...Capítulo 2. Revelaciones...

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Los personajes que aparecen aquí son obra de la gran Naoko Takeuchi, la historia es creación de mi loca imaginación.

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Capítulo 2. Revelaciones.

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Aquella noche, como raramente pasaba en el recinto, todos los Chiba que residían ahí, se habían reunido para cenar, todos a excepción de Darien, quien Artemis vio con disgusto que no estaba para la cena nuevamente.

Darien comenzaba a preocuparle seriamente, no solo porque temía que se metiera en problemas, sino también porque le preocupaba el hecho de que arruinara sus planes de tregua con los Tsukino.

El clan necesitaba aquello; un aliado incondicional. Y estaba convencido de que los Tsukino eran los indicados.

Era bastante consciente de que con todo lo que había pasado, varios miembros del clan no confiaban en los Tsukino, en especial Darien. Pero Artemis conocía demasiado bien el poder de los lazos para justificar el actuar de Andrew y de Lita, así que si, él estaba dispuesto a obviar aquello con tal de conseguir aquella alianza.

Además de todo, con la unión de Lita y Andrew, de Usagi y Mamoru y próximamente Endymion y Serenity los lazos entre los ambos clanes serían más fuertes que nunca y aquello sería un beneficio innegable para ambos clanes, justo lo que estaban necesitando.

―¿Alguien sabe dónde está Darien? ―preguntó Artemis con un gruñido.

―No ―fue la escueta respuesta de Zafiro, quien se encontraba a su derecha. Endymion que estaba a su izquierda, se limitó a negar con la cabeza, mientras aquella extraña expresión seguía dibujada en sus facciones cinceladas.

No comprendía lo que le ocurría a Endymion, pero lo cierto era que había estado aún más reservado de lo usual. Parecía pensativo y un poco renuente también.

―Endymion ―Artemis llamó mientras la cena era cérvida ―, ¿has concretado ya una fecha? ―preguntó sin entrar en detalles, Endymion sabía perfectamente de lo que le estaba hablando.

Sabía que Endymion había conocido a la hembra, no de labios de él, por supuesto, simplemente le había avisado aquel día de su visita al recinto de los Tsukino, pero después, al volver, no había hablado nada al respecto, ni siquiera había mencionado nada acerca de aquella entrevista.

Y todo lo que sabía era a manos de Haruka; ambos se habían conocido ya, y por palabras del líder Tsukino la muchacha parecía asustada con Endymion, lo que no era bueno, por supuesto. Pero Artemis tenía esperanza que a pesar de eso, la unión se concretara pronto.

―No, todavía no ―contestó Endymion sin más, su mirada perdida en el plato frente a él.

Aquello extraño a Artemis, consciente de que Endymion había estado ansioso por esa alianza, pues aquella unión con el clan Tsukino significaría una enorme ventaja contra los Black, quienes se habían vuelto indiscutiblemente un posible problema. Y Endymion estaba al tanto de aquello.

―¿Estas esperando algo en específico? ―preguntó como cualquier cosa, mientras él también fingía concentrarse en los alimentos frente a él.

―No ―dijo Endymion con dureza ―. Mañana la visitare nuevamente y quedara programada una fecha ―aseguró sin más nuevamente, para acto seguido comenzar a comer, sin siquiera mirarlo.

Esclavos de la pasión: Parte II.- PromesasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora