tomaste mi rostro entre tus manos y me besaste, con pasión y necesitado. Al principio no sabía cómo reaccionar, tampoco supe si seguir el beso fue la mejor elección, pero el movimiento de tus labios me llamaron y yo no pude hacer otra cosa más que responder. La noche era oscura y lo único que se podía escuchar era el latido de nuestros corazones y labios entregándose el uno al otro. Por mi tonta respuesta pudiste ver que fue mi primera vez en besar a alguien, y estaba muy feliz de que ese alguien fueras tú.

El beso fue incrementando. Me acostaste en tu cama hasta que quedaste encima de mi.

Nos separamos; nuestras respiraciones eran pesadas y hacían eco en toda la oscura habitación; era oscura, pero juro que pude ver tu rostro sonriendo, con esa sonrisa que te caracterizaba tanto. Yo también sonreí y por primera vez en mi vida supe lo que era sentirse correspondida.

Me besaste otra vez, pero fue más intenso aún.

Pasaste tu mano por mi pierna, por encima de mi vestido; así fuiste recorriendo todo mi cuerpo y no me quejé, ¿por qué? Si sentir tu contacto en mi piel era lo mejor para mi.

Esa noche fuimos uno, y no, lo recuerdo bien, no hubo necesidad de sexo para eso, solo era necesario amarnos de verdad y entregarnos el uno el otro. Podíamos ser uno con un beso, con nuestras manos juntas o aún, con una sola e insignificante mirada.

Terminamos durmiendo juntos y abrazados.

¿Recuerdas que dije que contigo aprendí muchas cosas? Aprendí incluso lo grato y reconfortante que podía ser un abrazo de la persona que tu más amas.

En medio de la noche, cuando tus ojos estaban cerrados y tu rostro parecía la de un indefenso bebé durmiendo, me tomé la molestia de observar tu torso desnudo; me placía quedarme viéndolo hasta el día de mi muerte.

Pasaron los días, las semanas, e incluso meses y yo pensé conocerte.

Me di cuenta que trataste, pero no podías. Que a veces querías ser el verdadero tu pero no querías lastimarme.

¿Por eso te alejaste de mi?

Yo estaba muy felíz contigo; creí que el amor había llegado a nosotros por fin, que ahora seríamos felices, incluso mas que los cuentos de hadas.

"Pero esta es la realidad", es lo que siempre me decías; y ahora lo entiendo perfectamente bien.

Al pasar de los años, como en toda relación, empezaron los problemas.

Estaba bien para mi. "Es normal", repetía cuando me daba cuenta de mis lágrimas.

Pero yo no quise renunciar, aún no quiero. Porque yo sabía que tu me amabas, no solo lo sabía, lo sentía; lo sentía cuando me mirabas y luego sonreías sin saber por qué, pensando que estabas loco; lo sabía porque cuando me abrazabas yo me perdía en un profundo bosque, y aunque a veces estaba oscuro, desolado y húmedo, se sentía bien. Me sentía bien contigo.

Pero mi otra parte dudaba y se preguntaba el por qué de tus actitudes.

Por qué de repente faltabas a nuestras citas e inventabas excusas baratas. Por qué de repente te volviste tan frío y distante conmigo.

Me dolía, y tú lo sabías, pero Yoongi, ¿Por qué nunca me dijiste de ese tú que a veces se odiaba a sí mismo y era presa de la depresión cada vez que esta quería?

Me hubiera gustado haberte ayudado. Haber vendado tus heridas con un profundo y delicado beso. Haberte protegido con un abrazo. Haber peleado juntos esta batalla.

Eramos uno, ¿o lo olvidaste?

Y ahora estoy sola. Y apesta, realmente apesta querer ver tu rostro, perderme en tus lunares, en tus ojos o en tus labios y no poder porque ya no estás... porque moriste, Yoongi.

¿Cómo te olvido? ¿Cómo recupero todo lo que te llevaste? ¿Cómo dejo de estar enferma de amor? ¿Cómo te traigo de nuevo Yoongi?

Recuerdo también la vez que te pregunté por qué te gusté:

-¿Acaso tiene que haber una razón?

-Se supone. Para todo hay una razón.

-Hay más de una para mi.

Esa sonrisa tonta que dibujabas en mi quedó muy atrás, ¿cómo la traigo de nuevo?

-¿Por qué te terminaste enamorando de mi?

-Preguntas mucho.

-Quiero saber.

-En realidad ni yo sé. Enamorarme de ti nunca fue mi plan, pero aquí me ves, me estoy enfermando de amor. ¿No crees que es irónico? Quién diría que uno puede llegar a enfermarse de amor.

Te necesito de nuevo.

Han pasado varios otoños desde tu partida. Va a comenzar uno nuevo y en todos, como si fuera algo rutinario, vuelvo a aquel asiento en dónde te vi por primera vez, imaginando que me miras una vez mas; que me abrazas tan fuerte y volvemos a ser uno otra vez.

Hold me tight; «Suga-BTS»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora