10. Confesiones.

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-¿Vas a levantarte algún día de esa cama y contarme por qué me has llamado llorando?

La voz de Amelia logró al fin despertarme de mis pensamientos.

-No sé ni como decirlo Ames. -Suspiré, y bajé la cabeza.

La verdad que no tenía ni idea de como iba a poder decirle a mi mejor amiga todo esto. Se supone que desde un primer día nos lo contaríamos todo, además no sé como le sentaría que mis mariposas de estómago fuesen a causa de un hombre de veintitrés jodidos y dolorosos años.

-Alison, por favor. -Sentí su mano tocar mi hombro, y a continuación la vi ponerse de cuclillas para estar a mi altura.-Cuéntame de que va todo esto.

-Hay... un chico. -Abrió los ojos como platos.-Que me gusta, mucho.-Hice una pausa y la miré, suspiré y seguí hablando. -Ayer estuvimos juntos, él piensa que lo nuestro no es posible. Pero lo cierto es que para mi esto ha sido lo más sincero que he sentido aquí dentro nunca. -Y llevándome el dedo índice hasta el pecho y dibujando un círculo imaginario donde se situaba mi corazón dí por finalizada mi complicada explicación.

Amelia se llevó la mano hasta la barbilla, se sujeto el codo de esta con la otra mano y se levantó dándome la espalda.

-Poco puedo hacer yo aquí, Al.-Guardó silencio.-Pero creo que deberías hablar con él, si te gusta debería saberlo ¿No crees?

Puede que tuviera razón, mi vida ha sido como ha sido por dejar escapar las cosas que quiero conservar, no podía permitir que la misma mierda ocurriese una y otra vez.

Llegaba el momento de decir basta. De quitarse de encima el montón de pañuelos llenos de lágrimas y sustituirlos por un montón de papeles con la palabra "fuerza" escrita en cada uno de ellos. El momento de salir a la calle y cambiar los gritos de dolor por largas y esperanzadoras carcajadas. Llegaba el momento de taparse las heridas con la armadura de guerrera.

-Voy a hablar con él ahora mismo.-Amelia se giró y me miró expectante. -Agradecería que me dejases vivir este momento de mi vida a solas. 

-Lo entiendo.-Cogió su chaqueta de encima de la cama. -Mañana me cuentas ¿vale? 

Asentí, y tras acercarse para darme un beso en la mejilla se fué dejandome sola en la habitación.

Me levanté de golpe, no había tiempo que perder. Corrí hasta el teléfono fijo y marqué sintiendo como la adrenalina subía por mi cuerpo; no debería estar haciendo esto. 

-¿Alison?-Su voz sonaba dormida, como si le hubiese despertado.

-Luke, tenemos que hablar sobre lo nuestro.

-Creo que no hay nada que hablar.

-Escuchame, por favor. En nuestra primera llamada, te escuché cuando no quería hablar contigo, necesito que ahora el que ponga atención seas tú.

El silencio llenó la otra línea, luego un suspiro y más tarde su ronca voz medio dormida.

-Soy todo oídos.

Sonreí, tomé aire y comencé.

-Luke, no sé si tú has sentido lo mismo que yo, pero la primera vez que te ví en aquel pasillo tirado, sentí algo muy fuerte. He tenido que leer cientos de libros con la duda de si lo que ahí se describe en cuanto al amor es como lo pintan. Y al parecer, sí que lo es. Cuando caminábamos cogidos de las manos, no podía hacer más que voltear mi cabeza para ver nuestros dedos tímidamente enlazados. No siento mariposas al oír tu voz, ni un zoológico, siento toda la puta fauna de este maldito universo. He dejado pasar muchas cosas que apreciaba, pero me niego que contigo pase lo mismo, no quiero que seas el "lo que pudo ser" quiero, no, n-e-c-e-s-i-t-o que seas mi pensamiento de cada mañana, la persona en la que pienso al final de cada noche, mi distracción en las clases de mates, literatura e historia.-Hice una pausa, exhalé aire y volví a coger aire.-Necesito que seas ese sentimiento interno de "púdrete" cuando no estoy a tu lado.

Y cuando terminé, rompí a llorar. 

No sabía por qué, sólo necesitaba hacerlo, toda la adrenalina que había subido tenía que acabar bajando de una u otra manera, y supongo que esta era la mejor.

-Alison.

-¿Sí?

-Te quiero.

Comencé a reír, las lágrimas seguían bajando por mis mejillas, pero la diferencia era que ahora eran de la emoción.

-Yo también te quiero.

-Quiero que nos veamos ahora, por favor.

-Sí.

-¿Sí?

-Sí.

Visions [ editando por finalización ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora