No tengo nada que decir a mí favor, solo soy una pequeña demonio pelinegra con tez blanca que está usando un sombrero, unas gafas de sol a las ocho de la noche y una gabardina negra muy grande y que además de todo lo anterior está llevando consigo una maleta de viaje y se dirige camino al aeropuerto, nada sospechoso, para nada, solo quiero largarme de este país y rehacer mi vida en otro lugar, solo eso.
Entre por las puertas del aeropuerto, enseguida me escabullí en una habitación vacía que se encontraba en el lugar y rápidamente cambié mi apariencia, me quite la gabardina y arroje los lentes y el sombrero hacia algún lugar, después salí de la habitación llevando mi ropa normal y mi equipaje, no me dejarían subir a un avión sí lucia tan sospechosa y además estaba segura de que ya me habían dejado de seguir, me dirigí hacia donde estaba mi vuelo con destino a ¿Dónde?, No tengo ni idea o ahora mismo no lo recuerdo,
Solo sé que entregué mi boleto y subí al avión sin que la gente sospechara mucho acerca de mí, aunque no puedo evitar que la gente me mire mal apenas me ve pasar al lado de su asiento, no tiene remedio, eso es parte de la naturaleza de un ser como yo, no los culpó.
Me senté en mi lugar sin decir nada, la gente a mi alrededor aún me miraba mal, un niño se echó a llorar apenas me vio cruzar al lado de él, ni hablar de las mujeres y hombres que a pesar de su ya avanzada edad me mirarán con odio, esa es mi naturaleza, sacar el odio de los humanos sin razón alguna.
El vuelo hacia donde quiera que fuera iba a ser largo y mi única compañía serían las miradas de odió que me daban los demás pasajeros, así que sólo me limité a cerrar mis ojos y a soñar con la cara de idiota que deben tener todos allá cuando se den cuenta de que a pesar de todas las trampas, barreras y esfuerzo que pusieron yo logré escapar de casa, no....
Esa ya no es mi casa.
Me limité a dar una sonrisa con mis ojos aún cerrados y sólo espere a que llegáramos al lugar que sería mi nuevo hogar, mi nueva casa.
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Hermanas sobrenaturales
Fantasy¿Qué pasaría si metemos una demonio revoltosa, un ángel amargado, una sirena responsable y una unicornio fría e intelectual dentro de la misma casa?, es una pregunta muy extraña, pero la respuesta siempre va a ser la misma; problemas. Cuatro chicas...