12. Frenesí VII (58)

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Roca se puso a hacer pesas, dejando que su Subcapitana se ejercitara a su ritmo. Con un solo brazo levantaba repetidamente lo mismo que Nameless con todo el cuerpo, pero la civil secuestrada se colgaba y saltaba a muchos metros del suelo. Era un avance.

Nameless no se dio cuenta de su presencia hasta que bajó de una vez por todas al suelo y se quitó las tobilleras, muñequeras, cinturones y el peto que le cargaba peso. Entonces no se atrevió a mirar a la cara a su Capitana. Sabía que iba a caerle una buena.

–Vamos a la ducha –indicó Roca, sin mostrarse hostil.

Aun así, Nameless se despidió de Full con un murmullo y la siguió encogida.

–Estás esperando la venganza, ¿verdad?

–¿Va a ser en el baño o en la habitación? –preguntó su Subcapitana, con mirada nerviosa.

Roca torció la sonrisa maliciosa y no respondió al momento. Pero, nada más entrar en los baños, la acorraló contra la pared. Nameless se tensó al mismo tiempo que permanecía encogida. La oscuridad trepó por la pared, pero seguramente no la atacaría a no ser que la agobiara demasiado.

–Así no es como se juega –le siseó Eisentblut a un palmo de la cara y Nameless levantó la mirada a causa de la incomprensión–. No te puedes marchar dejando la máquina encendida.

–Te he dicho... Te he preguntado... –empezó a balbucear–. Sabías que... Después de lo de las Animadoras... Te he advertido...

Roca la miró fijamente, con seriedad, hasta que su Subcapitana optó por callarse.

–Si querías devolvérmela, sigue las reglas del juego. Porque si no –plantó las manos a ambos lados de la cabeza de Nameless–, yo también podría saltármelas –le aseguró desde todavía más cerca–. Y no te gustaría.

–¿Pero qué juego? –exclamó su quejica Subcapitana.

–No te electrocuto mucho tiempo y compruebo cómo estás –alegó Roca–. Si fuera una tortura, no pararía hasta que vomitaras sangre por la nariz.

–Pero yo no quiero –siguió quejándose Nameless–. Y si una de las dos no quiere, no puede ser un juego. ¿Que podría ser mucho peor? Vale. Gracias por no torturarme a tope –remató con sarcasmo.

Roca se apartó resoplando hastiada.

–Eres estúpida –le espetó–. Lo del agua fue bien, ¿no?

–Lo del agua fue idea mía –respondió Nameless–. Estaba ahí plantada –señaló la hilera de lavabos–, tenía miedo de lo que haría Kill y se me ocurrió intentarlo mientras tú te duchabas. Que luego dio canguelo cuando me dijiste que volviera a a sumergir la cabeza. Pero fue otra cosa, no sé. Lo de la electricidad es horrible.

–¿Tenía que haber esperado a que metieras los dedos en un enchufe? –propuso Roca, fastidiada de que su Subcapitana estuviera sacando los argumentos lógicos.

–Pues puede. O no ir directa a por la silla eléctrica. Joder, que ejecutan gente con eso –exclamó separándose un poco de la pared–. Es como si para lo del agua hubieras decidido atarme con cadenas y meterme en un tanque roñoso.

–Así que tengo que hacerlo en un sitio bonito donde te sientas cómoda.

–Pues sí –respondió Nameless sin dudar–. Si quieres que lo de Estocolmo funcione rápido...

–También te quejas de lo de pegarte chispacitos en el cuarto –señaló Roca.

–¡Porque recién despertada me meo! ¿Quieres que me mee encima? ¿Te va eso?

Institute of Evil versus Heroes Academy (IEvsHA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora