Capítulo 1

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Acostada en mi cama, con los ojos cerrados con fuerza, intento ignorar el sentimiento de terror que se apodera de mí. Sé que me está vigilando, que observa todo lo que hago. Con nerviosismo abro un poco los ojos y la veo. A través de las rendijas del armario puedo ver sus ojos totalmente blancos observándome, analizándome. Vuelvo a cerrar los ojos esperando que todo sea producto de mi imaginación y que si me duermo todo desaparecerá.

Cuando me levanto a la mañana siguiente todo está normal, excepto la parte interna de la puerta del armario. Está cubierta de largos y finos arañazos. Trato de convencerme de que seguramente fue mi gato, aunque no hay forma que haya sido él ya que por el terror que le tengo a este armario siempre lo tengo cerrado. Mi miedo empezó al finalizar la primera semana en que me mudé a este apartamento. Al principio me enamoró la luz natural que entraba en el mismo, el sentimiento de antigüedad que emanaba de su estructura y el hecho de que todo el piso era de madera pulida. Pero a los pocos días lo supe, algo no estaba bien. Todas las noches del mes que llevo viviendo aquí pude ver y sentir la presencia que habita el armario de mi habitación.

Cae la noche y de solo pensar en dormir me asusto. Con miedo, abro el armario y lo examino. Todo está como en la mañana, incluyendo los arañazos. Luego de asegurarme que esté cerrado me dispongo a dormir. Sin siquiera darle un último vistazo al armario cierro los ojos y me tapo con la sábana. Siento las lágrimas recorrer mi rostro cuando escucho un sonido proveniente de mi armario. Es una respiración lenta y ronca, como de alguien que intenta respirar mientras se ahoga. Estoy asustada, quiero levantarme y correr pero el miedo no me permite moverme. Al rato, sin siquiera darme cuenta me quedo dormida. Me despierto justo cuando comienza a amanecer, siento que no dormí nada y mis ojeras lo confirman. Camino lentamente hacia el armario y lo abro. Esta vez hay sangre junto a los arañazos, definitivamente tengo que hacer algo.

Estoy todo el día pensando en lo que haré en la noche. Tengo un plan, voy a hablar con esa presencia, a lo mejor lo único que necesita es ayuda para descansar en paz. Cuando llega la noche vuelvo a revisar mi armario, sigue igual a esta mañana. Apago las luces y me siento en mi cama. Me quedo mirando el armario por un tiempo hasta que aparece. Como siempre sólo puedo ver sus ojos y escuchar su respiración.

- ¿Qué necesitas?- pregunto con voz temblorosa, pero no obtengo respuesta.

- ¿Hay algo que pueda hacer por ti?- vuelvo a intentar.

En ese momento siento como si toda la energía se me escapara del cuerpo y quedo inconsciente.

Me encuentro en mi apartamento, eso lo sé, pero luce diferente, la decoración es anticuada y ostentosa. Una hermosa niña de ojos y cabello negro aparece en mi campo de visión. Está triste y golpeada, unos moretones cubren sus brazos y rostro y un hilo de sangre sale de un golpe en su rodilla. Detrás de ella está la que supongo que es su madre por el increíble parecido, la está arrastrando por el cabello y le grita palabras que no logro entender. Con fuerza la empuja a la habitación que actualmente es mi cuarto y con violencia la encierra en el armario. Puedo ver los ojos asustados y furiosos de la niña mientras intenta salir del armario, me acerco para ayudarla, pero todo comienza a dar vueltas y mi visión cambia. Ahora estoy observando el cuerpo muerto de la niña, está siendo sacada del armario por la policía. Tiene los ojos completamente blancos y sangre sale en borbotones por su boca. Siento que no puedo respirar, me estoy asfixiando y con un grito atorado en mi garganta despierto. Tengo el corazón agitado, siento el miedo recorrer mi sangre y cuando levanto la cabeza me doy cuenta que la puerta del armario está abierta. Observo el suelo y veo que un rastro de sangre lo recorre hasta los pies de mi cama.

Me paso toda la mañana limpiando la sangre del piso y tratando de encontrar indicios de lo que sucedió en este apartamento. Entro a "internet" y busco noticias sobre muertes en este lugar. Encuentro una que llama mi atención, es sobre una niña de 11 años llamada Isadora que murió en el armario de mi cuarto luego de que su madre la encerrara allí mientras sufría de una hemorragia interna causada por los maltratos constantes. Siento tanta lástima por esa niña, nadie debería sufrir tanto, mucho menos siendo tan joven e inocente.

Es de noche y esta vez dejo la puerta del armario abierta, a lo mejor de esta forma logre hablar con la pobre niña. Me siento en mi cama y la llamo. Ella aparece, se encuentra dentro del armario y poco a poco comienza a caminar hacia mí. Lo hace tan lento que creo que los golpes que tiene le siguen causando dolor. Mientras camina va dejando un rastro de sangre tras ella. Extiende una mano hacia mí y yo la alcanzo, es fría al tacto. Al segundo de tocarla me desmayo.

Despierto y sin abrir los ojos puedo sentir dolor en todo el cuerpo, es como si miles de cuchillos penetraran mi piel, un sonido ronco sale de mi garganta e intento respirar pero no puedo, me arde el pecho y abro los ojos para tratar de entender qué está sucediendo. Me doy cuenta de que estoy dentro del armario. Con mucho dolor me levanto y trato de abrir la puerta, pero no puedo. La sacudo con fuerza varias veces pero la misma no cede. Miro por las rendijas y me observo. Mi cuerpo se encuentra sentado en la cama, observándome con una sonrisa y escucho como de mis labios brota una sola palabra: "gracias".

El ArmarioWhere stories live. Discover now