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Stiles

-¡Tenemos que irnos!–grito Derek por última vez, apuntó de darse de golpes con el capo del auto

El día anterior Liam y Scott habían acompañado a Dave a su cabaña por sus cosas, que no eran muchas en realidad. Lo pensado era que lo acompañaría yo, pero Derek no quito su ceño fruncido hasta que Dave desapareció por la puerta de salida esa misma tarde.
Puse los ojos en blanco y espere a que sus humos bajarán, lo cual no había pasado desde que Dave había despertado.

En cuanto al chico, no había dado aviso alguno a sus padres, solo había dejado su renuncia sin más. Se mostraba un tanto reacio de hablar sobre sus padres, aunque lo entiendo, no puede contar toda su vida privada a un montón de adolescentes desconocidos.
En cuanto empiece a confiar en nosotros, espero que pueda hablarlo.

Derek gruño desde el fondo de su garganta y vio de manera fulminante a Lydia que salía de la cabaña con pose despreocupada.
La chica pelirroja no se inmutó y pasó de largo, subiendo al auto que le correspondía, es decir, donde iría yo.

La noche anterior habíamos quedado en salir temprano de Oregón para llegar a Beacon Hills a una hora razonable. Claro, no sin antes darle un aviso a mi padre de mi hora aproximada de llegada, si es que no había algún contratiempo.

Derek gruño y cerró la puerta tras la chica de cabello pelirrojo. Lydia me sonrió con suficiencia y acomodo su cabello. Me burlé en tono bajo y enfoque mi mirada en la espesura del bosque, escuchando de fondo como Liam comenzaba a quejarse con Scott que tenía sueño aun.

Dave había decidido irse en su camioneta junto a Katara, nadie se había puesto en contra suya, solo que Peter había decidió ir atrás de él por si algo le llegaba a ocurrir.

La luz del sol comenzaba a salir y los rayos se filtraban entre las hojas de los árboles. El camino era de tierra en su totalidad haciendo el camino más dificultoso y más por todo el lodo que se había formado gracias a la lluvia.
Hubo un momento donde el lodo comenzó a volverse pavimento para salir a la carretera.

-¿Alguien está viendo lo que yo?–Liam se pego tanto al vidrio de la ventana que parecía que quería atravesarlo

Todos giramos en dirección a donde Liam miraba, a excepción de Derek quién era el que manejaba, pero bajo la velocidad para poder observar.

Ninfas salían entre la espesura de la vegetación pintando sus ojos en color morado y bajando la cabeza en modo de despedida. No eran tantas pero si las suficientes para llamar la atención de cualquiera que llegara a pasar por ahí.
Anjana y Tana resaltaban entre todas, por sus vestimentas las cuales tenían flores de un color blanco.

Fue cuestión de segundos antes de que desaparecieran de nuevo como si nunca hubiera pasado nada. Un sentimiento de cariño y agradecimiento llegó a mi pecho, les echaría de menos, tal vez era la última vez que las vería.

-Solo salieron a despedirse–susurró Liam, viendo hacia el lugar donde minutos antes Anjana y Tana se encontraban

Tome mi mochila, metiendo la mano dentro del bolsillo, sintiendo el pequeño bultito de la piedra que las ninfas me habían dado, tocándola con cariño, como si fuera alguna clase de conexión que tuviera con ellas.
En sí, era lo único que tenía proveniente de su mundo. Lo único tangible al menos, ya que había dejado una pequeña parte de mi en aquel magnífico lugar.

Derek miró al bosque una última vez y encendió el auto de nuevo, saliendo de la vereda eh incorporándose al camino, dejando más rápido de lo pensado el bosque en el que habíamos tenido la oportunidad de ver ninfas por una vez en nuestras vidas.

Too late •|STEREK|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora