14- Hola, ¿Malcom?

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HAILEY:
Entre al aula de literatura, hoy tendría clases con el profesor Colton, también tendría que socializar con ese ¿Martín? ¿Michael? ¿Malcom? Si, creo que Malcom.

Me acerqué a él antes de que el profesor llegara, me senté a su lado y Malcom me miro tímido.

—Hola Malcom— Dije alegremente con una gran sonrisa en mi cara.

—Hola, mi.. mi nombre no es Malcom—dijo tímido—Me llamo Milton.

Mierda, casi.

—¡Oh! Lo siento tanto, no podía recordar tu nombre, no volverá a pasar— dije dándole otra sonrisa radiante y el sonrió sin mostrar los dientes, me dio tanta ternura que puse cara de perrito mojado y él me miro confundido.

—¿T-tengo algo?—Preguntó tocándose la cara.

—No nada, solo que deberías sonreír más, te ves lindo— admití y al instante se transformó en un tomate andante, justo en ese momento entró el profesor cargado con libros y su maletín, vio a Milton absolutamente colorado y luego me miro a mi con una mirada reprobadora, ¿que? ¡Yo no hice nada!

Al termino de la clase el profesor me llamo al igual que el otro día que me pidió que ayudara a Milton, desde entonces solo lo ha molestado mi hermana y lo he defendido bastante bien, no entiendo porque me llamaría a su escritorio nuevamente. Llegue a su lado y lo observé atenta esperando que hable mientras todos los alumnos salían como estampida por la pequeña puerta.

—Hailey—me llamo y yo saqué mi mirada de un par de idiotas que se peleaban por quien salía primero y la pose en sus ojos —Te dije que lo ayudarás a salir de la depresión no que te le insinuaras—dijo con un tono severo. Lo mire aterrada, no, no y no. Él había entendido cualquier cosa.

—Disculpe profesor, pero yo no me le he insinuado me considero una persona lo suficientemente madura para saber diferenciar entre esas dos cosas, y déjeme decirle que eso que usted presenció no fue coqueteo el se puso colorado porque casualmente le hice un cumplido. Pero no fue coqueteo, no se ni porque le debo explicaciones, si me disculpa, tengo clases— Dije más furiosa que nunca, ¿Acaso él me estaba tratando como una cualquiera? Yo jamás me le he insinuado a Milton.

Antes de que pudiera girarme y caminar hacia la puerta su brazo me detuvo, me giré para observar desde su mano hasta tus ojos sin ningún tipo de vergüenza, el me había tratado de cualquiera y ahora estaba haciendo contacto conmigo.

—Se me hace tarde profesor, con su permiso me retiro—dije arrancando mi brazo del suyo sin esperar respuestas.

Pensé toda la tarde en el profesor y en él porque de su accionar. Cuando llegue a la cafetería vi a Milton sentado sólo en una mesa, así que decidí acercarme con mi bandeja y me senté a su lado, el me miro y se sonrojo automáticamente. Vaya... ¿eso sería considerado un problema de salud? Porque no es normal que alguien se sonroje tanto.

—No puedes estar aquí—Me dijo con su mirada pegada a su bandeja sin querer mirarme, solo de vez en cuando me lanzaba una mirada de reojo.

—¿Porque no Milton?

—Porque si viene Francisco y los chicos que me molestan te molestarán a ti también— morí de ternura al ver que solo intentaba no ponerme en riesgo, pero eso no pasará.

—Que lindo detalle que te preocupes por mi, pero soy lo suficientemente grande para tomar mis propias decisiones, así que me quedo contigo— Dije sin titubear ni una vez— y así como me ves hice un curso de defensa personal hace un año— Confesé haciendo de cuenta como si rebanara tomates voladores con mis manos. Él rio y yo sonreí ante su agradable risa.

Y así paso la mañana hasta que se hizo la hora de salir del instituto, me encontré con mis hermanos y nos dirigimos a casa caminando, en el camino pasamos a buscar a Emily al jardín de niños, ella venía con otra niña, no le di mucha importancia.

Mientras íbamos hacia casa Katie iba juntando flores junto con Emily y la otra niña de peinado espantoso, vaya madre le había tocado.

Laia iba con el celular mensajeándose con alguno de sus cientos y cientos de amigos que ella tiene, a veces la envidio. Chloe iba sacándole fotos con su cámara al atardecer que se formaba en el cielo, ella era la fotógrafa de la familia, también sabía dibujar muy bello, he de admitir, se podría decir que era la artista familiar. Jade estaba muy concentrada quitándose el esmalte negro de sus uñas y por último estaba Austin, quien "discutía" con Jade sobre algún tema suyo, pero en realidad todos sabíamos que hablaba sólo, si, así es él, estaba haciendo un monólogo que a nadie le importaba realmente, pero Jade fingía escucharlo para que no se sintiera mal.

Cuando llegamos todas nos fuimos a nuestras habitaciones, hice mi tarea, estudié y me recosté en mi cama a leer hasta quedarme dormida.

Al día siguiente tenía una prueba de literatura con el profesor Colton, realmente me intrigaba saber porque se enojó tanto hoy en la mañana como para llegar a tratarme como una cualquiera.

QuintillizasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora